卍 Mizo Gang 卍

🥊 ¡Quiero estár en su pandilla! 🥊

Donna

—Donna despierta, llegaremos tarde el primer día.

La voz de Takuya me saca de mi tranquilo sueñito. Abro un ojo para verlo ya que la luz encendida me está molestando. Lo veo de espaldas acomodando su camisa del uniforme. Me siento en la cama aún con los ojos cerrados, qué flojera levantarse los lunes.

—No quiero ir, recuérdame por qué me levanto. —bostezo mientras me froto uno de mis ojos.

—Primer día de clase, no te has bañado y llegaremos tarde si no te apresuras, —tomó su mochila y volteo a verme— Te espero abajo.

Takuya salió del cuarto y yo intento sacar fuerzas de yo no sé dónde y me levanto para bañarme, vestirme y arreglarme. Papá estaba junto al padre de Takuya sentados a la mesa mientras la mamá de Takuya estaba en la cocina haciendo el desayuno.

—Buenos días a todos. —saludo mientras llego a la mesa— Buenos días papá.

—Buenos días campeona.

Papá se encontraba leyendo el periódico, el señor Yamamoto estaba tomando su café mientras leía su periódico y la señora Yamamoto en la cocina. Me siento frente a Takuya no sin antes robarme su tostada mientras le untaba mantequilla.

—Gracias. —dije mientras le daba un mordisco.

—Oye, eso era mío. —reprochó Takuya.

—'Era' muy bien dijiste. —respondí con sarcasmo.

—Hay más tostadas en la bandeja. —dijo papá. Quitó la vista de su periódico y volvió a verme—. ¿Podrías ayudarme en el gimnasio cuando vuelvas de la escuela, campeona? Después de que entrenes, claro.

—Ok pá.

—Y cuéntame Donna ¿haz hecho alguna amiga? —preguntó el señor Yamamoto.

—Bueno, aún no señor Yamamoto.

El soltó una pequeña risita.

—Llevamos años viviendo todos juntos desde que tu y Takuya eran niños y ¿Aún me llamas señor Yamamoto? Sabes que puedes decirme sólo Masato.

Yo suelto una risita también. —Está bien Masato-san y respondiendo su pregunta, aún no he hecho amigos. El año pasado no me fue tan bien en eso.

—Mira el lado bueno, este año estarás en la misma clase con Takuya.

—Así es. —comentó Takuya— Si quieres podrías unirte a mi grupo de amigos.

—¿De verdad? ¡Suena genial!

—Hijo, tu y Donna deben apurarse.

La madre de Takuya apuntó al reloj que estaba arriba en la pared. ¡Se está haciendo tarde! Takuya y yo terminamos de desayunar y salimos en dirección al metro para llegar a la secundaria.

[...]

—Bien, estamos a tiempo.

Íbamos caminando por los pasillos, buscando nuestro salón. La secundaria estaba llenísima, llegaron muchos estudiantes nuevos este año.

—¿Y como es tu grupo? —pregunté a Takuya.

—Bueno, en realidad somos una pequeña pandilla.

Mis ojos se iluminaron. —¡¿Estás en una pandilla?! ¡Eso es increíble!

—Digamos que si. —Soltó una pequeña risita nerviosa—. Somos los 5 de la secundaria Mizo.

—Qué nombre tan largo para una pandilla tan pequeña. —opiné— ¿Y quienes están?