VII

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Pov _____:

Seguía allí, recostada al tronco de aquel viejo árbol, pensando en todo esto. Por qué me siento así? No lo entiendo, y eso me es desesperante. Bajé la cabeza

_____: -susurro- ay abuelo, ojalá estuvieras aquí. Tal vez así, me ayudarías a entender lo que siento.

Dí un suspiro para luego subir mi cabeza y observar el cielo sobre mí. Ya se acaba el día, cae la tarde y desde el lugar donde estaba se podía observar un atardecer precioso............

Un momento...... El atardecer?!?!? Ya es tan tarde?!? Cuánto tiempo llevo aquí?!? Maldición! Le dije que me esperara en la cabaña y que no me tardaría!!

Me coloqué derecha, recogí mi cabello, me puse la máscara y comencé a caminar con calma hacia mi cabaña.

Caminaba despacio, pues ya era bastante tarde. A estas horas él ya debe haberse marchado, no sería extraño pues a estas horas los trabajadores de la casa de Tecchin-sama les suelen decir a los cazadores que se hospedan allí que vallan y tomen un baño ya que luego servirán la cena.

¿Cómo lo sé? Pues trabajé un tiempo en la mansión y Tecchin-sama es muy tradicional, así que los horarios nunca cambian.

Llegué a mi cabaña y efectivamente estaba vacía. La espada de aquel chico seguía ahí sin moverse ni un solo centímetro de donde la había dejado antes de salir. Al no haber nadie más, me retiré la hyottoko, sin soltar ni cabello, para seguir trabajando.
Me arrodillé frente a mi mesa de trabajo y seguí con la reparación de la espada de Tokito. Me tomaría bastante terminarla, ya que la había roto.

Al cabo de varias horas, decidí tomar un pequeño descanso. Me levanté y me estiré, luego me acerqué a la ventana dándome cuenta que ya era de noche. Supongo que me quedaré a dormir aquí esta noche.

Alguien toca la puerta, a estas horas solo podía ser Kanamori-san y su esposa, por lo que no me preocupé por ponerme la hyottoko. Nadie más vendría aquí a estas horas. Me alejé de la ventana y me dirigí a la puerta para abrirla. De camino a la puerta iba hablando

_____: Kanamori-san, Ame-san ya es algo tarde -llegué a la puerta y la abrí- no es seguro que-

xxx: a quienes les hablas? -mis palabras se cortaron-

Abrí los ojos con sorpresa al darme cuenta de que mis visitantes no eran el matrimonio Kanamori.

Quedé en shock por un momento, y luego reaccioné, primera acción fué el cubrirme el rostro para seguidamente tratar de cerrarle la puerta en la cara a quien había venido.

Dije "tratar" más que nada porque no me dejó hacerlo. Sujetó la puerta haciendo que me fuera imposible cerrarla, tenía mucha más fuerza que yo.

xxx: que tratas de hacer? -prenguntó "ingenuo"-

Dejé la puerta y me concentré solo en cubrir mi rostro de su vista, dejando un espacio entre mis dedos para verlo. Él también dejó la puerta y pasó adentro, se dirigió a la ventana, quedando de espaldas a mí, observó el cielo a través de ella. Descubrí mi rostro, ya que él estaba de espaldas, me acerqué un poco por detrás suyo. Una brisa fría se colaba a través de la ventana y mecía los largos cabellos de aquel muchacho de ojos menta.

xxx: si vas a ponerte la máscara solo hazlo y ya. Prometo que no te veré.

_____: s...si -me alejé y fuí a tomar mi máscara- Tokito, gracias por comprender la-

Muichiro: aunque....... Me da curiosidad el como luce tu cara sin esa cosa -dijo con su típico tono desinteresado- cuando abriste la puerta alcancé a ver solamente tus ojos. -bajó su mirada a sus manos- tienen un extraño color.

_____: color.... extraño?... En buen o mal sentido? -prengunté extreñada-

Muichiro: en el buen sentido. Es un lindo color -expresó-

Sus palabras llevaban ese toque habitual de desinterés, pero la forma en la que lo dijo se escuchó muy sincera. Mis mejillas se encendieron al escuchar tales palabras.

_____: e......eh? -Mis mejilla se tornaron rosadas al escuchar su comentario-

Una brisa ligera se coló por la ventana meciendo los cabellos del joven pilar de la niebla. Mis ojos recorrieron con atención la figura de Muichiro.

Comenzando por su rostro, específicamente por aquellos casi inexpresivos ojos, de un color menta precioso, el perfil de su nariz era tan perfecto, sus pómulos, que eran ligeramente rosas de forma natural, y sus labios finos.
Pasando por su cabello azabache de puntas menta, su cuello y hombros, seguidos de sus brazos, los cuales a penas podían verse debido a su uniforme, el cual solo dejaba ver sus pálidas manos. Mis mejillas adoptaron un color rojizo al verlo.

"Atractivo" fue la primera palabra que vino a mi mente al contemplarlo, y lo era, sin duda alguna lo era. Todo él era atractivo, cualquier chica que lo viera lo aceptaría, y yo no era la excepción.

¿Desde cuándo Tokito es así?......

Supongo que desde que-........que-.......

Se me cortaron las palabras.

No, su atractivo no es algo nuevo.
Él siempre ha sido así, desde que lo conozco ha sido así de atractivo. Lo es por naturaleza, lo sabía, lo sabía desde hace mucho tiempo, solo que no quería aceptarlo.

Quedé embobada observándolo. Tanto, que olvidé incluso que no tenía puesta mi hyottoko. Si él no me hablaba, no me daba cuenta.

Muichiro: ya me puedo girar? -prenguntó-

Su pregunta me sacó de mi trance.

_____: e...eh? -prengunté confundida- ah! Es...espera aún no termino

Tomé mi máscara y la observé. Quizás podría......NO!. Va en contra de las normas de la aldea. Ningún herrero u civil habitante de la aldea tiene autorizado mostrar su rostro ante personas que sean ajenas a la aldea.

Pero.... él y yo nos conocemos desde hace ya tiempo, nadie más me verá, no hay algún otro cazador aquí, Tecchin-sama no tiene por qué saberlo verdad? A demás, no puede saberlo si nadie se lo dice, y no hay nadie más aquí así que tal sí podría.........NO _____! NO! El abuelo te enseñó que no debes desobedecer las normas de la aldea.
Dí un suspiro y hablé

_____: pu...puedes voltear.

Se separó de la ventana y me observó
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Herrera y Cazador /Muichiro Tokito y tu/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora