Capitulo 11

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Una tormenta y una fuerte lluvia azotan las plantas del jardín.

Dentro de la villa, la familia Calle están sentados en el sofa.

- ¿Han visto mi Heptameron?- pregunta Mafe.

- Debería estar allí- contesta Germán

Mafe encuentra el libro.

- Esto esta en alemán pero lo traduciré- Mafe comienza a leer el libro.


Un apuesto caballero está locamente enamorado de una princesa. Ella también está enamorada de él aunque ella parece no ser del todo consciente de ello a pesar de la amistad que florece entre ellos, o quizás debido a esa amistad, el joven caballero se siente tan humilde y sin palabras que es totalmente incapaz de sacar el tema de su amor. Un día le pregunta a la princesa a quemarropa: "Es mejor hablar o morir"

- Nunca tendría el coraje de hacer una pregunta asi- Susurra Calle.

- Dani cariño, ¿Sabes que puedes hablar con nosotros de cualquier cosa?- dice Germán con una pequeña sonrisa.

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Más tarde. Calle está sentada bajo los árboles con su libro abierto. Poché se sienta en el borde del abrevadero de piedra con los pies en el agua.

- Mi mamá ha estado leyendo este romance alemán. Nos leyó algo a mi padre y a mi- dice Calle.

- ¿Sobre el caballero que no sabe si hablar o morir? Ya me lo dijiste- contesta Poché.

- Si.

- Bueno, ¿El lo hace o no?- pregunta Poché con un poco de curiosidad.

- Lo hace, dijo. Pero ella está en guardia. Siente una trampa en alguna parte.

- Entonces, ¿Habla él?

- No, se engaña.

- Tiene sentido. Escucha, necesito comprar algo en la ciudad.

- Iré, si quieres.

- Vamos juntas.

- ¿Ahora?

- ¿Tienes algo mejor que hacer?

- No.

- Entonces, vamos.

Más tarde, Calle y Poché llegan a la carretera, donde se detienen un momento. Poché se levanta la camisa y se baja la parte superior de los pantalones cortos para dejar al descubierto un gran rasguño y moretón en la cadera.

- Me caí el otro día en el camino de regreso y me raspé bastante. Mafe insistió en aplicarme una especie de brebaje de bruja. También arreglaron mi bicicleta.- explica Poché.

Calle se inclina de cerca para ver el rasguño de Poché, que está manchado con un ungüento negro. Parece doloroso.

Ellas continúan su camino.

Llegan a la pequeña plaza del pueblo. Poché compra un paquete de cigarrillos. Enciende uno, luego le ofrece uno a Calle.

- ¿Quieres uno?

Calle asiente y Poché coloca sus manos muy cerca de la cara de Calle y enciende su cigarrillo.

- Nada mal, ¿Verdad?- pregunta Poché soltando el humo del cigarrillo.

- No está mal. Pensé que no fumabas.

- No lo hago.- Tomando otro cigarrillo.

Ambas toman su bicicleta dirigiéndose al pequeño monumento a la primera guerra mundial en el centro de la plaza que está dirigido a los jóvenes de la ciudad que parecieron en la batalla de Piave.

Ellas se detienen un momento para leer la placa.

- ¿Segunda guerra mundial? ¿Lucharon los aliados cerca de aquí?

- No. Esto es la primera guerra mundial. Debes tener al menos ochenta años para haber conocido a algunos de ellos.

- ¿Hay algo que no sepas? Nunca supe de la guerra de Piave.

Calle mira a Poché. Vacila, luego da una carcajada.

- No sé nada Poché. Nada, simplemente nada.

Poché la mira fijamente.

- Sabes más que nadie por aquí.

- Si supieras lo poco que sé sobre las cosas que realmente importan.

- ¿Qué cosas importan?

Calle la mira directamente a los ojos por una vez.

- Sabes que cosas. A estas alturas, tu todas las personas deberías saberlo.

Silencio.

- ¿Por qué me cuentas todo esto?- pregunta cortando el silencio.

- Porque pensé que deberías saberlo.

- Porque pensaste que debería saberlo.

- Porque quiero que tu lo sepas. Porque no hay nadie más a quien pueda decirle esto más que a ti.

- Estas diciendo lo que creo que estas diciendo

- Si.

Poché mira a Calle por un largo momento, luego hace un gesto hacia el frente de la tienda donde toma su manuscrito para ser mecanografiado.

- Espérame aquí. No te vayas.

Calle le da una sonrisa.

- Sabes que no me iré a ninguna parte.

Calle vuelve a ver el monumento. Poché vuelve.

- Han mezclado mis páginas y ahora tienen que volver a escribir todo. Así que no tengo nada en que trabajar esta tarde. Lo que me hace retroceder un día entero. ¡maldita sea!

Calle luce como si fuera su culpa que el mecanógrafo cometiera un error.

- Ojalá no hubiera hablado.

- Voy a fingir que nunca lo hiciste.

- ¿Significa esto que estamos hablando, pero no realmente?

Poché piensa en la pregunta.

- Mira, no podemos hablar de esas cosas, realmente no podemos.

Ella arroja su bolso con sus papeles a su al rededor y las dos se van cuesta abajo.

- Andiamo, americano!
















































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Call Me By Your Name (Calle y Poché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora