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Como vagabundo qué no recordaba su historia, caminaba arrastrando los pies mientras daba torpes pasos de bebé, aún tenia que acostumbrarse a esos movimientos para estar seguro y no mirar para abajo todo el tiempo, procurando no fallar y tropezar.

Aun no había explicación, y por más que se lo preguntara una y otra vez, que la duda le haga creer que no debería estar ahí, no encontraba respuesta, nadie podía.
¿Qué fue lo que sucedió? Estando nuevamente en medio del bosque, donde se quedo por última vez, agradecia tener forma de viajar entre los mundos más fácilmente, de otra forma, no podría seguir explorando la isla como tanto anhelaba desde que despertó por primera vez, encerrado por 4 paredes sin opción de salir por su cuenta.

Era común que su mente divagara entre pensamiento e idea con gran rapidez, no podía mantener una sola imagen por mucho tiempo sin que esta cambiara para dar paso a un monólogo consigo mismo.

Lo que se quedaba por más tiempo y en lo que prestaba principal atención, es en las cosas que pasaban frente a sus ojos mientras se perdía, una vez más, en el frondoso bosque, qué para su sorpresa, era tan grande que pensaría que no podría llegar a estar en una isla tan pequeña.

El olor de sus maderas después de que lloviera al día anterior, la luz de la luna qué pasaba entre las hojas que iban cayendo y flotando en la dirección que el viento les indicara. Los insectos qué eran de todo tipo de tamaño, color y forma, toda su variedad era perfecta a sus ojos, las arañas y sus colores que, por alguna razón, lo asustaban. Las polillas qué volaban entre las ramas, le recordaban a las mariposas qué podía ver durante el día, pensó que quizás, era algún tipo de disfraz qué las mariposas usaban de noche para estar más cómodas, ya que las polillas se veían más suaves y esponjosas qué las mariposas, quizás sentían frio.

Frio, había escuchado a algunos de sus nuevos amigos decir que sentían frio, mas nunca le describieron ese sentimiento para poder reconocerlo, pero podría asegurar que sabia perfectamente a que se referían, lo supo cuando un escalofrío recorrió su cuerpo y por instinto, se abrazo a si mismo en un intento de mantener el calor, no sabía precisamente el porque.

Cuando sus piernas empezaron a temblar y él sintió que ya no podía caminar más, dando un paso más y terminando por caer al piso, se levantó como pudo e hizo lo posible por mantenerse de pie, estaba asustado, había perdido el camino que mentalmente había trazado.
Estaba perdido, otra vez, solo que ahora era de noche. Él no sabía defenderse, Maximus le había enseñado como se suponía que debía hacerlo, pero no tenía experiencia real con las peleas y mucho menos con los seres qué vivían en la isla, seres que no tenía sentido que existieran, pero ahí estaban, al igual que él.

Sabia que por algún lado tenía un mapa de la isla, no sabía cómo ni porque, pero lo agradecía bastante, el único inconveniente es, que no sabía leer bien un mapa, por lo que hizo su mayor esfuerzo para comprenderlo o, qué al menos, le fuera de ayuda, por más pequeña que pueda ser.

-¿y como piensas encontrarlo? Ya pasaron más de 7 minutos desde que se fue, se volvió a perder. -llevaban caminando por un tiempo considerable, tanto que Maximus ya estaba cansado de la instencia de su amigo.

-¿acaso no te preocupa? -le cuestionó Cellbit. -¿no que supuestamente era tu hijo?

-si me preocupa, pero... A ver ¿al menos sabes donde buscar? -evadió la pregunta que su contrario le hizo. -el bosque es muy grande como para barrerlo nosotros dos, solos.

-para eso esta el mapa, ahora, sígueme y deja de quejarte. -concluyó Cellbit, sacando su mapa e intentando ubicar al castaño en este. Por suerte, los mapas mostraban las nametags de los habitantes, su búsqueda no iba a ser tan difícil de concretar.

Mientras más tiempo pasaba, Arin se iba alejando más y más de la casa de Luzu, dirigiéndose a el spawn, o el centro de la isla. Según su mapa, estaba cerca.

Él aprendia sorprendentemente rápido, no le era dificultoso desenvolverse una vez entendía como hacerlo correctamente. Recordaba algunas de las cosas que veía a su alrededor, las vio por primera vez cuando Bad y Foolish lo llevaron de vuelta a casa luego de despertar en frente de ellos, no le dieron mucha explicación de lo que pasó antes, pero suponía que ese era un tema de Luzu, no suyo.

Siguió caminando hasta que por fin dio con el spawn, el centro de la isla, donde había grandes construcciones y varias plantas que le llamaban la atención, por lo que decidió dar algunas vueltas por el lugar.

Había tantas cosas ahí y tantos sitios nuevos por explorar, qué no sabía por donde empezar, daba vueltas y caminaba embobado por lo que veía, aunque no fuera muy llamativo ni novedoso, era la primera vez que veía cosas así. Algunos edificios alrededor del centro, qué no eran la gran cosa, pero tenía curiosidad por saber que había adentro, mas no tenía intención de encerrarse una vez más, por lo que lo dejo pasar.

Prefería ver la habitación grande, o como Maximus la llamaba, el mundo, prefería respirar el aire fresco que había afuera, disfrutar de los sonidos que podía captar de noche, el ulular de los búhos, el cantar de los grillos, el sonido de las hojas siendo movidas por el viento, todo eso le hacía olvidar su situación, y para variar, las preguntas a las que debía encontrar respuesta.

Aun sentía frío, sus pensamientos lograban mantenerlo distraído de aquello, pero los ligeros temblores y los escalofríos qué lo recorrían le hacían recordar que, no estaba en casa. No tenía otra opción mas qué entrar en algún lado para sentir un poco de calor.

no entendía como es que Luzu podía estar con solo una sudadera todo el tiempo, de día, el calor era insoportable, y de noche, la delgada tela no lograba mantener la temperatura del cuerpo, pero era lo único que tenía en su hogar, pensó que quizás, Luzu no tenía otra prenda de ropa que pudiera usar, y era por eso que usaba lo mismo siempre, pero olía a limpio, como si estuviera recién lavada y perfumada, olor qué mantenía por mucho tiempo, así lo creía Arin.

Cuando llego a un edificio con luz en su interior, cerró la puerta y se sentó en el gélido piso, esperando que de alguna forma, pudiera entrar en calor al fin, quedándose ahí por vários minutos que no se molesto en contar, solo tenía que esperar a que llegara nuevamente el día y con él, el calor.

Miraba el piso como si fuera lo más interesante del mundo, cuando escucho unas voces, voces qué se le hacían familiares, se tranquilizó al reconocerlas y pensó que era buena idea ir a buscarlos. Quizás Foolish y Bad querrían acompañarlo durante su exploración.

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⏰ Última actualización: Jul 16 ⏰

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