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Cuando Sachi terminó de ducharse se vistió con un pijama común y salió con una toalla secando su cabellera pelirroja, al salir notó como Heat ya se había acostado pero lejos de dormirse veía su celular sin mucha preocupación tecleando sin entusiasmo al destinatario y remitente de nuevos mensajes.

Sachi bajo un cómodo silencio camino hacía la cama y se sentó en la mera orilla, mirando fijamente hacia la puerta cerrada que estaba a un par de pasos de distancia.

Aunque irse no le parecía una mala idea, quedarse tampoco le estaba comenzando a molestar. Tener casa y comida gratis solo por estar a un lado de alguien durante la noche, para dormir, quizá no era tan mala idea.

- ¿Te encuentras bien?.- Heat interrumpió sus pensamientos.

- Pensaba en huir.- respondió con una risilla.

El hombre se reincorporó dejando su teléfono de lado.

- Si quieres hacerlo adelante chico, te dejo las llaves en ese cajón de ahí.- apunto hacia la puerta, junto a ella había un pequeño mueble donde estaban las llaves de casa.

- ¿No te molestaría?.- preguntó Sachi con una ceja levantada.

Heat no contestó y se arropó acostándose nuevamente en el suave colchón, Sachi le siguió sin cubrirse con las cobijas.

- No tendría porque.- sonrió dedicándole la mirada al pelirrojo.

- Todo un caballero, hombre.- le devolvió el gesto acomodándose con más comodidad en el amplio colchón.

- Cualidades de uno.- soltó una risilla gratificante cerrando sus ojos en busca de descanso.

- No se te da mucho la humildad ¿Eh?.- se burló Sachi cubriendose con las mantas.

- Me lo suelen decir.- dijo sin abrir los ojos.

- Dormiré, no intentes nada extraño.- le advirtió en tono de burla dandole la espalda.

Cayendo no mucho después en los acojedores brazos del sueño, uno frío que le encantaba pero con una tibia sensación a su lado. De la que tampoco sé quejaba.

Heat se mantuvo despierto por un buen tiempo, siendo este más de dos horas. Se reincorporó un poco viendo el rostro dormido del chico y escuchando los sonoros latidos de su corazón mezclarse con su apasible respiración.

Suspiró un par de veces y en cuanto el sexto bostezo llegó, cayó rendido al lado del pelirrojo, depositando su cansancio sobre el colchón.

Fueron las seis de la mañana cuando la alarma comenzó a sonar, Sachi se removió de la cama con molestía palmeando un par de veces el despertador.

Tras apagarlo soltó un bostezo y se estiró en toda la cama como un gato, levantando con lentitud su cuerpo que apenas reaccionaba.

Vió el reloj marcando las seis con treinta de la mañana y talló sus ojos antes de levantarse de la cama, su cuerpo estaba cálido a diferencia de siempre lo que le pareció bastante extraño pero acojedor.

Se detuvo un rato mirando alado suyo, visualizando a Heat durmiendo tan tranquilamente, que lo hacía ver tierno. Con curiosidad se acercó al hombre quien se despertó casi inmediatamente al sentir un tacto sobre su cabeza.

- Lo siento,¿Te e despertado?.- con pena se apartó sentándose a la orilla de la cama.

- Mhm... ¿Ya es hora?.- preguntó reincorporándose somnoliento.

- Son las seis y media.- respondió Sachi notando el teléfono debajo de Heat.

- Bien, iré a darme una ducha.- dijo levantándose del suelo.

Tomó de su closet un par de prendas y entró al cuarto de baño, dónde se encerró por un tiempo. Tal que el pelirrojo aprovechó para cambiarse de ropas a unas más casuales y salir de la habitación en rumbo a la sala con el gran televisor.

Tomó el control y la encendió reproduciendo una serie de ficción que encontró, observó la pantalla por dos capítulos seguidos, hasta que finalmente el hombre dueño de casa bajó a la cocina a hacer el desayuno para ambos. Sachi curioso dejó la televisión hablando sola y caminó a paso lento hasta la cocina, sentándose a la mesa viendo como Heat cocinaba.

Preparó un desayuno simple de papas fritas un ensalada y un huevo frito, sirvió a ambos y a si mismo se sirvió una taza de café; Sashi prefirió agua simple.

- Iré a trabajar, volveré a la una y media de la tarde; puedes llamar al pingüino para que venga a visitarte o otro de tus amigos, supongo que también conoces a Trafalgar.- dijo Heat tomando un sorbo de su café. Amargo.

- me sigue sorprendiendo que tengamos amigos en común, pero en cierta parte eso me alivia.- Sachi soltó una risilla cubriendo sus labios mientras masticaba la comida.

- El destino es impredecible.- sonrió Heat terminando su comida, se levantó y llevó su plato y taza al fregadero.- Tengo que irme, cualquier cosa te sientes inseguro no te preocupes, no estás obligado a quedarte ni eres ningún rehen. Puedes salir y divertirte con tus amigos, ten un buen día Sachi.

Se despidió Heat saliendo de la casa, Sachi apenas y habló; el hombre era tan extrañamente amable que no sabía que pensar con eso, le gustaba la personalidad tan tranquila y dulce del hombre. A pesar de su apariencia tan intimidante.

Sachi negó rápidamente con la cabeza y volvió a la sala, dónde se sentó en el sillón y siguió viendo el programa; entretenido por la televisión siquiera prestó atención al tiempo y cuando menos lo pensó ya casi era hora de que Heat volviese. Y eso lo supo solo porque Penguin le había mandado un mensaje obligándolo de muy mala gana a despegarse de la televisión. Respondió el mensaje con pereza y al notar la hora se levantó del sillón, apagó el televisor y decidio ir a la habitación.

No quería que el hombre supiese que estuvo viendo el televisor desde las siete y media de la mañana sin hacer nada más. Aunque tampoco se sentía obligado a hacer algo en las casa, pues el hombre solo le había pedido dormir con él y eso para Sachi no implicaba hacer queaceres domésticos o nada realmente.

Así que se recostó sobre la cama, con algo de sueño. No estaba acostumbrado de levantarse tan temprano. Así que tomó lugar en la cama del hombre dueño de casa y sin titubeos se quedó profundamente dormido ante el sueño faltante de la mañana.

Heat abrió la puerta de su casa, todo estaba en silencio.- Quizá el chico tomó otra decisión.- pensó, dejó su maleta en el suelo de la sala y caminó hasta su habitación dónde le sorprendió un poco ver al pelirrojo dormido sobre su cama, la figura le pareció tan llamativa que el sueño tambien se apoderó de su mente.

Tomando lugar aun lado de Sachi se acostó a su lado, no tardando casi nada en dormirse. Tan tranquilamente.

*

1104 palabras.

 。⁠.゚una Cura para el Engaño ゚. 。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora