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Hipo al despertar, no pudo recordar con exactitud que fue lo que ocurrió la noche de ayer pero si sentía un dolor de cabeza horrible. Al salir de su habitación vió a su madre desayunando y está no pudo evitar reírse al ver las muy notorias ojeras de su hijo.

— Buenos días ¿cómo estuvo la fiesta ayer?

— ¿Qué fiesta o qué cosa dices? — Valka alzó una ceja y Hipo sonrió — Tranquila, de lo poco que recuerdo, sé que estuvo todo muy divertido.

— Me alegro de que así sea.

— Al menos tengo todo este día para recuperarme de mi resaca, ya que mañana debo volver a la rutina del trabajo.

Hipo comenzó a preparar su propio desayuno y ahí fue cuándo de repente el teléfono de Hipo comenzó a sonar. Lo sacó del bolsillo de su pantalón y se trataba de un número desconocido, por las dudas decidió responderle. Aunque sabía que eso en las películas de terror siempre terminaba mal.

— ¿Hola?

— ¡Hola, hijo mío! — Hipo terminó recordando que no tenía el número de su padre agregado en sus contactos — Un pajarito me contó qué tienes novia.

— ¿Fue Anna, no? Yo la vi en la fiesta.

— Eso no es de importancia ahora, Hipo.. ¡Muchas felicidades por tú compromiso! Ya dime ¿cuándo la vas a venir a presentar a la casa?

— ¿Sabes cuándo lo haré? Lo haré cuándo decidas ser un padre más presente, antes que eso no.

El castaño colgó la llamada y miró su madre con una sonrisa de oreja a oreja, estaba apunto de saltar de la emoción.

— ¡Si se la creyó, mamá! Tengo que avisarle a de la buena noticia a Rapunzel ahora mismo — Dicho eso, Hipo buscó a la rubia entre sus contactos y decidió llamarla para darle la gran noticia.

— ¿Si, Hipo? ¿Sucedió algo?

— ¡Sucede que mi papá ya se entero que somos novios!

— ¿Y eso significa que?

— Preferiría hablarlo en persona ¿puedes venir?

— Voy.

— Antes de que venga asegúrate de lavarte la cara para que no se te noten tanto las ojeras porque pareces mapache — Exigió Valka y Hipo rodó los ojos.

— ¡Pero mamá! Eso haré.

Rapunzel en cuestión de minutos llegó a la casa de Hipo. Ya tenía un presentimiento de que le diría pero la rubia estaba en negación.

— ¿Qué era tan importante que querías hablarlo en persona, Hipo? Cuéntame — Mencionó la chica parada en la puerta de su casa.

— Pues resulta qué.. — El castaño se acercó a ella y salió de casa — Creo que deberíamos dejarlo hasta acá.

— ¿Qué dices que dijiste?

— Lo qué escuchaste Punzie, después de todo, mi papá al menos ya no me molestará más con ese tema y eso fue lo que queríamos conseguir ¿no es así?

— Pero.. — La rubia agachó su cabeza y suspiró hondo — Nada, no es importante.

— No no ¿qué querías decirme?

— No insistas Hipo, te prometo que estás mucho mejor sin saberlo

— Pero..

En un parpadeo, Rapunzel ya se estaba yendo y Hipo intento seguirle el paso pero ella caminaba demasiado rápido. El castaño sospechaba de a qué se estaba refiriendo pero prefería escucharlo de su boca a tener qué andar con suposiciones innecesarias.

𝐄𝐘𝐄𝐒 𝐂𝐋𝐎𝐒𝐄𝐃 | HijackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora