Pasar mi jubilación en un juego - (1/?)

Capítulo 170: Sin cita previa

Durante un tiempo, Eisen continuó brindando a los enfermos de este "hospital" el mejor tratamiento que podía, que sólo llegaba al nivel de curar a sus hijos de la gripe. Todas las demás veces que trató a personas fueron durante accidentes o emergencias en las que tuvo que trabajar con lesiones externas graves o necesitaba detener o contener la hemorragia de alguien.

No sabía mucho sobre el tratamiento de enfermedades aparte de los clásicos "remedios caseros" que se transmitían de generación en generación, por lo que lo que podía hacer era prácticamente limitado. Algunas personas tenían miedo de Eisen, obviamente, pero considerando que el anciano se estaba concentrando mucho en parecer tranquilo y gentil con los demás, su estadística de carisma y sus títulos iban en contra de su apariencia y su actual título de Demonio, lo que significa que podía convencer a la gente de alguna manera. no era una mala persona. Especialmente después de que ya comenzó a ayudar a algunos de los otros pacientes.

Al final, Eisen salió del hospital y todos los presentes le agradecieron su ayuda, llamándolo "Demonio de ojos dorados" mientras lo hacían. Por lo general, Eisen habría esperado que esto fuera suficiente para emprender el camino del yang, pero aparentemente, fue más difícil de lo que pensaba. Tal vez fue porque la cantidad de personas que reconocían a Eisen el Demonio como una buena persona era demasiado baja, o era más difícil ser visto en ese otro camino porque ya era conocido como un Demonio Yin. De cualquier manera, Eisen no dejaría de intentar ayudar a la gente por un tiempo. Y todavía estaría sirviendo la comida que preparó esta noche, por lo que no debería ser demasiado difícil lograr que al menos a algunas personas les guste.

Aunque todo esto hizo que Eisen pensara más en los requisitos del Yin y el Yang. Para convertirse en un Demonio Yin, Eisen necesitaba asustar a la gente, y la mayoría de las personas que huían de él ese día que recibió el título estaban más que asustadas. Estaban aterrorizados por su vida. Entonces, tal vez para convertirse en un Demonio Yang, no fue suficiente hacer que la gente simplemente pensara que era una buena persona, sino que tal vez necesite ir más allá de eso.

Hacer que la gente confíe plenamente en él o incluso lo admire. Y todo eso mientras estaba en la forma 'Demonio de ojos dorados', que inicialmente creó para que pareciera aterrador en primer lugar. Puede que sea un poco difícil, pero al final, Eisen estaba seguro de que podría llegar allí en algún momento. Después de todos los problemas que había causado en Ornier, tenía que devolvérselo a este mundo de alguna manera, ¿no?

Con una sonrisa, Eisen miró a la monja Noa y se cruzó de brazos. "Muy bien, volvamos a la cocina ahora, ¿de acuerdo?" Dijo, antes de que Noa asintiera rápidamente, pero primero se paró frente al anciano con la piel de un demonio. "¡G-gracias! Al principio, no estaba seguro de si debíamos confiar en ti hasta este punto, pero nos has demostrado que no pretendes hacer daño y sólo quieres ayudar. Nunca olvidaremos tu amabilidad". Ella exclamó y un mensaje apareció frente a los ojos de Eisen.

[Una monja de la Iglesia de Reah, la Diosa del Amor, te ha aprobado]

[La reputación en la Iglesia de Reah aumentó]

Sorprendido, Eisen rechazó las notificaciones y le sonrió a Noa, agradecido por obtener su aprobación. "Qué amables palabras, gracias. Y seguiré ayudándote, así que no te preocupes. Pero sólo podré venir a verte cada cuatro días, pero puedes estar seguro de que lo haré por un tiempo". " El anciano le dijo, y Noa asintió con una brillante sonrisa antes de que el pequeño grupo regresara a la cocina, donde el resto ya estaba esperando.

Caria y Melissa estaban sentadas frente a una enorme pila de diferentes vegetales como si las protegieran tanto de Koro como de Parc y Rouge, quienes parecían recién llegados.

En el momento en que los dos pequeños monstruos vieron a Eisen, corrieron hacia él nuevamente y abrazaron sus piernas. "¡Eisen! ¡Has vuelto!" Caria exclamó, y Eisen colocó sus manos sobre las cabezas de Caria y Melissa, tomándolas a ambas en sus brazos.