BLOGGER BOY

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Me quedé sentado en las gradas cerca de la cancha durante el almuerzo. No solía llevar almuerzo y tampoco me gustaba la comida del casino, así que mis grandes soluciones para este momento del día era comprarme una hamburguesa y una bebida individual en el kiosko del colegio, y en el peor de los casos, cagarme de hambre.

Las gradas cerca de la cancha no eran el mejor lugar para comer, cabe mencionar, pero ahí me encontraba mientras observaba a Mingi jugar a la pelota. No era el único que estaba ahí para verlo, en absoluto; Mingi tenía su pequeño "club de fans" sentadas en primera fila para verlo jugar. Era una mezcla de nuestras compañeras de curso y una que otra chica de cursos menores. Me parecía tierno pero también divertido ver como se emocionaban cada que Mingi metía un gol, se caía o corría mientras se quitaba la polera; mi único amigo en todo el mundo terminó siendo un fifas al que le encanta pegarse el show frente a chicas hormonales.

Reí en silencio al pensar en ello y terminé de comer para luego tomar de mi bebida. Este era el recreo más largo del día y a pesar de que no prefería estar metido en una sala de clases rodeado de personas a las que posiblemente no le agrado, tampoco me gustaba demasiado estar sentado en unas gradas a la vista de medio colegio. No era como si todos se fijaran en lo que hacía; si estaba solo o no, comiendo algo o viendo el celular, pero siempre existía esta sensación de incomodidad al estar al alcance visual de más personas. Y no me agradaba.

Tomé mi celular para revisar twitter y pensé en la cantidad de confesiones que debía llegar a postear y responder para mi blog, así que aproveché parte del tiempo libre para comenzar mis "reseñas", anotando todo en Notas.

Una de ellas decía:
"hola jh, mi confesión es que hace poco me besé con mi bully:( aún es raro para mí pensar en eso porque este chico me ha molestado desde hace ya un año y ahora estoy muy confundido, será que puedo llegar a gustarle a alguien que solía hacerme la vida imposible? me encanta tu blog<3"

Inmediatamente se me revolvió un poco el estómago. Ésto es a lo que me refiero cuando digo que allí fuera existe gente viviendo lo mismo que yo, o algo similar. La horrible confusión que te puede generar una persona con una sola acción era algo que detestaba, el no saber qué pasa por la cabeza del otro. Lo difícil que era a veces comprender el porqué de las acciones ajenas.

En más de una ocasión recibí confesiones e historias con las que me identificaba. Que me hacían recordar lo que un día tuve que vivir; la constante confusión, el no estar seguro de lo que sienten por ti porque dicen algo y te hacen algo completamente diferente; ser tan ingenuo para querer creerle a esa persona. Tal vez ya no me encontraba en aquella situación y posiblemente no se parece tanto a la confesión, pero lo entendía. En gran parte. Era algo que me dolía recordar, pero también se me hacía imposible no tener presente cada que llegaban este tipo de confesiones, o cada vez que debía debatirme entre confiar o no en alguien más.

Miré la pantalla de mi celular y comencé a escribir: Hola, honguito! Me alegra que el blog sea de tu agrado, recuerda que aquí siempre será un espacio seguro. Respecto de tu confesión... comprendo que te puedes sentir muy confundido después de algo así, pero si quieres mi consejo, te diría que abrieras bien los ojos y veas aquellas banderitas rojas que te advierten del peligro. Yo no sé qué tipo de daño pudo hacerte tu bully en el pasado, pero ninguna de sus acciones recientes (como besarte, tomarte de la mano o incluso darte una sonrisa) van a borrar el daño que causó antes. No te dejes llevar por cosas tan pequeñas, porque ninguna logrará tapar todo lo qué hay detrás. Te mando un abrazo, espero haber sido de ayuda y que puedas aclarar tu mente!"