Desperté sintiendo un gran peso en mi brazo derecho y sin poder moverme debido a eso. Levanté un poco la cabeza y abrí con algo de dificultad los ojos, volviendo a cerrarlos cuando una punzada de dolor se instaló en mi cabeza ante a la acción.Suspiré pesadamente y miré a mi al rededor, dándome cuenta de que aquel peso que me despertó era Mingi recostado sobre mi brazo, completamente dormido.
— Mingi— murmuré; la voz me salió aún más ronca de lo normal debido al sueño— Mingi, mi brazo.
Se removió un poco sobre la cama, pero en vez de liberarme del peso, se movió en mi dirección, subiendo una de sus piernas sobre mí.
Me quejé debajo de él y, como pude, lo quité de encima, provocando que terminara cayéndose de la cama, pues el espacio era reducido debido a que era una cama de plaza y media dentro de la habitación. Y yo podía ser pequeño en comparación de Mingi, pero los dos sobre la misma cama abarcábamos más espacio del que disponíamos.
Me incorporé sobre las sábanas y lo miré desde arriba; el golpe definitivamente lo había despertado, pero no lo suficiente para que procesara lo que pasaba a su al rededor.
— ¿Qué hora es?— preguntó con voz somnolienta mientras se sentaba y se tocaba la cabeza, acariciando la zona debido al golpe.
— Ni idea— busqué mi celular con la mirada pero no lograba divisarlo; tanteé con mis manos bajo la almohada, pero tampoco di con el aparato.
Pronto pequeños recuerdos de la noche anterior comenzaron a golpear mi mente, aunque demasiado borrosos como para entenderlos, así que pregunté — ¿En qué momento volvimos a tu casa?
— ¿No te acuerdas?
— No mucho.
— ¿Recuerdas haber vomitado?— el tono de su voz esta vez era de burla. Lo miré mal por eso.
— Claro que no vomité.
— Lo hiciste. Ensuciaste tu ropa, ¿o por qué crees que estás usando mi sudadera?
Iba a responder justo cuando bajé la mirada para comprobar sus palabras y, en efecto, estaba usando la ropa de Mingi. Fruncí el ceño, mirándolo y queriendo reclamar sus palabras, pero no tenía nada para decir.
— Anoche te encontré en el auto del amigo de Seonghwa — mi cara debía ser muy graciosa a juzgar por la risa de Mingi luego de soltar aquella información — Parecías un trapo en el asiento trasero, a penas te podías mantener sentado.
— ¿Estaba Seonghwa en la fiesta?
— Sí. Y según su amigo, estaban conversando bien a gusto ustedes dos. Nunca pensé que los más callados de la clase terminarían haciéndose amigos en un carrete.
Me quedé en completo silencio analizando sus palabras. Los recuerdos comenzaron a ser un poco más claros, no mucho, pero lo suficiente para armar una pequeña película en mi cabeza.
Una película en la que, efectivamente, estuve con Seonghwa, pero no precisamente conversando. Un calor repentino subió por mi rostro al pensar en el beso que nos dimos en el segundo piso.
Debía estarme volviendo loco.
Mingi se había levantado del piso y tomó su celular, caminando hacia la puerta en el rato que yo me hundía en mis propios recuerdos borrosos de la noche anterior.
— ¿Vas a quedarte a almorzar, cierto? — asentí de forma automática, sin mirarlo — Ya, me iré a duchar rápido para que cocinemos algo. Mi mamá me mandó un mensaje, parece que salió, así que si quieres usa su baño— alcé la mirada esta vez; Mingi salió de la habitación con una toalla en su hombro — En su botiquín debe haber paracetamol, por si lo necesitas.
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BLOGGER BOY
FanfictionKim Hongjoong administra un blog de confesiones donde publica y comenta historias de manera completamente anónima. Park Seonghwa es compañero de Hongjoong, con quien nunca ha cruzado palabra. Sin embargo, esto cambia en una fiesta donde ambos se a...