Capítulo Dos

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- Febrero, 1971, Mar Del Plata.

Luego de cantar aquella canción que tanto le gustaba, bajó del escenario para unirse una vez más a su amiga. María la recibió con una sonrisa sugestiva, notando como Charly la estuvo mirando toda la canción con unos ojos intensos y atentos. Se había subido a cantar otras veces antes, pero nunca se sentía así de satisfactorio. No sabía si era que había más gente en el bar, o si fue únicamente una ilusión. Una vez que se quedó viendo desde la audiencia como se desenvolvían en el escenario, entendió perfectamente el porqué. No eran como todas las otras bandas que venían hasta Mar Del Plata a tocar. No eran ni rock pesado, ni un folklore completamente fiel. Era una mezcla, era diferente, sensible y original, hasta en sus covers, tenía un toque especial. Era impresionante que puedan lograr tal apoyo con una flauta y una guitarra.

Su amiga se la paso jodiéndola toda la noche con Charly, diciendo que al hombre le brillaban los ojos cada vez que la miraba. También dijo que contaba la cantidad de veces que Charly la miraba en una canción, y dijo que en una canción de dos minutos, la miró veinte veces. Margarita le repetía que nada ocurriría, que el hombre tendría la misma trayectoria que cualquier otra banda porteña. Tocarían, pasarían un rato allí, tomando y celebrando para luego irse y volver nunca más. María le decía que eso no era de relevancia, ya que Margarita tenía un historial con un par de músicos que pasaron por los bares marplatenses. Decidió ignorar a su amiga y seguir disfrutando de la noche placidamente. Seguía pidiendo cervezas, aunque decidió pagar la mitad de ellas a escondidas de Charly, no quería aprovecharse de él.

Sonrió cuando vio que el par se bajó del escenario, yendo hacia los pequeños camerinos con los que contaba el bar.

"No podés ser tan obvia," Su amiga dijo burlona.

"Callate," Fingió ofenderse, "Vos porque no viste como mirabas a Nito." Alzó sus cejas.

"¿Eh?" Alzó sus cejas, "Yo lo miré normal, no sé qué interpretaste vos."

"¿Te gustan los que tocan la flauta?" Se rio, "Tranquila que a mí me gustó el cuatro ojos."

María se limitó a morder su labio inferior y negar con la cabeza. 

Se alejaron un poco de la barra, y Margarita llegó a ver como el par salía de los camerinos, pero su vista fue obstruida. 

"Hola, Chicas," Víctor nuevamente las molestaba, "A vos no te vi, María Rosa," Sonrió intentando ser seductor, "Estás muy linda esta noche, desde el taller de jardinería que no te veo."

"Sí, no volviste a ir," Dijo de mala gana. 

"¿Me extrañas?" 

"No," Margarita se rio del tono de su amiga.

"¿Desde cuándo son tan amargadas ustedes dos?" Frunció el ceño.

"Desde que viniste a hablarnos," Contestó Margarita.

"Soy uno de los pocos hombres masculinos que quedan, y no respetan," Dijo ofendido, "Vienen estos trolos con una flautita y una guitarra y todas se vuelven locas," Ambas resistían reírse a carcajadas, "Los hombres reales merecen esa atención."

"Quizás porque no nos siguen a todos lados," María respondió.

"Porque a estos les gustan los hombres, no las mujeres," Dijo molesto.

Detrás de Víctor, en dirección a la barra, Margarita pudo ver a Charly y a Nito. 

"Nos gustan putos y que," Le toco el hombro, "¡Permiso!"

Juntas caminaron hacia el par de músicos, dejando atrás a Victor.

"Hola," Sonrió Margarita.

"¿Sonamos bien?" Pregunto Nito.

Siempre Puedes Olvidar | Charly GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora