UNA NOCHE DE HALLOWEEN

CAPITULO 1

-Piensas huir de mi??- Escuché sus palabras mientras me tapaba la boca con mi puño para no dejar escapar ni un sonido.

No se como se había complicado tanto las cosas, hace unos días era una niña feliz y ahora soy cazada por un demente... Pero quizá yo lo provoque....

Sus pasos lentos sobre el agua son un sonido que jamás olvidaré, la gotera de fondo y la lluvia que azota a fuera, me perseguirá por el resto de mi vida si logro salir de aquí.

Me aferro más a mis rodillas metiendo mi cabeza entre ellas, la capucha negra de la sudadera me camufla en la oscuridad del lugar, intento regular mi respiración o me encontrará!!!

El no intenta esconderse, su respiración están silenciosa como la de un toro enojado, sus pasos son lentos pero su pisada es fuerte dandome a saber exactamente dónde se encuentra, de eso se trata su juego.

-Sal ratoncito.... El gato necesita jugar un rato- canta con su voz gruesa y espeluznante, haciendo que mis manos tiemblen.

Me asomo un poco y lo veo, mejor dicho veo lo poco que me deja la oscuridad.
Está de pie con un cigarro en la mano observándolo, luego lo lleva a su boca y da una calada.
Lleva una camiseta blanca, un pantalón razgado negro y unas botas de combate, es como si la lluvia y el frío le tuvieran tanto miedo que ni se le acercara y el no los sintiera.

Su pelo rubio blanquecino brilla aún en medio de la oscuridad, su cuerpo tiene músculos para ser delgado, es guapo no voy a negarlo, su apariencia es hermosa, el problema es su personalidad.

Lo miro intentando tranquilizar mi cuerpo y maldiciendome por ser tan tonta.... Cómo pude caer en su juego, hubo señales, cientos de ella y yo ya estúpida las ignore.

Da otra calada a su cigarro y echa la cabeza atrás disfrutandolo, sus pestañas son largas y del color de su cabello, pareciera que disfruta de esta situación.

-Oh ratoncito, puedo olerte, no se que me excita más, tu perfume o tu olor a miedo- sus palabras casi me hacen gritar pero no puedo permitirnelo.

De pronto otros pasos se acercan, llegó el otro, ahora estoy perdida, van a encontrarme.

-Has tardado hermanito- dice el con un tono calmado.

-Supongo que no la has encontrado?- pregunta el recién llegado.

-Si, lo hice- su tono me hace querer gritar pero no lo hago. -Solo me apetecía jugar un poco más...

-Esos juegos me gustan, dime qué tal este ratoncito- La voz del recién llegado me da escalofríos.

-Dulce y muy rebelde, es de las que nos gustan, amo cuando ponen resistencia- señala el golpe que le hice en la nuca y que pinta su cabello de rosa.

No me atrevo a ver al recién llegado, mi mirada está en el otro, tengo el presentimiento que no me gustará lo que vea. Aún así después de todo me gana la curiosidad y lo hago.

Parado frente al otro está el recién llegado, pareciera que está parado frente al espejo, el otro tipo es exactamente una copia igual a el.... Son gemelos, gemelos idénticos.

Se miran por un rato, como si se comunicaran en silencio, y esa actitud no hace más que alimentar mi miedo, es sabido que los gemelos se comunican de una manera tan especial que es incomprensible para los demás, quizá es su conexión.

La urgencia de salir de qui se hace cada vez más fuerte, un mal presentimiento está aplastando mi pecho y quiero gritar para ver si alguien me escucha, pero se que no será así, estoy demasiado lejos de algo o alguien.

Miro al rededor, debe haber una manera de salir de aquí sin ser vista y escuchada mientras ellos están concentrados en su plática silenciosa.

No encuentro una salida, hay agua en todas partes y mis pasos se escucharían o terminaría resbalando... No se que hacer.

El chapoteo de sus pasos me desconciertan lo suficiente para darme cuenta que vienen en mi dirección.
Cuánto intento reaccionar es de tarde, muy tarde.

-Te tengo ratoncito.... Es hora de jugar.