Omega falso

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No le parecía descabellado, pensó Jia mientras miraba la forma en que los rizos negros de Jimin se estiraban a lo largo de su espalda hasta convertirse en una sabana de brillos azabaches, siguió soltando una por una las horquillas que sujetaba la melena y masajeando el cuero cabelludo del joven al tiempo que hablaba.

- No tengo porque poner en duda su historia, mi señor. A fin de cuentas es simple doncella humana que procede de una camada de una mujer licántropa que pulverizaba cuernos de elefantes y se los vendía a las muchachas de la manada para que encontraran una pareja. Le creo. dijo pasando un cepillo de cerdas de bambú.- por supuesto que le creo. Si mi señor dice que es un humano convertido en omega se tomaran los recaudos pedidos para cuidar al omega, Si, señor... así se hará.

Jimin pensó que era estupendo poder confiar en alguien. No importaba su procedencia, su edad o la forma de su cuerpo. Importaba quien era ella, importaba que la creía, y si no lo hacia, al menos tenia su lealtad. Cuando regresara a Busan llevaría a Jia con el. Quizá al principio seria un shock para la buena mujer, todo el mundo miraría por su nacionalidad puesto que la mayoría de los ciudadanos de Busan no estaban acostumbrados a ver chinos en sus tierras.

Tampoco el hasta que había llegado a Seúl. No podía negar que lo había mirado mucho mientras la mujer se desenvolvía en los quehaceres de la casa y, a menudo, le habían dado ganas de preguntarle acerca de su familia, de sus orígenes y de su cultura. 

- Mi señor - dijo Jia ralentizando el paso del cepillo por el cabello de Jimin - hay algo que no termino de entender. Si le permite a esta torpe preguntar.

- No eres torpe -  respondió Jimin poniendo su mano sobre la de Jia e indicándole que se sentara - eres preciosa y no has de pedirme permiso para preguntarme nada, hermosa Jia, siempre puedes preguntarme lo que desees.

La doncella se sentó a su lado. Contemplo el rostro de su señor y frunciendo sus labios grueso, dijo.

- No termino de comprender que tiene que ver el Sr. Jeon con la historia que me ha contado.

Jimin se arrebujo entre la delgada bata que se había puesto y se levanto a azuzar el fuego del hogar

- Varias cosas... en primer lugar, soy un omega convertido, no de nacimiento, podría matarme con su fuerza, de manera que si ese Alfa lo que desea es seducirme me estaría poniendo en un franco peligroso.

- Pero usted me ha preguntado si había vivido alguna vez en Busan - acuño Jia.

- Si, porque hay algo en el que me resulta extrañamente familiar y no termino de averiguar que es aunque supongo que si no lo recuerdo es porque no es importante.- Repuso Jimin dando un salto y metiéndose en la cama.

Jia se acerco a el y como si fuera una madre arropo y aparto el cabello del rostro del muchacho.

- Mañana hare todo cuanto me ha pedido. Reforzare la habitación, la puerta y las ventanas.

- No lo olvide, Jia, es importante. No quiero lastimar a nadie.

La doncella salió del cuarto y dejo tan solo una pequeña lampara de gas encendida.

En el claro próximo a su vivienda alguien se agito en la oscuridad. Jeon miro la luna, el magnifico astro estaba casi en su fase llena. Se pregunto si Jimin se transformaría por completo o solo tomaría fuerza y el comportamiento animal.

- ¿Cómo fue para ti? - Pregunto Jeon en un suspiro.

Kim Min-ju inspiro el aire fresco de la noche.

- Lo sabes ya, Jungkook, te lo he contado varias veces desde que esta beldad de ojos grises ha llegado a Seúl. No me transforme hasta que mi integridad corrió peligro.

- ¿Y que te ocurría las noches de luna llena hasta que llego tu momento?

- Mucha fuerza y deseos primarios de ser...

- ¿De ser que? - Inquirió Jeon

- Sabes lo que desean los omegas recién convertidos, Jungkook. Hay cosas que me cuesta hablar aunque nos conozcamos desde que éramos cachorros.- Jeon puso los ojos en blanco.- Deseos de ser anudada, Jeon... ¿Qué mas puede ser? Jimin deseara encontrar a su macho en el momento en que la luna alcance su estado maduro. Deseara tener crías y todos sabemos lo que se hace cunado un omega desea familia. Si ese omega es tu compañero te aconsejo que no te muevas de su ventana desde que la luna llena se ponga en el cielo.

- Es lo que pensaba hacer, querida Ju, solo puedo pedirte que hagas que sus cilindros metálicos se vendan rápidamente para que lo pueda llevar de vuelta a Busan.

Min-Ju asintió con la cabeza.

- Jungkook ¿por que el? No es lobo de nacimiento, es un simple humano convertido, además, ha estado con su esposo y con ese otro lobo de Busan, Lee Taemin. Podrías tener una compañera que jamás hubiera conocido un macho y loba de nacimiento.

Jeon sintió como todos los recuerdos afloraron a su mente haciéndolo regresar a aquel carruaje que el padre de Jimin tenia en el parqueadero de su casa. Aquel carruaje en el que estuvo a punto de hacerle el amor cuando Jimin tenia solo dieciséis años.

- Estoy enamorado de el desde que era un jovencito puro y virginal.

- ¿Fue tuyo en aquella época?

- No - respondió Jeon - mi cicatriz es la prueba de que alguien nos interrumpió.

Min-ju entrecerró los ojos. Quería tanto a Jungkook que cualquier cosa que lo hiciera sufrir a el también le pesaba a ella. Su hermano lobo era tan guapo que aquella cicatriz solo venia a darle mas misterio a una cara perfecta pero aun así le dolía.

- ¿por que no lo retuviste entonces? - quiso saber Min-Ju

- Es largo de contar.- Respondió Jeon con tristeza.- Cuando estuve en disposición de recuperarlo ya estaba casado con el Sr. Park y parecía feliz.

- ¿Cuántas veces te has arrepentido de decidir olvidarlo? - Pregunto Min-ju que guardaba una historia parecida en su propia vida.

- Yo no he dicho que decidiera olvidarlo. Jamás lo olvide ni un solo instante en estos diez años.

Nunca te olvides del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora