La villa de los Calle en invierno. Un día de nieve. Seis meses después.
Calle camina por el campo que rodea la villa. Lleva un abrigo grueso y una boina. Muy New Wave. Está escuchando un Sony Walkman.
Cruza la puerta y regresa al jardín. Entra en la casa.
Una foto de alguien que termina de encender las velas de una menorá.
Calle camina por la cocina donde Malfada está cocinando latkes para Hanukkah. Se detiene para probar uno y le da a Mafalda un beso en la mejilla.
Camina por el pasillo y pasa por la oficina de su padre. Los Calle están en una gran mesa con lo que parecen cartas de solicitud, con fotos adjuntas. Es el ritual que se realiza todos los años, evalúan varias cartas de propuesta enviadas por estudiantes de posgrado avanzados en América. Es el ritual que provocó la elección de Poché el año pasado. Calle pasa por la habitación mientras sus padres estudian los currículums. Hay media docena de hombres jóvenes y un par de mujeres jóvenes.
- ¿Éste?- pregunta Mafe enseñando una foto.
Pero a Calle no le interesa esto. Entra en la sala de estar para calentarse junto al fuego. Suena el teléfono y Calle se apresura a contestar, con una expresión de expectación emocionada en su rostro. Es Poché, llamando desde Nueva York.
- ¿Calle? ¿Estás ahí?
- Estoy aquí, estoy aquí. ¿Cómo estás?
- Bien. ¿Cómo están tus padres?
- Bien, también ... te extraño.
- Yo también te extraño. Mucho.- hay silencio- Tengo algunas noticias.
- ¿Qué noticias? Te vas a casar, supongo.- dice riendo.
- Podría casarme esta primavera.
Calle estaba estupefacta.
- Nunca dijiste nada.
- Ha estado encendido y apagado durante dos años.
- ¡Pero esa es una maravillosa noticia!
- ¿Te importa?
Antes de que Calle pueda contestar, Mafe y Germán descuelgan el teléfono de la biblioteca.
- ¿Por qué no estás aquí? ¿Cuando vienes?- preguntaba Mafe.
- Nos atrapaste en el proceso de elegir tu nuevo yo para el próximo verano.
- ¡Y él es una ella!
- Bueno, tengo algunas noticias para ti. Me he comprometido.
- ¡Oh, Poché, eso es maravilloso!
- Cariño, ahora te vamos a dejar hablar con Calle. Felicidades de nuevo...
- ¡Y feliz Hannukah!
Ellos cuelgan. Calle se queda en la línea ...
- Ellos saben de nosotras ...
- Lo supuse.
- ¿Cómo?
- Por la forma en que habló tu padre, me hizo sentir como un miembro de la familia, casi como su nuera. Tienes suerte. Mi padre me habría llevado a un centro penitenciario.
- "Elio, Elio ..."- hay un silencio, tensión e incomodidad.- Oliver ... me acuerdo de
todo ...
Calle entra en el comedor que está decorado para una cena festiva de Hannukah. La luz invernal se desvanece por las ventanas. Las actividades continúan alrededor de la mesa mientras Mafe y Mafalda terminan de prepararse para la comida.
Colocan flores, llenar copas de vino, etc. Calle se agacha frente a la chimenea, la luz del fuego se
refleja en su rostro surcado de lágrimas.
Nos quedamos en su rostro, perdidos en nuestros
pensamientos. Y así un largo tiempo.
- Calle... ¿Dani?- Mafe trata de llamar la atención de Daniela. Calle está tan absorta en sus pensamientos que solo después de un largo latido se vuelve hacia el sonido de la voz de su madre.
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