El tiempo había pasado desde aquel glorioso día. Pero aquello no significaba por tanto que las cosas buenas se hubieran terminado. De hecho, era todo lo contrario. Se habían intensificado.
Nadie podría imaginarse la enorme felicidad que él tenía, la enorme felicidad que ahora gozaba Balto, una vez que se había dado cuenta por fin, de que su más grande sueño ya estaba hecho.
Algún tiempo después, para ser más exactos, un par de meses. Balto y Jenna, ahora eran de una forma totalmente oficial, pareja.
Lo cual, para Balto, que en ese momento estaba completamente cegado y dominado por el enamoramiento, solo podía pensar en que lo único que le esperaría serían cosas buenas. Pero hay algo que muchos deberían, en este caso el incluido desde luego, saber. Y es que si bien, conseguir una novia o una pareja en general, sí llega a costar muchísimo trabajo, al menos para algunos. En realidad no es el verdadero problema. Poder conseguir a una pareja, es el menor de los problemas. Mantenerla feliz, en otras palabras hacer que la relación dure, ese es el verdadero problema.
Uno que hasta ese momento, Balto no se había planteado en lo más mínimo. Y en ningún momento se puso a pensar en ello. Realmente no le había parecido algo relevante. Hasta que se dio cuenta de que sí lo era.
No solo fue el haber podido conseguir al amor de su vida. Tras aquel glorioso día, en el que al entrar en el pueblo, la gente por primera vez en mucho tiempo, lo miró de una forma que no representaba miedo, asco o repugnancia. También fue justo en ese día, que se habría decidido, que Balto se convertiría de manera oficial, en el nuevo perro guía del equipo.
Una noticia que estaría de más decir, a Balto lo llenó completamente de alegría en su momento. Puesto que después de Jenna, ser parte del equipo de trineo del pueblo, era su más grande sueño. En algún momento, comenzó a creer que no se podría poner mejor. Desgraciadamente, eso no fue lo que pasó.
Toda la felicidad, no solo la de poder ser el perro guía, tipo de trineo del pueblo, sino también la de tener justamente una pareja, toda esa alegría, le había durado poco. O tal vez mucho, dependía de la perspectiva.
Al final, y contrario a lo que habría podido esperarse, ellos no vivieron juntos. De echo, sobra decir que Balto, con todo y la aceptación de la gente del pueblo, que ahora había incluso muchos que querían adoptarlo. El de igual forma continúo viviendo en el que siempre había sido su hogar durante muchos años. Durante la mayor parte de su vida, su viejo y siempre confiable bote pesquero a las afueras de la ciudad. El cual también había compartido por supuesto, con su padre adoptivo, Boris. Y dos pequeños osos polares, que eran algo así como sus hermanos menores.
Esta decisión no fue del todo del agrado de Jenna, quién le preguntó por qué prefería seguir viviendo ahí. Pero a Balto por supuesto, únicamente le bastó con decir, que no quería abandonar a su familia de siempre. Que ellos, seguían siendo muy importantes en su vida, y siempre lo serían. No quería que se sintieran como que él se había olvidado de ellos. Y aunque de todos modos, Jenna igual siguió mostrando su desconformismo, por tal decisión. Afortunadamente pudo comprenderlo para el final del día, y lo dejó seguir viviendo allá, incluso si ella esperaba que ahora al ser ellos pareja, cualquier otra área, los integrantes se tuvieran que mudar juntos.
Pero de cualquier modo, ellos igual se seguían viendo a diario. Pasaban el rato. Y hacían todas las cosas que una pareja como ellos haría.
Sin embargo, y como ya se había mencionado hace un momento, los problemas comenzaron a surgir, cuando el nuevo trabajo de Balto, acabó por convertirse en una ocupación, que prácticamente estaba acabando cada vez más con el tiempo de Balto, y haciendo cada vez más difícil para él, poder pasar tiempo con su pareja. Pues de pronto, Balto no se habría imaginado, que ahora tenía que estar moviéndose de un lado a otro y recorriendo por tanto larguísimas distancias. Las cuales llegaban a abarcar días enteros. Que terminaban en él, regresando ya muy tarde a casa, con ya prácticamente todos en el pueblo durmiendo. Y él también viéndose en la necesidad, de descansar tanto como le fuera posible, por lo que inmediatamente se iba a su casa, para dormir lo más que pudiera. Y obviamente, todo esto sin siquiera haber podido ver a Jenna en todo el día.
Justo para cuando los días en que podía descansar. Tanto como la veía, Jenna, algo más que molesta, le reclamaba siempre, por ausentarse días enteros. Y Balto por su parte, lo único que podía hacer, era pedir disculpas, por algo que en realidad no era su culpa. Pero que de igual forma, no servía para absolutamente nada, al menos si de querer hacer sentir mejor a su pareja hablamos.
La situación se estaba poniendo cada vez más complicada, Balto estaba haciendo lo mejor que podía. Pero no parecía que sirviera de mucho, porque aún con todo, Jenna de igual forma seguía enojada con él, ya casi ni se veían.
Sin embargo, y a diferencia de lo que él pudo haber llegado a pensar, Jenna en realidad no estaba molesta con Balto, porque él se la pasará trabajando. Sino porque en realidad, su molestia y su enojo con él, se debían, a que ella ahora creía, que él podría estar mintiéndole.
Pero jamás llegó a expresárselo, Jenna nunca le comentó, a Balto, el cómo se sentía. Pero tenía sus razones. Ella nunca se lo diría a él, Pero lo único cierto, en todo lo que acontece. Era que Jenna en una mente había comenzado a creer, que Balto la estaba engañando.
Balto no tenía ni idea de eso en lo absoluto. Y también por obvias razones, era que nunca se le llegaría a ocurrir semejante cosa.
De pronto, a Jenna estaba comenzando a fastidiarle cada vez más, no poder ver a su pareja, durante largos periodos de tiempo, porque cuando esto era así, ella comenzaba a pensar lo peor, inmediatamente su mente comenzaba a crearse todo tipo de escenarios trágicos. Los cuales no eran reales. Ella lo sabía, pero aún con eso, Jenna no descartaba la posibilidad de que pudieran llegar a volverse realidad.
Todo esto, era algo totalmente exclusivo de ella, de Jenna, quién en serio, se había imaginado todo por su propia cuenta. No fue ninguna influencia de sus amigas. Ni algo que ella hubiera visto. O bueno, quizá y solo quizá, habría sido algún factor externo, que acabó por despertar en Jenna, un gigantesco sentido de alarma.
Tal y como lo sería por supuesto, que de pronto, la desafortunada husky pelirroja, haya comenzado a ver, por todos lados, que muchas hembras, más de las que ella podría haber imaginado, se veían de pronto tan interesadas en él, en su pareja. Algo que con cada momento, se iba volviendo más y más insoportable. A su vez, eventualmente sería un gran problema. Más grande de lo que ya era.
Balto por su parte, era totalmente ajeno a todo esto que estaba ocurriendo. Pero si a él, se lo llegarán a preguntar, ciertamente no podría negar, que de una forma cada vez más frecuente, había comenzado a recibir coqueteos, insinuaciones e intentos de cortejo, por parte de otras perritas, tanto en su pueblo, como fuera del mismo. Incluso a pesar de que Balto siempre le dio su lugar a Jenna. El no tenía ni idea, de los problemas que eso iba a traer a su relación.
Continuará...
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¿Son Celos o Amor?
FanfictionDespués de tanto tiempo, Balto finalmente se había echo con el amor de Jenna, que era lo que siempre había deseado. Sin embargo, Balto pronto se dará cuenta de que ese amor no era tan lindo como el creía. Detrás de esa hermosa figura y esos bellos s...