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– Esta es mi tarjeta. En caso de que necesites algo, contáctame.

Tomó el papel negro en sus manos. Una letra blanca y elegante rezaba el nombre y número del propietario. Asintió suavemente y abrió la puerta del auto.

Había vuelto después de dos días. No procesó del todo la información, pero si se quedaba más tiempo fuera lo más probable es que pusieran una denuncia por desaparición.

Lo último que necesitaba era que pusieran su cara en todas partes.

– Yo... Muchas gracias. Por todo –. Se dirigió al hombre mayor con respeto y se inclinó suavemente.

– Dan-ssi, cuídate –. Respondió Jaeil sonriéndole.

Cerró la puerta y vió el auto alejarse lentamente hasta perderse por completo de su vista. Suspiró y guardó la tarjeta en su bolsillo, solo por si acaso...

Redireccionó sus pasos hasta llegar a su destino. Tomó aire y abrió la puerta del restaurante lo más silenciosamente posible para no llamar la atención, pero sorprendentemente no había nadie.

Estaba extrañamente vacío.

Leah, Nakyum y Juyeon no estaban, Dooshik tampoco. Ya era horario de apertura pero estaba cerrado, ¿entonces por qué la puerta estaba abierta...?

Corrió hasta la caja registradora, pero todo el dinero estaba ahí. Revisó la cocina y las cosas de valor, pero absolutamente todo estaba intacto. Nada había sido tocado o movido de lugar.

"¿Qué?...". Solo quedaba un lugar qué revisar: el loft en el que vivía.

Subió las escaleras con pasos de pluma y abrió la puerta de la casa solo para toparse con botellas, latas y más botellas de alcohol desparramadas por toda la cocina y sala. Abrió sus ojos con horror y sorpresa, ¡eran demasiadas latas y botellas!

¡Era una cantidad absurda de alcohol!

Imaginando lo peor, buscó a Dooshik en cada habitación de la casa sin éxito alguno. Empezó a desesperarse y abrió la última puerta que faltaba: la del baño.

Y ahí estaba Kang, tirado en la bañera y totalmente quieto. Dan se acercó corriendo y tomó el rostro del hombre que apestaba a alcohol solo para asustarse más porque estaba helado.

– ¡Ey, Dooshik! ¡Dooshik! –. Gritó sacudiendo al hombre sin obtener respuesta alguna. Posicionó sus dedos bajo su nariz y se tranquilizó un poco al notar que respiraba, pero estaba preocupado.

Este maldito sujeto está inconsciente por beber tanto.

No iba a arriesgarse y prefería prevenir que curar, por lo que buscó su teléfono y llamó a una ambulancia los más rápido que pudo.

Con la fuerza que tenía, arrastró a Dooshik fuera de la bañera; lo secó y vistió mientras esperaba a que el personal hospitalario viniera. Se sentó junto al cuerpo del alto y lo miró con recelo.

En ese momento, no sabía bien con qué ojos mirarlo, pero todavía su tonto e iluso corazón palpitaba con fuerza.

Cerró los ojos y se repitió a sí mismo que tenía que dejar las cosas claras de una vez.

No quería ser como un objeto otra vez.

金継ぎ

Pip pip.

El sonido agudo era molesto.

"Que alguien lo apague"  pensó mientras trataba de dormir nuevamente. Su cabeza pesaba inmensamente y sentía como si cada tanto le estuvieran apuñalando con un objeto filoso.

Kintsugi || DanShikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora