I• Apophis.

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I• Apophis.

Tres años después...

Mi vida se complicó luego de enterarme que soy una bruja, he tratado de mantenerme con perfil bajo, que mi presencia no llame para nada la atención, mi mayor miedo es que el pueblo descubra mi secreto. Además de descubrirme sin ningún tipo de guía es demasiado frustrante, no sé lo que está bien y mucho menos lo que está mal, lo único que sé es que estoy completamente enamorada del príncipe Dante, es mayor que yo por tan solo un año, y nos la llevamos súper bien.

Pero ¿un rey y una bruja pueblerina? Porque en pocos días será nombrado rey de Egipto, lo peor de todo es que justamente el día que él había planeado una cena para presentarme con sus padres, ellos le anunciaron que Dante DEBÍA casarse con la princesa Helena de Grecia, todo para lograr obtener su trono y ser nombrado como el rey “Thot Dante Anubis III de Nile Besorgt”.

No sé si podré competir con una Diosa Griega, tal vez Dante al verla simplemente la prefiera y no se atreva a luchar por nuestro ¿amor?

—¡Miranda! ¿Podrías venir, por favor? —Madre me llamó.

Fui hasta donde ella se encontraba, —¿qué ha pasado?

—¿Podrías llevarle ésta canasta de postres a tu tía Estela?

No tenía nada que hacer, y caminar en el bosque quizás me ayudaría a calmarme, por ende acepté a hacer el mandado. Para no perderme busqué mi brújula, siempre debía indicar el norte, de regreso al sur.

Así que me preparé y caminé durante mucho tiempo por el bosque hasta llegar a casa de mi tía Elena, quién cuando llegué me invitó a pasar y me dio un poco de agua para mí regreso, me despedí e intenté tomar el mismo camino que ya había recorrido, estaba anocheciendo y el bosque podría volverse peligroso.

Pasó un pequeño lapso de tiempo y ruidos extraños se escuchaban detrás de mí, pero todo cambió cuando un hombre me llamó.

—Circe, —dijo acompañado de un sonido de cascabel.

Me tragué mi propia saliva y volteé, no había nada ni nadie. Sarah había sido la única en llamarme así, desde entonces he intentado averiguar el porqué.

Seguí caminando pero un poco más rápido hasta que el ambiente se tornó rojo y por algún motivo mis oídos percibieron lamentos aterradores de otras personas, me senté sobre una roca y se derramó mi agua. Cerré los ojos y tapé mis oídos, no quería seguir escuchando, pero por más que lo intenté los lamentos seguían.

Hasta que volvió el silencio, el pacífico silencio, me atreví a abrir los ojos y me percaté que del agua derramada estaba saliendo una serpiente, así que corrí, anhelaba salir del bosque y llegar a mi hogar, pero mi impedimento fue haber tropezado con un hombre.

—¿Estás bien? —Preguntó con una voz muy ronca, ese hombre iba vestido muy elegante, de hecho llevaba joyas de oro.

—Disculpe, sí estoy bien, gracias, —lo esquivé para poder seguir mi camino, pero él me tomó de la mano.

—Circe, lamento que mi mascota te diera un susto, me llamo Apophis y para mí es un placer conocerte.

No podía moverme, era más pánico que humana en el momento en que comenzaron a brotar serpientes del atractivo hombre, mi cuerpo y mente estaban estáticos, estaba segura de que en cualquier momento mi corazón estallaría del miedo, sobretodo cuando el aspecto de Apophis se tornó más aterrador.

—Me encantaría invitarte a formar parte de nosotros, —su sonrisa era tan negra como el carbón, y transpiraba un hedor putrefacto que ni sé cómo explicar.

Mi garganta estaba demasiado seca, y mis pensamientos colapsados, nunca antes había sido testigo de algo tan horripilante como la presencia de ese ser, él no podía ser humano, él no era aquel hombre de buen ver con quién tropecé, Apophis era otra cosa. Por algún motivo me calmé y escuché lo que tenía para decirme, sin embargo estaba segura de que él me había hecho algo para que yo no pudiese huir.

—Ten por seguro que no te dejaré en paz hasta que te cases con Anubis, si no lo lamentarás, viviré dentro de tí y disfrutaré de tus frescas entrañas.

—Dea triplex potens, malefica mater omnium, Te rogamus hominem perdere, et sororem Nostram redde nobis Circe, —voces de mujeres recitaban un conjuro, no sabía lo que estaban diciendo, pero pude ver a una preciosa mujer detrás de la criatura demoníaca, ella se atrevió a tocarlo, y lo último que ví fue esa espantosa sonrisa, porque mi cuerpo se desvaneció al verlo tan cerca de mí.

_∆_

—Ya está despertando.

Al abrir los ojos lo primero que ví fue a la misma chica que se atrevió a tocar al monstruo.

—¿Qué tal te encuentras? —Me preguntó preocupada.

—¿Quiénes son ustedes?

Mis nervios regresaron al verlas a todas alrededor de mí, debía regresar a mi casa, seguramente mi familia estaba preocupada. Además no me atrevería a contarles lo que me sucedió, por obvias razones me acusarían de brujería y acabaría en la horca, en la hoguera, e incluso podrían lanzarme a de un precipicio.

—No tienes porqué temer, nosotras estamos de tu lado, mi nombre es Isadora, mucho gusto, —extendió su mano.

Por educación la recibí, y sinceramente no sentí malas intenciones, ella de verdad me había ayudado.

—¿Cómo te sientes?

—Físicamente bien, pero estoy muy confundida, a veces creo que todo es una terrible pesadilla.

—Así es la vida, vivimos en una constante pesadilla, a veces la realidad, y muy poco en sueños.

—Me asusta mucho que el pueblo descubra mi secreto.

—Siempre y cuando no le cuentes a nadie, estarás a salvo. Ahora debes regresar a casa, tu madre está preocupada, —afirmó.

—¿Mi madre?

—Sí, tus vecinos te buscan, puedo oír que te llaman. Es mejor que regreses antes de que te busquen en el bosque, ya que puede ser peligroso para ellos.

—Gracias por haberme ayuda...

Caí inconsciente, luego desperté nuevamente en el bosque, cada vez más cerca de mi casa. Una fuerte luz provocó ardor en mis ojos, resultó ser mi familia con antorchas adentrándose al bosque.

—¡Miranda, por fin te encontramos! ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?

—Creo que solo me he desmayado, —mentí.

—¿Te has desmayado, o eres una bruja? —Señaló  Tausert, la vecina que vive a un lado de mi casa.

—¿Disculpa? Esa es una acusación muy grave.

—Tausert pueda que tenga razón ¿por qué una mujer estaría en el bosque a media noche? —El panadero apoyó a la mujer.

Y esa acusación fue el comienzo de mi fin.

31/10/2023.

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2023 ⏰

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