Parte 1

90 9 1
                                    

Hacía unas cuantas semanas que Hongjoong, apenas y dormía. Más precisamente, un mes que no podía conciliar un buen sueño. Teniendo la misma pesadilla, una y otra vez.

Sin darle tregua, todas las veces que cerraba los ojos, y se disponía a dormir, la pesadilla venia a él, visitándolo como si fuese algo bienvenido. Algo que, tal vez, inconscientemente, masoquistamente, querría repetir cada. Maldita. Vez. Pero el problema era que, con cada repetición, se sentía más despavorido; más alarmado; más cansado.

Se sentía preso del horripilante sueño, su inconsciente, completamente paralizado por las imágenes, no lograba advertirle a Hongjoong, que se despertara, que eso no era real. Aunque esas imágenes eran exactamente las mismas todas las noches, como una película de terror que ya conoces, pero igualmente te asusta.

Pero aunque no lo deseaba, y trataba de evitarlo con toda la voluntad que poseía, sus ojos se cerraban, y así, sin poder evitarlo, todo su ser se sumergía en la angustia de la pesadilla.

Hongjoong bastante confundido, se encontraba de pie en un largo, largo pasillo, apenas iluminado. La única luz provenía del final, (o del principio), como si estuviese dentro de un túnel. Sin poder recordar como carajos había llegado hasta allí, o que estaba haciendo solo en semejante lugar, comenzó a caminar, con sumo cuidado, hacia lo que supuso, con suerte, podría llegar a ser la salida.

Literalmente caminando hacia la luz.

Y cuantos más pasos daba hacia adelante, más podía ver la silueta negra de dos personas dándole la espalda. Al principio no distinguió ninguna de las dos figuras, hasta que se acerco lo suficiente, como para darse cuenta que una pertenecía a uno de sus compañeros de banda.

Deteniéndose un momento para confirmar si realmente era, enfoco lo mejor que pudo su vista en él, entrecerrando sus ojos:

"¿Wooyoung?" Pregunto desconcertado, y al mismo tiempo esperanzado, por lo menos no se encontraba solo en este tenebroso lugar.

Wooyoung no contesto, pero si volteo su rostro, dejándose ver la mitad de este, con las facciones completamente distorsionadas por el pánico.

"Hyung", se escuchó su voz temblorosa, suplicante.

"Wooyoung, ¿qué ocurre?" Pregunto frunciendo el ceño, con sus sentidos en alerta roja.

Empezando a correr hacia Wooyoung, no se percató de que la otra figura, se había dado la vuelta, enfrentándolo, mostrando una cara borrosa, con rasgos indefinidos. Pero claramente se podía ver la expresión de sus labios, como si toda la luz estuviese enfocada en ese preciso lugar, a propósito, solo para que Hongjoong pudiera observar nítidamente la sonrisa más desagradable y cruel, que una persona pudiera llegar a darle alguna vez.

Con el corazón a todo galope, y sus entrañas haciéndose nudos en su estómago, intento darle más velocidad a sus piernas, pero contrariamente a lo que él deseaba, parecía como si apenas estuviese avanzando una sola pulgada.

"Wooyoung," su nombre salió como una plegaria, necesitaba alcanzarlo, necesitaba alejarlo de este individuo lo antes posible.

El sujeto en cuestión, fue levantando poco a poco una mano, la cual parecía sostener algo en ella. Hasta que ese algo se dejo ver: un revolver, apuntando justo a la cabeza de Wooyoung.

"¡NO!" grito con un terror primario que se desato en todo su interior, incapacitado de poder ignorar el pánico que lo invadió. "¡WOOYUONG!"

"Hyung."

"Lo siento amigo, pero llegas tarde," su voz sonó casi monstruosa, y con una mirada al borde del delirio, jalo del gatillo.

El sonido del disparo voló por todo el lugar, impactando en los sentidos, y en alma de Hongjoong, resquebrajándola como si la bala hubiese impactado directamente en ella, y esta estuviese hecha de cristal. Y como si estuviese en cámara lenta, Hongjoong, vio completamente aterrorizado, como el cuerpo de Wooyoung caía al suelo, sin vida.

Obedezco la ley de tu gravedad - (Este es el destino que me has tallado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora