BLOGGER BOY

chocar, arder; pt 2

                        

                        

                        
Con Seonghwa bajamos al primer piso y nos dirigimos a la cocina. Me sobresalté cuando sentí su mano tomar mi chaqueta para poder pasar entre la gente, pero lo seguí sin decir absolutamente nada.

Sacó un Mistral Ice para cada uno y los abrió con el destapador que estaba en la encimera de la cocina, entregándome uno a mí y dándole luego un trago a su propia botella.

— Acompáñame afuera— esta vez no lo preguntó, así que simplemente lo seguí.

La música parecía estar incluso más fuerte que antes, lo cual parecía no molestar en absoluto a Seonghwa ni a los demás invitados. Divisé a Kai bailando en medio del patio junto a un par de chicas que no conocía ni de vista, cerca estaba Mingi y por un momento pensé en acercarme de vuelta con él, pero incluso antes de decidir que no lo haría, Seonghwa llamó mi atención, ofreciéndome un cigarro.

— ¿Fumas?— preguntó. Negué con la cabeza.

— No sabía que fumabas.

— Siento que a penas y sabias que somos compañeros — dijo a modo de broma. O eso quise pensar yo. — ¿Sonó muy pesado?

— ¿El que?

— Mi comentario. Sonó pesado, disculpa. A veces me pasa, el Yunho siempre me dice lo mismo.

— ¿El Yunho?

— Mi amigo — aclaró y encendió su cigarro.

Lo observé dar una calada a éste y expulsar lentamente el humo; me sentí un poco mareado entre todas las luces de colores parpadeando a nuestro al rededor, la imagen de él fumando frente a mí y la música. Era algo irreal verlo haciendo todo lo que, imaginé, no le gustaba.

¿Seonghwa? ¿Bebiendo y fumando?  ¿Y en una fiesta? No sonaba muy real, pero tampoco parecía muy real el hecho de que yo también estaba en la misma fiesta, junto a él, bebiendo un Mistral Ice.

— Hace rato no venía a una fiesta— se acercó un poco a mi oreja para que pudiera oírle. Su perfume y aroma a cigarro me inundó por unos segundos y, lejos de molestarme, la sensación me gustó.

— Nunca imaginé que te pudieran gustar las fiestas— dije con sinceridad, alzando la voz. Le di un par de tragos más a mi botella, él hizo lo mismo.

— Pero si no me conoces ni yo a ti— en eso tenía toda la razón.

— Ya sé, solo lo imaginé, ya sabes... porque eres muy tranquilo y callado.

— Tú también lo eres y estás aquí.

Dio otra calada a su cigarro y me escudriñó con la mirada. Mis mejillas ardieron por unos segundos cuando hicimos contacto visual, así que miré algo más que no fueran sus ojos.

Todo el ruido que había me tenía tan aturdido que a penas y noté cuando Seonghwa se acercó incluso un poco más a mí. Para cuando fui consciente de ello, él ya estaba acercando una de sus manos a mi rostro.

— ¿Q-qué pasa?— la voz me tembló un poco y solté una risa nerviosa— ¿qué tengo?

— Una pestaña — alejó su mano y me mostró que sobre su dedo había una pequeña pestaña negra. Me volví a reír, esta vez un poco más nervioso que antes.

Seonghwa aplastó la pestaña entre su dedo índice y el pulgar y preguntó — ¿Arriba o abajo?

Dudé unos segundos.