Octubre 30

1 0 0
                                    

La vibración del buró le despertó de una siesta que se había prolongado por horas. El número es desconocido. ¿Sí? Era tarde y la oscuridad apenas se esparcía por el cielo, con unas ventanas resistiendo las primeras ventiscas de agua nieve de la temporada. A lo lejos el ronroneo del calefactor sonaba cansado, como si hubiera librado una intensa batalla contra la humedad y el frescor atrincherados en las habitaciones. "El pastor me contestó. Es una oveja que no tiene mucho tiempo de haber sido ingresada en algunos rebaños". Entiendo, dijo ella, tomando nota en una libreta. Y ¿cómo podemos acercarnos al corral?, interrumpió ella, intentando no ser tan clara en la línea. "Te dejaré una oveja en tu rebaño. Ya sabrás que hacer con ella". La llamada terminó. Senna revisó una vez la nota, traduciendo de la siguiente manera:

El pastor. "Eso significa mi contacto". Una oveja que no tiene mucho tiempo de haber sido ingresada en algunos rebaños. Puede ser alguien o algo nuevo que antes no estaba. "¿Qué más?" Te dejaré una oveja en tu rebaño. "Eso significa que me hará llegar algo. Un correo, un mensaje, algo físico tal vez". El timbrazo del conmutador le hizo saltar de la cama. Se puso una bata y bajó corriendo por las escaleras, sintiendo el frío filtrarse entre los poros de los huesos. En el anaquel de la correspondencia, un sobre estaba esperando ser abierto.

De vuelta en su habitación, abrió el sobre y leyó la nota. La simple pregunta causó mucho ruido con los pastores, pero si deseas continuar, haz una cita en el hospital y coloca este codificador lo más cercano al equipo que quieras analizar. Sobre la mesa reposaba un pequeño chip que no parecía tener ningúna función en la vida. Lo tomó entre sus dedos, llamando al hospital para hacer una cita con el Dr. McAfee, del cual ni su especialidad tenía clara.

HemlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora