Parte 6

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Dana vuelve de uno de sus muchos "trabajos bien pagados", se siente cansada y frustrada pero no está segura de que hacer, planea ir a correr al bosque, tal vez eso calme (por lo menos un poco) sus ansias, pero al cruzar la esquina de su cuadra un movimiento en su vista periférica llama su atención, al detenerse y ver qué pasa se queda sorprendida al ver a una adolescente de aproximadamente su edad siendo golpeada por una de las bandas de la zona por lo que la sorpresa es rápidamente sustituida por una ira y enojo que le sorprendieron ya que no conoce a la muchacha; Dana decide acudir a su rescate peor al acercarse escucha parte de la conversación que tiene el líder de este grupo con la muchacha.

 -Ahora dime Abigail, ¿dónde está mi dinero? –

-Yo... no sé... de qué... hablas – Dice Abigail con la respiración entrecortada por tanto golpe – Ya... te he dicho... que yo no... te debo... nada –

-Oh, ahora resulta que no, pues eso no fue lo que me dijo tu hermano querida – Dijo con sorna

-Yo no... he visto... al... inútil de... mi hermano... en meses –

-Que conveniente ¿no? Porque el dinero se le dio a tu hermano hace no más de 3 semanas, y dijo que era para ti, por lo que si no puedes devolverlo, hay maneras para que lo consigas si...-

Dana decide interrumpir en ese momento harta de tal barbaridad, ya que es obvio que los hermanos no tienen relación y que al "mensajero" no le importa mientras pueda conseguir el dinero para sus "superiores".

Dana rápidamente saca sus navajas y se encarga del "mensajero" así como de los que habían estado sosteniendo a Abigail, pero una vez que terminó con ellos no se voltea, pues está segura que aunque le haya ayudado ella no será distinta a los otros y huirá, por lo que sólo espera el sonido de su confirmación de fuga, un sonido que nunca llega, por lo que decide darse vuelta (lentamente).

Al dar media vuelta queda de frente a Abigail quien aún permanece hincada y tratando de regular su respiración, cuando Abigail levanta la cabeza se encuentra con la mirada fija de Dana y un por unos minutos se sostienen la mirada en silencio.

-¿Requieres de asistencia médica? – Le pregunta Dana a Abigail dado que no se ha marchado cuando ya se puede ir.

- No lo creo... sólo necesito recuperar el aliento – Contesta de manera poco desigual.

- ¿Vives muy lejos de aquí? –

- Han embargado mi casa por culpa de mi inútil hermano mayor, por lo que no, no vivo lejos de aquí porque no tengo un lugar donde vivir – Responde Abigail con el aliento recuperado.

Dana se le quedó viendo, todavía le sorprendía que no haya salido corriendo en cuanto tuvo la oportunidad pues sólo había tenido conversaciones (si es que se les puede llamas así) con las personas de sus "trabajos bien pagados" y eso era porque era tal su necesidad de que el trabajo fuera hecho que se aguantaban sus inhibiciones para asegurar el trabajo.

-¿Te parce bien que te ofrezca el lugar en el que yo me estoy quedando en lo que tú consigues el tuyo? – Le preguntó Dana de manera dudosa.

- ¿Qué? ¿En serio tienes que preguntar? – Dana se le quedó viendo con una cara en blanco preparándose para su rechazo e insultos. – Por supuesto que me parece bien, es probablemente lo mejor que vaya a obtener en meses, y viendo que me has salvado cuando no esperaba la ayuda de alguien, ocupo el tiempo en lo que investigo como devolverte el favor – Dana estaba sorprendida, no sólo estaba aceptando su ayuda sino que también quería devolver el favor, cosa que no se esperaba para nada.

- Está bien, pero no tienes que devolverme el favor, no podía permitir tal acción sólo por ignorancia y codicia. Ven, vamos. Iremos a mi casa. –

Dana ayudó a Abigail a caminar el poco trayecto a su casa mientras agradecía haberse abastecido de muebles, despensa y loza; "ese dinero recaudado por tanto trabajo va a dar frutos".

Al llegar a su casa Dana observó cómo Abigail inspeccionaba la casa mientras ella le mostraba la cama que utilizaría y le daba mantas para cubrirse. Dana comenzó a preparar algo de comer mientras Abigail se aseaba para que después Dana le ayudara a vendarse las heridas.

Al cenar Dana se sintió a gusto con Abigail pues ella no dejaba de hacer conversación, aunque al principio Dana se había mostrado incomoda y poco dispuesta a conversar Abigail había logrado que participara aun cuando en su mayor parte era ella la que hablaba.

Al irse a dormir Dana observó cómo Abigail se quedaba profundamente dormida (ya que las camas estaban una junto a la otra), y justos antes de quedar profundamente dormida ella también se sintió cómoda y feliz de tener (por lo menos por esta noche) compañía.

Amistad vengativa (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora