14 // CONFUNDIDA

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Estaba llorando, no lo había soportado más. Nunca antes le había dicho a alguien lo que pensaba o lo que sentía, pero necesitaba desahogarme. Mi voz fue casi inaudible, y supe que no fue por el llanto, me había enfermado. Era patética.

-No vuelvas a decir algo semejante nunca más en tu vida, ¿Me oíste?-dijo Chan-young de repente, aparte mi rostro de su cuello, y lo miré a los ojos.

Esto no era lo que quería, sólo había logrado encantarme más con Chan-young. Era el chico más espléndido que haya conocido en mi vida. Pero yo no era para él.

-Es la verdad...-le dije suspirando.-Tú tienes todo lo que deseas, todo lo que te propones lo consigues... en cambio, yo ¿que soy? ¿_____ descerebrada?

-La chica que amo desde los 8 años-me interrumpió.

Sonreí, nació con naturalidad esa sonrisa. Al igual que el beso que le di. Sentí ese fuego otra vez, ese que no sentía desde hace un mes, desde la última vez que junte mis labios con los de Chan-young. Pude sentir como si todo estuviera en cámara lenta mientras acariciaba la boca de Chan-young.

Cuando nos separamos, hice una lista mental de todos los besos que él me había dado y de los que le robé: me faltaban muchos para alcanzarlo.

-No sabes cuánto extrañe eso-me dijo.

-¿Y porque no lo hiciste antes, idiota?-le pregunté tan bajo y ronca, que mi voz apenas fue perceptible.

-Por qué si no todo esto no hubiera resultado-no entendí a que se refería así que me lo explicó-Mi plan para enamorarte. Los celos con Seoyun, que te sintieras dejada de lado, que comenzarás a necesitarme. De verdad lo siento mucho si te hice sufrir, pero lo hice para saber si tú me querías o si solo perdía mi tiempo.

Si la situación no fuera tan delicada, y no me sintiera tan mareada, lo habría botado de la cama. Pero las ganas de seguir escuchándolo y sentir un abrazo suyo otra vez le ganaban al enojo.

-¿Y cuál es tu veredicto?

-Que seguiré luchando porque al parecer algo sucede aquí-me dijo, tocando mi pecho con su mano. Mi corazón latía de prisa, de emoción y algo más que no supe definir.

-Me alegró...-y lo volví a besar.

No sabía qué hora era, pero seguro la hermana de Sung-min estaría por llegar. Sin embargo, cada minuto nuevo que marcaba el reloj parecía una tortura para mí cuerpo, me sentía enferma y cansada. Aunque el calor de Chan-young ayudaba bastante.

De pronto, sin previo aviso, la voz de Chan-young inundó mi oídos. Al principio creí que cantaba, su voz era armoniosa y suave, pero luego me di cuenta que en realidad estaba recitando.

-"¿A un día de verano comparte? Más hermosura y suavidad posees"-empezó a recitar, haciéndome cosquillas en el cuello con sus susurros.

-...toda belleza alguna vez declina, ajada por la suerte o el tiempo. Pero eterno será el verano tuyo. No perderás la gracia, ni la muerte se jactará de ensombrecer tus pasos...

Entonces reconocí el poema.

"A un día de verano comparte". El poema que la maestra leyó cuando teníamos nueve años.

-El poema de cuando me ayudaste-le dije.

-Sí, bueno... en realidad, no lo hice. Ese día solo te mire y pensé en amor, y al parecer lo dije en vez de pensarlo.

-Ya sabía yo que no eras el niño genio que todos creían.

-Tomaré eso como un cumplido, aunque no se parezca en nada-nos pusimos de pie para ir a esperar a la hermana de Sung-min. Mientras bajábamos las escaleras, Chan-young me reveló otra cosa más-Y cuando nos encontrábamos en el bosque de la escuela, en realidad me había peleado con Seoyun y sus hermanos por defenderte, no por una tarea. Nadie te dice "Descerebrada".

Y esa fue la gota que derramó el vaso. El Chan-young de siempre había vuelto y eso me convertía en la chica más feliz del universo. Y está vez no lo estropearía, cuidaría de nuestra relación para no volver a sufrir nunca más.

-Ya siento que te amo...-le dije finalmente tomándole la mano cuando bajamos el último escalón. No vi su rostro, pero por su mano temblorosa supe que le gustó escuchar eso.

Me detuve en seco cuando nos dirigimos al living. Nuestras sonrisas se apagaron por una expresión de asombro. Una chica alta, de cabello castaño con mechas calipso, lentes, de abrigo verde y bellos ojos cafés nos esperaba acompañada de Sung-min.

-No me digas que tú eres...-farfullé, pero la chica me interrumpió.

-¡Soy Yuna, mucho gusto! Organizaré su boda ¿No les parece genial?

-¡Genial, nos casaremos en el País de Nunca Jamás!-exclamó Chan-young entre risas. Le di un codazo para que no la molestará por su aspecto alocado y su impresionante ánimo.

Organizaríamos la boda... no había retorno, esto era oficial.

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MARRY ME>> YOON CHAN-YOUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora