꒰◌; capítulo catorce

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El receso culminó y, por muy pesar que eso significó para los chicos más enérgicos, que eran Joohyun y Jimin, tuvieron que despedirse para que cada uno fuera a su clase correspondiente

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El receso culminó y, por muy pesar que eso significó para los chicos más enérgicos, que eran Joohyun y Jimin, tuvieron que despedirse para que cada uno fuera a su clase correspondiente.

—Vámonos ya, Lis, que toca Economía y el señor Choi no nos va a perdonar la tardanza —dijo la azabache luego de ver partir a Jimin junto a otros muchachos fuera del comedor. Lisa dio el último sorbo a su jugo de naranja para luego levantarse y botar el envase en un tacho de reciclaje.

—Sí, tienes razón —y con una mueca de desagrado recordando lo tedioso que llegaba a ser aquel profesor, se fue detrás de su amiga.

—¡Espérenme un momento! —la voz de Jennie resonó en el comedor que poco a poco se iba quedando vacío.

Ambas chicas se detuvieron casi al instante y la extranjera giró sobre sus talones para poder ver a la castaña. Kim fue acercándose quedando frente a Lisa.

—Las acompañaré hasta su salón.

—Oh, no es necesario, vas a retrasarte también —habló con calma.

Jen sonrió bobamente ante la agradable sensación de escuchar la voz de Lisa, tan suave y lenta como si de sutiles caricias se tratasen.

—Mi clase no empieza hasta después de la primera hora, tengo tiempo libre —respondió con simpleza.

—Que nos acompañe, no hay problema en eso, el problema será ver la cara amargada de Choi antes que entremos al salón —añadió Irene, queriendo evitar el sermón que les daría el profesor por demorar tanto.

—Pero-

—Ya escuchaste a Bae —alegó con diversión.

—Ok, si insisten —dijo con desinterés, para luego dirigir su postura y camino al frente del pasillo.

La mano de Jennie sobre la suya la descolocó un poco.

—¿Qué haces? —estaba desconcertada. ¿Por qué su Unnie se estaba comportando de manera extraña?

Jennie ladeó su cabeza para verla con la ternura y adoración infinita que solo podía causarle aquel suave sonrojo en la pelinegra.

Le encantaba verla de esa manera. Tan tímida a causa de sus acciones, que solo deseaba de lo más profundo de su corazón ser la única causante de ello.

—Te he extrañado todos estos meses —suspiró—. Hace mucho que no estábamos tan cerca la una a la otra y, tengo la necesidad de hacer esto —alzó sus manos entrelazadas y sonrío con simpleza.

"Eres solo su mejor amiga, escapa del sueño de la ilusión".

Lisa se sentía realmente patética por tener una pizca de esperanza ante las palabras dichas por la muchacha.

"Por Dios, tiene enamorado. Déjate de estupideces, Manoban", se reprochaba mentalmente una y otra vez.

No podía darse el lujo de ilusionarse y hacer que rompieran su corazón de nueva cuenta.

Mi mejor amiga | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora