El constante castañeo de sus dientes contra la tibia taza de porcelana generó que el rey Pure Vanilla hiciera un mohín de labios que danzaba entre el desagrado y lo que tal vez era una sonrisa de pura condescendencia. Una vez más, intentó tomar de aquel té de jazmín y manzanilla que su majestad le preparó, pero incluso antes de que llegará a su paladar, todo el líquido cayó por su barbilla hasta mojar el cuello de su camisa. Normalmente, Espresso no tomaría té. Sin embargo, este no era ni de cerca un día normal para él. El temblor en todo su cuerpo provocado por el simple nerviosismo y trauma de ser casi devorado por aquel... ¿Aquel hombre?, ¿aquel monstruo?, ¿aquel híbrido?, ¡Oh, como sea! El simple nerviosismo por casi ser devorado lo sacó de todos sus esquemas y la infranqueable seguridad que siempre portaba consigo, reduciéndolo a un desastre de nervios que, sin una sola queja, había decidido tomar la primera taza de té "que muy amablemente" el rey dejó frente a él.
-Dígame, profesor, ¿se encuentra mejor ahora? -preguntó Pure Vanilla con la misma candidez, que si antes a Espresso le había parecido encantadora, ahora solo le provocaba asco y una furia que tensaba todo sus músculos. ¿Cómo se atrevía él a fingir tanta amabilidad después de introducirlo al escondite de aquella criatura indeseada? No, no, no, ¡No había ni una pizca del supuesto honor del rey en aquella acción tan ruin! Y, por si fuera poco, ahora tenía que pasar, por lo menos, tres meses en presencia de aquella bestia, que sin duda alguna, lo devoraría en cuanto tuviera la menor oportunidad. Lentamente, sus ojos abandonaron la taza de porcelana para posarse en los burlones ojos dispares del rey, que lo observaban con preocupación, y, con todo el descaro del mundo, algo parecido a la burla y la felicidad.
-¿Usted como crees que me encuentro? -la cólera era palpable en las palabras del mago, aún sentía un ardor en su interior tan grande como el mismo horno de las brujas y una sensación gélida en su piel. Estaba, pues, en las primeras etapas de una de esas extrañas enfermedad dadas por una impresión muy fuerte -Su majestad, necesito saber, ¡¿Por qué no me comentó antes el padecimiento de su sobrino?! -dijo exaltado. Mas el rey no parecía realmente asombrado o enfurecido con la fuerza y desesperación con la que Espresso dejó salir sus palabras.
-Pues porque usted nunca preguntó -otra vez, la candidez y la suavidad llenaron la voz y todos los rasgos del rey. Pero ahora, todo de aquel comportamiento le pareció a Espresso increíblemente desagradable. La sonrisa que se pintó en su rostro ya no le pareció adorable, sino llena de cinismo y hasta crueldad, y sus mejillas sonrosadas solo podían ser por la excitación de ver al pobre científico tan desesperado.
-Ah, ¿y no cree usted que lo adecuado en este caso sería haberme dicho que su sobrino era un... un...?
-¿Un hibrido de dragón? -completó Pure Vanilla al ver la falta de palabras del profesor. Espresso asintió, sus nudillos tomaban tan fuertemente la taza de porcelana que estuvieron a punto de volverse blancos. Al ver esto, el rubio se sentó frente a Espresso, tomando entre sus suaves manos las manos llenas de callos y rugosidades del científico. Le tomó a Espresso todo de sí el no retroceder ante el suave y delicado toque de Pure Vanilla -Espresso, por favor, le pido que se ponga usted en mi lugar. Para mí es de vital importancia mantener esta información escondida de todo el mundo, especialmente de los nobles y los aristócratas. Por supuesto, usted siendo el nombre letrado y culto que es conoce de la absoluta repulsión que la sociedad le tiene a los dragones, ¿no es así?
ESTÁS LEYENDO
The unwanted creature; Espresseleine
Fanfic•MINIFIC. ¿Qué estarías dispuesto a soportar con tal de tener el trabajo de tus sueños?, ¿con tal de ser capaz de poner tu nombre en los anales de la historia? Para Espresso, la respuesta es fácil: cualquier cosa. Por supuesto, decirlo es una cosa...