Octubre 28

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Durante los siguientes días Olav no supo mucho de Senna, dejándola trabajar pensando que le ayudaría a convivir con su reciente pérdida. Pero algo en él había cambiado desde su reunión. Una cosquilla, ubicada en lo profundo de su consciencia, que no podía rascar. Como si un zancudo molesto le picara, noche tras noche generando dudas en lugar de moretones. "¿Qué pasaría si fuera verdad? ¿Que ha pasado en el hospital Jan Bertil que han incrementado las muertes? La gente simplemente se enferma y fallece ¿o no? ¿Qué es eso de correr diagnósticos? Como si fuera ya una costumbre, le gustaba validar la portada en la madrugada, la cara actual del periódico que tenía a cargo. Abrió la aplicación y leyó los títulos que gozaban de la primera plana, pero algo crujió dentro de él, como un quejido natural al ver la clase de periodismo que había validado y aprobado. La portada lucía como siempre, pero él la veía diferente. "Artículos de fácil digestión. Este es mi legado; Diez maneras de combinar atuendos para este invierno. 15 estrellas de la T.V. y sus mansiones de envidia. 20 dietas express para perder kilos antes de Navidad". Dentro de él, en algún rincón donde las neuronas reposan, el crujido se hizo más grande, dando espacio a una grieta de donde escapa la luz, alcanzado las cortezas y las células más alejadas del microcosmos en la mente. "Esto es el estado de la consciencia de Malmӧ. Este es mi legado". De inmediato tomó el celular, enviando un mensaje de texto a su discípula, liberándose de una pesa invisible que oprimía su pecho. "Tienes mi apoyo".

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