CAPITULO CATORCE

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•LOS RECUERDOS MARCAN POR MAS
DE QUE SEAN VIEJOS•

—19/11/1999—

Tom



—Mamá—le pregunté a ella, mientras esperábamos junto a Bill para que el semáforo se ponga rojo—¿Por qué Lilit es tan extraña cuando duermen todos?—pregunte, refiriéndome a mí hermana mayor, de 18 años.

—Tom, ¿A qué te refieres?—dijo con una sonrisa pequeña en sus labios, la cual portaba siempre por más de que esté destrozada por dentro.

—Tom tiene razón, siempre la vemos a la noche cada que los dos tenemos que ir al baño, hablando un idioma distinto y lastimandose a ella misma.—dijo Bill, a lo que mamá quedó en shock, su cara cambio a una traumatizante y de desesperación.

—No es nada, no le den atención a eso. Mejor vallamos a casa así preparamos la cena y su padre juega con ustedes y les cuenta un cuento antes de dormir¿Bien?—su voz era rápida y tropezaba con sus propias palabras, haciendo que apenas se entienda lo que dice.

—Esta bien.—dijimos yo y Bill al uniso. El semáforo cambia a rojo y cruzamos la calle, siendo tomados por las manos delicadas de nuestra madre. Tan suaves y sedosas al tacto de algo.

—Escucharme...se van a quedar en su habitación y cerrar con llave la puerta a las doce, van a ir al baño antes de las doce, y si su hermana toca la puerta no abrán, no digan nada, solo van a hacerse los dormidos y ya. Si súplica que les abra la puerta. No lo hacen. ¿Entendido?—su voz se entre cortaba, lágrimas salían de sus ojos  que caían en sus mejillas, mojando estás. Sus manos empezaron a aprender fuertes a las nuestras, como si quisiera que no la soltaramos.

—Si.

—Si.

La luna se reflejaba en el cielo negro y oscuro. Y mis ojos se dirigieron a la única nube del cielo donde se alcanzaba a ver sombras de varias personas, pero desaparecen rápidamente.

Llegamos a casa después de cinco minutos, mamá saca las llaves algo asustada y abre la puerta. Yo y Bill entramos adelante suyo y ella después de nosotros. Las miramos mientras ella se dirige a la cocina a paso rápido, para poder preparar la cena. Yo y Bill dejamos nuestras camperas en el perchero y subimos las escaleras para ir a nuestra habitación.

Pero antes de abrir la puerta de nuestra habitación, vemos a Lilit hablando otra vez el mismo idioma de todas las noches, sentada en frente del espejo enorme que había en la pared de al final del pasillo, sus ojos se veían negros en el reflejo del espejo, su cabellos rojiso se tornaba más claro de como lo suele tener, alas crecían de su espalda. Bill y yo nos aterramos al ver qué se elevaba en el aire, se gira y nos mira a nosotros. Y si cuerpo vuelve a estar en el suelo, su cabello volvió a ser un poco más oscuro como siempre, sus ojos ya no eran negros.

—¿Que fueron a comprar?—nos pregunto ella, a lo que nosotros nos quedamos paralizados, y rápidamente giré la manija de la puerta y entremos con Bill en nuestra habitación, cerrando la puerta con seguro. Segundos después se escucha como toca la puerta, desesperada.—Abran la puerta.—dijo con un tono de voz tierno, pero sus golpes en la puerta eran fuertes y feroces. Deja de tocar la puerta y escucho su pasos, llendo escaleras abajo. Bill estaba en un esquina, aterrado y sus ojos como platos, mientras que yo estaba en frente de la puerta, sosteniéndola.

—¡Aaaaahhhhhh!—un grito de mamá, Bill se desespera al igual que yo y abrimos la puerta, corriendo escaleras abajo, llegamos a la cocina y vi a papá colgando del techo, sin cadenas ni cuerdas, su cuello estaba rasgado, su cara deformada y rasguñada, su cuerpo se achicaba y se deformaba, como si fuera por arte de alguien inhumano.

FALLEN ANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora