Gianna
Bajé del avión entumecida de todo el cuerpo.
¿Lo bueno? Ya no usaba la bota especial para caminar.
¿Lo malo? Aún tenía un grande morete en el pie derecho y tenía que hacer ejercicios de rehabilitación una hora al día.Me estaba recuperando poco a poco, habían pasado tres meses desde el accidente. Y ya casi desaparecían los moretones y rasguños.
Tomé un taxi y me dirigí a la hermosa mansión Davies. Era grande, si. Pero no más que la de Londres. Trataba de ver los pros de regresar a Shorehaven y no deprimirme más, el psicólogo me recomendó hacer una lista, así que eso hacía.
#1- El clima es soleado y cálido mayormente. (Odio el frío)
#2- Aquí se encuentran mis amigos.
#3- Tengo otra lista de actividades recreativas para mantener la mente ocupada.
#4- Marlon es muy buen apoyo.
#5- La familia Sousa se encuentra aquí para apoyarme.
#6- Aquí tengo a Dorys.Bueno, no era una lista muy larga, pero, por algo se empieza.
Cuando llegué a casa Dorys se abalanzó sobre mi en un fuerte y cálido abrazo, el cuál me tomó muy por sorpresa.
Dorys es una señora de unos Cincuenta y tantos años, lleva trabajando con mi familia muchos años y ya es parte de ella. A diferencia de otras amas de llaves, Dorys tiene esposo e hijos, por lo tanto, ella entra en la mañana y se va a las 2:00 de la tarde.—Lo siento tanto, mi niña— Esas fueron sus primeras palabras después de meses sin vernos. Me dolía y mi mecanismo de defensa me obligaba a alejarme de cualquier conversación que me recordara al accidente.
Así que casi al instante que mis oidos procesaron sus palabras, la alejé tomándola de los hombros. —Estoy bien, Dorys. No hablemos de eso ¿Bien?—
Ella musitó un bajito "claro", se dió la vuelta tratando de limpiar disimuladamente unas cuantas lágrimas y yo la seguí a paso lento.
Cuando hay situaciones que no me agradan para nada o en estos casos, que quiero evadir el tema de mi madre, me podría auto definir a mi misma como pasivo-agresiva. Suelo ser amable, paciente y comprensiva, pero desde el accidente siento que algo cambio en mi. Cierta chispa se apagó dejando un rastro de amargura y depresión. Lo que antes era una llama, se convirtió en cenizas y todo rastro de empatía ,a veces se esfuma para encerrarme en una burbuja de tristeza.
—Bueno, escuché que tú padre se quedará en Londres hasta nuevo aviso— Dijo en tono bajo. Después pareció recordar algo y se recompuso. Esbozó su mejor sonrisa y me miró —Te preparé tu comida favorita—
—¿Lasagna?— La miré con una sonrisa de oreja a oreja.
—Lasagna
Después de comer fui a mi habitación, acomodé las pocas cosas que antes me había llevado. Al terminar, me recosté en la cama. No tenía ganas de nada, estaba emocionalmente exhausta.
Así pasaron las siguientes dos semanas, me encerraba en mi habitación y solo bajaba a comer porque Dorys me lo pedía.—Basta. No puedes estar así, Gianna. Tienes que salir. Ni siquiera le has dicho a tus amigos que volviste. ¡ya se! Llamaré a Marlon— Me dijo para después tomar el teléfono junto a la barra desayunadora.
—¡No! Dorys, solo me estoy adaptando a mi nueva vida. Estoy bien lo prometo, llamaré a Marlon cuando me sienta lista ¿Si?— Dudó un momento, al ver que no estaba tan convencida, decidí endulzarle el oído —He comido mis tres comidas al día, asistido a mis terapias en línea y tomo todos mis medicamentos a la hora justa, solo necesito tiempo para acomodarme mejor y te prometo que yo misma llamaré a los chicos y haré una gran y enorme fiesta—
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FEARLESS
FanfictionGianna Davies se va de gira con sus padres, ¿su meta? Ganar en diferentes competencias de surf alrededor del mundo. Convertirse en la surfista número uno. Así que se va de Shorehaven por un tiempo indefinido, dejando atrás a sus amigos. Después de...