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- Gracias a dios que el cochero aviso de que habíamos llegado - la doncella protestaba en voz alta - de no ser así ese caballero lo hubiera besado -Jia silencio sus palabras al ver la expresión de Jimin.- Espero, mi bello señor, que no se enamore de un libertino. Ese hombre le rompería el corazón y ya sufrió suficiente cuando su esposo, el difunto Park Seo-joon, lo dejo solo.

Las manos de Jia no paraban encendiendo las lamparas de gas, retocando las velas en los candelabros, echando tronco de leña en el dormitorio de su señor y atizando las leves llamas que empezaban a levantarse en la chimenea caldeando el ambiente.

- Ha sido tan bonito escucharlo hablar de su esposo - Jia echo otra ojeada. Jimin seguía con la mirada perdida moviendo sus ojos de objeto en objeto.  

- Yo sabia... sabia que no solo era usted hermoso, sabia que tras esos ojos de hielo late un enorme corazón - Los ojos de Jimin se detuvieron en una débil llama que empezaba a flamear 

- Usted amaba a su marido, como debe ser y si su marido lo amo tanto para haber dejado tan grato recuerdo es porque usted es todo corazón. Lo se - Sirvió agua hirviendo sobre unas hojas de te y espero a que el liquido se tornara oscuro sin dejar de mirar a Jimin - Se que usted es bueno, he servido a muchas familias y nadie me trato tan cariñosamente como usted.

- Silencio, por favor, Jia - La doncella enmudeció de golpe ante el pedido de su señor. - Deme un te y siéntese conmigo junto al fuego.

La doncella sirvió el te en una hermosa taza de cristal de color jade pintada a mano con motivos que imitaban a las hojas del otoño. Jimin dio un sorbo a la taza y dejo que el liquido oscuro entrara en su torrente sanguíneo reconfortándolo.

- Mas azúcar, por favor.

La doncella acerco el azucarero solicitado.

- ¿Se encuentra bien, mi señor? - pregunto

- Mucho mejor así - dijo Jimin mientras daba otro sorbo a su te y se embriagaba de su dulzor.- Con un te azucarado es mas fácil recordar.- Jimin aparto la mirada del leño que había ardido por completo calentando la estancia y miro a los ojos de su doncella.- quiero que sepa que la he escuchado aunque pareciera que no. Muchas gracias por sus palabras, mi estimada amiga - Dijo poniendo su mano sobre la mano blanquecina de su doncella. - Para mi también usted se ha convertido en alguien importante... alguien en quien puedo confiar.- La doncella sonrió mostrando su hilera de dientes blanquísimos. 

- Necesito que me diga quien es Jeon Jungkook.

- Oh, por favor, mi señor, no me gusta hablar mal de nadie. El Sr. Jeon es un buen hombre, amigo de todas las familias adineradas de Seúl, pero tiene una pésima reputación como caballero, no le conviene enamorarse de el. - Jimin sonrió - Se lo digo enserio, señor, son muchos omegas que han querido cazarlo como esposo pero el siempre se ha escabullido.

- No tema, Jia, no es eso lo que quiero saber...

- No lo comprendo, Señorito Park.

- Su rostro, su mirada, su forma de hablar, la cadencia de su voz... hay algo en el que me resulta familiar y fascinante. ¿Ha vivido alguna vez en Busan?

- Que yo sepa no, mi señor, pero puedo averiguar. Trabaje para la familia Kim y la hija de Min-Jae conoce al Sr. Jeon desde que era una niña. Puedo preguntarle pero seria mas apropiado que usted la invitara a ella y a la Sra. Xiao. a un te cualquier tarde. Puede preguntar usted mismo. Seria mas correcto que preguntarle a su doncella.

- Tiene razón - dijo Jimin levantándose de su sillón y acercándose a la ventana.- Mañana no pude ser porque la luna se hará llena.

- Señor - Jia se acerco a el y miro el astro plateado en el cielo tal como hacia Jimin - ¿Qué tiene que ver que haya luna llena?

- Sírvase un te, mi buena Jia, debo contarle algo para lo que necesito toda su confianza.

- Por supuesto la tiene, mi señor.

- No solo su confianza - dijo el joven poniendo una mano sobre el hombro enorme de la doncella - necesito también su compromiso.

- Lo tiene, Señorito Park.

Jia dejo que su señor lo tomara de la mano y la hiciera sentar junto a ella en el sofá.

Tengo que contarle una historia... es algo que debe saber de mi... si cuando termine de escucharla piensa que soy un omega viudo que enloqueció por la ausencia de su esposo, tiene mi permiso para agarrar sus cosas y marcharse donde quiera.

Nunca te olvides del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora