El sombrero siempre tuvo la razón.
Con el final de la guerra y el regreso a un nuevo año escolar, todos están por descubrirlo.
-Mi tia asegura que heredé el carácter mezquino de mi padre ¿Eso le parece mejor, señor?
#Fechas no establecidas. Publica...
El mundo mágico conoció a Harry Potter cuando tenía once años. A los ojos de muchos resultó ser un pequeño niño crédulo e ignorante, cuyo conocimiento sobre la magia se reducía al las explicaciones vagas que un gigante le había obsequiado.
No tenía el comportamiento adecuado para ser el heredero de una casa noble. Cómo si nunca hubiera tenido la oportunidad de aprenderlo, desconocía completamente las tradiciones importantes de los magos y ni siquiera podía comprender el funcionamiento del dinero o sus leyes.
Nadie cuestionó aquello. Siendo criado en el mundo muggle por sus únicos familiares vivos, era completamente normal, puesto que, alguien que no ha experimentado algo no tiene la capacidad para saber cómo funciona y por ende, explicárselo a otros.
Petunia Dursley era una mujer bastante obstinada y religiosa, por lo que, creía fervientemente en la magia como un pecado y a aquellos que la practicaban cómo almas condenadas al infierno. En base a este pensamiento, crío a su único sobrino tratandole como una peste y llamandole como un monstruo sin explicarle cuál era el error que habia cometido para ser objetivo de su desprecio.
Eventualmente aquellos rumores se volvieron una verdad absoluta cimentada con "pruebas" sobre las que Harry Potter se negó a hablar. Aquel comportamiento evasivo solo permitió reforzar la creencias entre estudiantes y profesores sobre la vida llena de abusos que llevaba con sus familiares en el mundo muggle.
Su admiración por el chico dorado creció ante la idea de su sacrificio, tener que soportar a alguien tan despreciable cómo su familia muggle, solo por el bien de todos los involucrados en la guerra le valió el respeto de muchos.
Su vida se llenó de tragedias por el significado de su nombre y el título que le fue otorgado incluso sin tener oportunidad de actuar en contra. Harry Potter fue marcado por la desgracia y vivió una vida desafortunada. Fue una conclusión a la que muchos llegaron cuando la guerra finalmente terminó.
El peso que había sido puesto sobre los hombros del elegido se había ido. El señor Oscuro estaba muerto y Harry Potter fue el único que prevaleció.
Harry siempre fue conciente de si mismo. Petunia Dursley se encargó de explicarle quien era y de todo lo que conllevaba ser él. Recordándole en cada pequeño momento lo orgulloso que debería sentirse de sus origenes.
Le contó sobre el mundo escondido más allá de la vista de los simples humanos y del término que usaban para referirse a ellos (no mágicos). Le explicó la clase de cosas maravillosas que podría llegar a hacer algún día con sus habilidades y de las criaturas que residían más allá de su imaginación en el seno de un bosque maldito.
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Contrario a la creencia popular, se encargó de darle una vida digna. Incluso si no era su deber, lo educó de manera adecuada, para que, llegado el momento, pudiera seguir el camino que le correspondía y actuar de acuerdo a su posición en el mundo mágico.
La mujer de cabellos cobrizos conocía perfectamente bien el desenlace de una guerra en la que, sin que muchos lo supieran, jugo un papel importante. Petunia Dursley ansiaban el momento de que Voldemort pagará por la destrucción de su familia y Harry Potter se encargaría de hacerlo por ella. Algo que sabía de antemano.
Cómo mentora y estratega, se encargó de guardar las apariencias, así, cuando Harry Potter se presentó ante el mundo mágico, lo hizo con la imagen de un inocente y descuidado niño con conocimientos nulos sobre su historia. Una pieza vacía fácilmente influenciable para hacerle creer que su única razón de existencia era ser un salvador. Su salvador.
Jugando astutamente cuál serpiente, el chico dorado se encargó de engañar al mundo mágico utilizando el nombre de sus progenitores a su beneficio y el color de su casa como una excusa para lucir menos atemorizante de lo que en realidad era.
Nadie podría haber imaginado el poder que se escondía a sus espaldas. Aquellos que marcaron la victoria a su favor incluso cuando la guerra misma aún no había comenzado.
Finalmente, aquel que se presentó en el andén 9¾ para su penúltimo año en Hogwarts, fue alguien totalmente diferente al niño dorado de Gryffindor.
“Lo reconoceras de inmediato. Con el peligroso brillo de una serpiente en su mirada...”
