14. 𝑇𝑟𝑒𝑠 𝑒𝑥𝑡𝑟𝑎𝑛̃𝑜𝑠 𝑦 𝑢𝑛𝑎 𝑣𝑖𝑟𝑔𝑒𝑛 [𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑡𝑟𝑒𝑠].

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Maduro x adolescente

Esa noche después de darnos besos y caricias Jorge me llevo a la casa de mi mejor amiga. Al llegar sus padres no estaban por lo que fuimos directo a su habitación a charlar de todo lo que había pasado, al terminar me dijo que revisara mi cuenta bancaria, y David me había depositado un millón de peso, en ese instante se me fue el aire, no podía creerlo.

Nati después de tranquilizarse, trato de tranquilizarme, y me dijo algo muy cierto; "No creo que debas pedirles que lo acepten de vuelta, a esos hombres les sobra dinero por algo te depositaron tal monto, además lo hecho, hecho está". Después de pensarlo, le di la razón, nos recostamos un rato mirando el techo no podía evitar no creerlo, ¿Que haría yo con un millón de pesos?.

—Cami, ¿Compramos pizza y hamburguesas a delivery?.

—Siento que podría comprarte la compañía entera.— bromee al respecto haciéndola reír.

Pasamos el resto de la noche comiendo hasta que dieron las doce, después de eso vimos películas y finalmente nos dormimos; Por la mañana al despertar baje a prepararnos el desayuno, Nati bajo al tiempo después, conversamos sobre nuestras materias hasta que salió el tema de un trabajo el cual debía terminar para el miércoles cuando se reanudaran las clases así que preferí volver a mi casa para poder hacerlo y después volver por la tarde a la casa de Nati.

Me di un baño, me arregle y salí hacia mi casa no sin antes agradecerle a mi amiga, el camino se me hizo agradable el clima estaba fresco, supongo que mis padres estarían en sus trabajos así que no me preocupe de avisarles que volvería antes.

Al llegar, entre tranquila casi no hice ruido, pero... había ruidos bastante curiosos dentro de la casa, no quise cerrar la puerta en cuanto oí los gemidos, porque si tenía que escapar lo haría de forma rápida.

Yo conocía un secreto de mi padre que ni el sabe que yo se, y también soy consciente que mi madre tampoco lo sabe; así que lo juro por Dios, que lo mataré si fue capaz de traer a su secretaria para cogercela en nuestra casa.

Subí las escaleras de forma silenciosa hasta llegar a la habitación de mi padres y grande fue mi sorpresa al ver a mi madre sobre su cama...

Siendo sometida por un hombre mayor.

No lograba salir del asombro, no tengo idea de quien sea, era un completo desconocido, se veía que tenía cerca de sesenta años, blanco, con un tatuaje en su brazo derecho, su cabello era corto y canoso, gemía como un toro, y follaba a mi madre con fuerza, ella por su parte parecía estar siendo torturada o viviendo la mejor follada de su vida, tenía el culo levantado con su pecho hundido en la cama, mientras gemía a viva voz sin decoró.

No pude seguir viendo cuando mi madre se empezó a correr como una golfa mientras aquel señor le azotaba las nalgas como si fuera una yegua. Salí lo más sigilosa que pude de casa, con el corazón a mil, y con el coño extrañamente hecho un charco, en el fondo de todo el caos en mi mente empezó a crecer el deseo latente de ser yo la mujer a quien se estaba follando como una perra aquel hombre.

Me escondí en el patio de una de las vecinas y espere hasta que lo vi salir, se despidieron en la puerta de forma muy formal casi como si fueran socios de trabajo y no amantes. Espere media hora más y le mandé un mensaje a mi madre que casi llegaba a casa porque se me había olvidado que debía terminar un trabajo. Espere unos diez minutos y salí de mi escondite, puse mi mejor cara y entre por la puerta con mi llaves, saludé al aire, recibiendo una respuesta desde la cocina.

Mire la casa, parecía limpia y ordenada, las ventanas estaban abiertas y había aromatizantes en varios lugares, fui a la cocina y no fui capaz de acercarme a mi madre, la salude de lejos y le dije que estaría arriba, parece estar de acuerdo pero se dio cuenta de que algo iba raro puesto que yo siempre la saludo de abrazo y beso en la mejilla puesto que para mí ella la mejor mujer del planeta; tenía sus estudios, tiene grandes anécdotas, tiene un buen trabajo que la hace feliz porque le gusta y gana un buen sueldo, hasta el momento siempre creí que era feliz con su matrimonio, apesar de que no sabía sobre la infidelidad de mi padre, jamás dude sobre las capacidades de mi madre como pareja teniendo en cuenta lo buena que era con mi padre y que decir como madre, ella era mi heroína.

𝑅𝑒𝑙𝑎𝑡𝑜𝑠 𝐸𝑟𝑜́𝑡𝑖𝑐𝑜𝑠♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora