Amistad vengativa (pausada)

Parte 8

Al pasar la semanas Dana y Abigail fueron encariñándose la una con la otra cada vez más, pese a que no todo era perfecto (pues tenían sus discusiones) su amistad se consolidaba.

Uno de los problemas que se presentó fue cuando Abigail se enteró de los "trabajos" que realizaba Dana cuando Abigail estaba dormida.

- Está bien, Dana – dijo Abigail exasperada – Comprendo que no recuerdes nada antes de que aparecieras en ese claro y que lo único que realmente funciona es tu memoria muscular, pero eso no quiere decir que tengas que hacer eso... trabajos – dijo la última palabra con desdén palpable.

- Puede ser que mi amnesia no lo justifique, pero la animosidad de la gente ha ocasionado que trabaje en esto ya que no me permiten obtener algún otro empleo. Es gracias a mi memoria muscula que he podido conseguir empleo, de no ser por ello no hubiera podido sobrevivir y menos con la animosidad que me muestran – respondió Dana.

- Comprendo que hiciste lo que podías en esas circunstancias pero, ¿por qué no has vuelto a buscar empleo? ¿Por qué te quedas con ese tipo de trabajo? –

- ¡¿Acaso crees que no he buscado?! – Gritó Dana alterada; después de un tiempo continúo un poco más calmada – Claro que he buscado, ¿crees que me encanta asesinar gente? Es sólo que la animosidad de la gente no ha disminuido ni un ápice... –

- Por eso es que compras todo en la ciudad más cercana y no aquí – Afirmó Abigail lo que le concedió un asentimiento de parte de Dana.

- Si y... mira sé que no te gusta, pero a mí tampoco, sin embargo, es lo único que puedo hacer y no puedo permitir que tú te hagas cargo de todos los gastos de las dos –

- ¡Pero si yo gano muy bien! –

- Si, pero no lo suficiente –

- De acuerdo, está bien, sólo procura dejar ese trabajo cuanto antes –

- Lo haré –

Lo que Dana no dijo es que esos trabajos que realizaba le ayudaban a conocer un poco de su pasado, no obstante, ese conocimiento acarreaba decisiones y acciones peligrosas.