20. Promesas de papel

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-¿Entonces están saliendo o no?- siguió indagando Monica mientras recorríamos los pasillos durante el receso.

-Sí.. y no. Bueno, aún no lo definimos. ¿Podemos ya cambiar de tema o algo?- suscitó apenada la interrogada.

-Nunca nos cuentas nada, Chiara. ¿Por qué?- solté sorpresivamente hasta para mí.

Fui la única a quien ella pudo mirar con poca determinación entre que se le borraba la sonrisita. Los ojos de cordero escondiendo mucho más de lo que había en la superficie de una faceta dócil y asertiva que con los eventos recientes ya no estaba vendiéndole el cuento a nadie. Incluso con el estado defensivo a flor de piel, Chia se miraba genuinamente asustada.. además de lúcida. Consciente de mis intimidantes miradas de análisis como si del esfuerzo un día de estos la pudiera borrar del mapa.

«Ganas no me faltaban»

-Es una de mis mañas, no infiere en mi confianza en ustedes y.. es más, para que vean que no tengo nada que ocultar, se enterarán a detalle ahora mismo- prometió siendo la primera en adentrarse al aula.

Faltaba un largo rato para el final del receso y aún así el aula no estaba desocupada del todo. Arianna, Lucia y Carlota voltearon a mirarnos tan pronto como nos sentamos en nuestros lugares, y ni siquiera la presencia de las tres noticieras de la escuela impedirían que Monica e Isabel oyeran el tan aclamado chisme.

Ya que estaba ahí, yo tendría que escuchar de todos modos.

Chiara dudó un poco antes de abrir la boca y aferrarse al respaldero de la silla, lista para soltar la supuesta verdad estando solas o no porque sabía bien que se trataba de su última oportunidad para que las tres depositáramos nuestra credibilidad y buen juicio en ella.

-Podría decirse que Giulio y yo nos hicimos cercanos con el tiempo. Al principio apenas y nos saludábamos pero.. una cosa llevó a la otra y..

-¿No era que tú y Pietro andaban en algo?

-¡Monica!- la regañó Isa, reacia a seguir esparciendo un rumor del cual sabía toda la clase- ellos dos son tan amigos como tú y nosotras, ¿a que sí?

-Exactamente- exhaló aliviada la castaña clara- yo a Pac lo vi con otros ojos desde el primer momento- agregó muy emocionada- él es.. alguien que se está guardando un lugar bien ganado en mi corazón.

Mi expresión de facciones tensas cambió drásticamente en cuanto vi a Chia acomodarse cabizbaja y sonreír de oreja a oreja, una auténtica señal en el lenguaje corporal de que el hablar tan profundamente de Giulio le provocaba esa misma ilusión que yo sentía cada vez que Pietro solía coquetear conmigo tiempo atrás. En ninguna de esas veces fui justa con él, ni con la vida que me dio esas oportunidades que ahora habían sido llevadas con el viento. El viento, sería mi orgullo de no admitir que él me gustaba en primer lugar.

Ahora solo me quedaba el consuelo de que Chiara lo veía a él no más que como un compañero de clase. Decía que es su amigo, pero es que ya apenas le prestaba un cuarto de la atención de antes.

-¡Eso es muy bonito, Chia!- la alentó Isabel- espero que puedan hacer real este vínculo que están formando.

-Yo también lo espero, y me alegro por ambos- Monica sonrió ladina- no entiendo qué le ves a Giulio, pero tengo la certeza de que es un chico muy bueno. Pesado y algo bobo, pero bueno.

-Ya, ya, creo que ya entendimos- dije entre una breve risa- déjenlos ser, que luego Chia se enfadará y no nos pondrá de madrinas en la boda.

-¡¿Boda?! ¡¿Pero en qué momento he mencionado yo una boda?!- dijo estallando en risas, a lo que las tres la acompañamos en su risa desmesurada.

Madly in Love | Giulio PaccagniniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora