Había un inconveniente más que notorio.
Es sabido por todos, que las relaciones de pareja no siempre andan por buen camino, y que no todo es perfecto. En las parejas, siempre hay todo tipo de problemas, siempre hay todo tipo de inconvenientes, claramente no es intencional, por supuesto, al menos en la mayoría de ocasiones, que cuando pelean las parejas, no es porque quieran o lo disfruten.
En una relación de pareja, como en cualquier otro tipo de relación, a veces hay altercados, a veces hay discusiones, a veces hay pleitos, hay veces en las que los miembros de la pareja no están de acuerdo en algo, hay veces en las que a uno de los dos no le parece lo que el otro hace, ya sea en su relación, o incluso como persona en general. Sin embargo, lo importante de esto mismo, es saber sobrellevar y resolver estos problemas como pareja. Después de todo, si no son capaces de afrontar estas adversidades juntos, puede que quizás, después de todo no estén hechos para hacer una pareja. Las cosas suceden por algo, pero no es por nada. Será siempre algo inevitable, algo de lo que realmente no tienen la culpa, o al menos así debería de ser, personas que verdaderamente aman a sus parejas, y les importan, y se preocupan por ellas, siempre verán por mantener su relación en buen estado, y harán todo lo posible para resolver estas cuestiones.
Era al final del día, el caso de ambos, primero era el caso de ella, de Jenna, y el segundo era el caso de Balto.
A Jenna desde luego, como a toda chica normal, no le gustaba en lo absoluto pelear con su pareja. Y también hacía todo lo que podía para evitarselo, tampoco era de las que buscaba cualquier pretexto para reñir. Pero a pesar, que en su relación, las peleas no eran algo para nada habitual. Si que había momentos en los que ella estuvo a punto de empezar a discutir con él.
Mas claras no podían estar las cosas en realidad. Jenna había intentado negarse al principio a creer en esto, para su desgracia de ella, confirmó sus sospechas. No es como que ella hubiera negado que esto pudiera ser posible. El caso era que jamás se le habría ocurrido que pudiera llegar a ser muchísimo más grande de lo que ella imaginó en un inicio.
Balto realmente se había vuelto tan afortunado. No entendía cómo ni por qué, si hasta antes en años pasados de su vida, la gente le rehuía completamente al perro lobo. Ahora simplemente era hasta ridículo, que Jenna solo veía por doquier, a otras perritas, haciéndole piropos, coqueteos, e insinuaciones a su pareja. Siendo que estos mismos halagos, venían de parte de las mismas perritas, que anteriormente le habían tratado como basura, peor que basura incluso a su pobre Balto, tan solo por ser mitad lobo. Algo que de verdad le molestaba como nunca, era que justamente habían tenido que esperarse, a que ellos dos se volvieran pareja de manera oficial, para estar tras de él. Hasta antes de eso, no había ni una sola, que hiciera algo similar a lo que estaba pasando actualmente. Jenna lo había dicho una vez y lo volvería a decir ahora, parecía ahora que a Balto, las hembras le llovían. Solo podía pensar que esto se debía que ahora era un héroe, y que ya nadie tenía razón para temerle.
Es normal sentir celos, muchos en algún momento de su vida los dan experimentado. En cualquier circunstancia y en cualquier momento. Pero, pero por Dios, aquel en verdad, era un sentimiento tan horrible. Que Jenna no sabía cómo era capaz de no perder la cabeza cada vez que se sentía así. Totalmente inaceptable. Ella misma consideró que quizás estaba exagerando, qué tal vez si podía estar exagerando, pero otra parte de ella le decía que no. Que sus sospechas no eran mentira. Y que Ella tenía todo el derecho y la razón del mundo, para sentirse así. Pues a nadie le gusta tener una pareja y ver que en todo momento a esta, todo el tiempo hay otras personas que se le insinúen.
Si, ella jamás lo negó, definitivamente eran celos. Unos celos enormes. Pero que para ella sin embargo, estaban completamente justificados. No era a propósito. Pero conforme iba pasando el tiempo, Jenna ya solamente podía sentir que el simple hecho de ver a Balto en compañía de otra chica que no fuera ella, la ponía del más pésimo humor.
Su celos, no eran solamente impulsivos. Ella no se enojaba nada más porque sentía que tenía que enojarse. Realmente le dolía ver todo eso.
Jenna en serio que amaba a su esposo. Lo amaba como a nada en este mundo. No lo cambiaría por nada del mundo, el día en que finalmente unieron sus vidas, fue el más feliz del mundo para ella. Tampoco negaría si alguien se lo preguntaba, que desde mucho antes que él se convirtiera en un héroe, ella ya estaba suspirando por él. Era el único perro que genuinamente la hacía desmayarse.
Así que esto la hacía considerar, que nadie podía culparla, por sentirse enojada, y también ofendida, de solo ver que querían meterse con su pareja. Definitivamente, era un hecho que no toda hembra que se acercaba a interactuar con Balto, tenía ese tipo de intenciones. Pero sí había muchas que las tenían.
Cada vez que salían, ella marcaba su territorio, no era para menos. Pero sí que fueron muchas las veces, en las que Jenna, dejaba en claro a otras hembras, que él era solamente suyo y de nadie más. Se había vuelto más que ágil a la hora de darse cuenta de ello, podía percatarse de inmediato, cada vez que alguna de estas tipas, ella atrapaba mirándolo a él de formas seductoras. Inmediatamente les apuntaba con unos ojos más que asesinos. Ellas también pudieran a su vez hacerse una idea de que no imaginaban con quién se estaban metiendo.
Cuando ella presentía que alguien quería propasarse con él, de inmediato envolvía una de sus patas alrededor de una de las de él, lo acercaba a ella, y se aferraba a Balto con fuerza. Haciendo todo lo posible por moverlo cuanto antes del lugar, para que no tuviera que seguir estando en de esas atrevidas. Balto miraba todas esas actitudes, por parte de Jenna, como algo muy tierno y conmovedor. Porque significaba esto que genuinamente, él sí le importaba a ella y mucho. No es como que él por su parte dudara de su amor. No en lo absoluto. Pero élla también, era para él, lo más importante de todo el mundo. No había nada que él no estuviera dispuesto a hacer por ella, Jenna, siempre sería la primera chica a quien él amo de verdad. Y nada ni nadie podría cambiar eso. Pero claro que esto no quitaba, lo realmente extraño e intenso que se sentía esta nueva experiencia, de ahora tener, a muchas otras persiguiéndolo, pero ahora siendo él alguien tan inalcanzable.
Tal y como alguna vez lo habría sido Steele en su momento.
Ahora era el turno de él, de Balto, pero por supuesto, de forma razonable y también comprensiva, Jenna no estaba para nada de acuerdo, y se encontraba completamente en contra de que esto fuera así. Para ella sería algo más que inaceptable, se trataba de una cuestión de fidelidad, y también de hacerse valer y respetar. Jenna también quería saber, qué tan importante era ella para él.
Lo que Jenna hacia, era una rotunda prueba de amor. Siempre se iba a hacer valer a sus ojos, para ver si él de verdad valoraba el amor de ella y a ella.
Algo que si iría para largo en su relación.
Continuará...
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¿Son Celos o Amor?
FanfictionDespués de tanto tiempo, Balto finalmente se había echo con el amor de Jenna, que era lo que siempre había deseado. Sin embargo, Balto pronto se dará cuenta de que ese amor no era tan lindo como el creía. Detrás de esa hermosa figura y esos bellos s...