𝕎ℍ𝔸𝕋 𝔻𝕀𝔻 𝕀 𝔻𝕆 𝕎ℝ𝕆ℕ𝔾 - WooSan

what do you want?

SAN NARRA

Desde que llegué a mi casa, me quedé dormido. No quería pensar en lo terrible que fue el día. Con las miradas de odio de mis compañeros, tener que ayudar a servir y para colmo encontrarme con Wooyoung, en serio que no quería pensar. Me desperté demasiado temprano, organicé mi agenda del día, arreglé el nuevo menú que presentaría al equipo y vi que me quedaba mucho tiempo libre. Me puse a limpiar un poco mi apartamento. Era pequeño, pero acogedor. Arreglando uno de los estantes, encontré aquel cuaderno. El cuaderno de dibujos de Wooyoung que había dejado atrás cuando se fue aquel día. Lo abrí, nunca lo había hecho. Ese día fue horrible, pero algo en mí quiso llevarse ese cuaderno que él había dejado atrás, es como si me llevara una parte de él aunque hubiera sido un idiota conmigo. Fui viendo dibujo por dibujo, era realmente talentoso. Fui llegando a los últimos dibujos y pude ver como cada dibujo era sobre mí, eran borradores de una futura obra. Mis ojos picaban, pero simplemente lo ignoré, prometí no volver a llorar. Noté que había dos páginas arrancadas, una al principio de mis dibujos y otra al final, supuse que el primero sería el que me regaló aquel día que nos conocimos. Guardé nuevamente aquel cuaderno y seguí limpiando.

Terminé de alistarme y empecé a conducir hasta la empresa. Eran las 7:15 a.m. así que tendría tiempo extra. En el camino comencé a recapitular lo que había pasado ayer. Lo vi. Lo volví a ver después de tanto tiempo y no pude evitar sentirme enojado, pero no con él, sino conmigo mismo por no sentir odio al verlo. ¿Por qué de todos los lugares debía trabajar en la misma empresa que él? Tengo miedo de volver a verlo, pero debo hacer lo posible para que su presencia no me afecte. Además, dudo que lo vea mucho así que eso me alivia un poco.

WOOYOUNG NARRA

-Soobin, ya te dije que no tengo hambre. Debemos llegar a la oficina, necesito-

-Hicimos una promesa, Wooyoung. No nos iremos hasta que comas.-hice un pequeño berrinche y pude notar cómo la mirada de Soobin se suavizaba.-Woonie, por favor.

-Está bien, pero solo porque me hablaste bonito.-dije sonriendo mientras me sentaba a comer y Soobin rodó los ojos.
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Soobin y yo estábamos en el carro de camino a la empresa. Yo estaba ansioso, las palmas de mis manos sudando y mis pies se movían casi involuntariamente. ¿Cuál era la razón de esto? Pues que lo vería de nuevo, Choi San, el hombre que se había apoderado de mi corazón en unos pocos meses y que todavía seguía en mi mente las 24 horas del día. Ese último día que nos vimos me marcó para siempre, tenerlo bajo mi cuerpo, sentir su calidez, todo había sido perfecto. Casi perfecto.

FLASHBACK

En la habitación se escuchaban gemidos y respiraciones entrecortadas. Todo se sentía tan bien, tan perfecto. Las palabras dulces de San me estaban derritiendo, en tan solo cuatro meses había logrado caer ante los encantos de él, eso me asustaba, pero me fascinaba al mismo tiempo. Cuando terminamos, San se encontraba arriba de mí viéndome con una sonrisa, sus ojos brillaban, me sentía intimidado por el contacto visual que estábamos manteniendo, pero estaba hipnotizado en sus hermoso ojos.

-Eso fue...

-...maravilloso.-dije sonriendo y el me devolvió una sonrisa para luego acercarse a mis labios y besarlos.

-¿Quieres bañarte, precioso?-sentí mis mejillas arder y volteé la mirada con una sonrisa boba causada por ese apodo. Pude escuchar como San se reía de mi actitud.

-Creo que es lo mejor. ¿Quieres ir primero o...?-mis palabras fueron calladas cuando sentí que San me tomaba en sus brazos cargándome. Solté un grito de la impresión y me aferré a su agarre.-¡Me asustas, burro!