.capitulo dos.

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Hasta que la inexistencia nos separecapitulo dos;

                           "renaciendo"

Abrir los ojos se sintió pesado, como si todo el cuerpo le doliera por solo tratar de pestañear para poder ver mejor a su alrededor.

lo primero que vio fue el campo: verdes de distintos tonos, flores y arboles frutales le rodeaban. notando que el templo en el que se encontraba era mucho mas básico de lo que estaba acostumbrado antes de su fracaso.

apretó los dientes tan solo al recordar la abrumadora derrota que obtuvo hace tan poco. sin embargo rápidamente se sacudió la sensación del cuerpo para poder mover su cuello. escucho el crujido reconfortante antes de que Uraume apareciera ante él.

—sukuna-sama, ¿como te encuentras?—el suave susurro de la voz de la maldición hecha mujer llego a sus oídos, notando lo sensibles que estaban.

—¿en que tiempo estamos?— controlando el tono de su voz, llevo su vista hacia un lado de Uraume, notando poco a poco como volvía a el la capacidad percibir la energía maldita.

Kenjaku, quien aun usaba el cuerpo del hechicero portador de maldiciones, tenia en él una expresión de sorpresa que rápidamente oculto tras una sonrisa suave.

—los humanos perciben este tiempo como el año 139, mi señor— Sukuna la miro, aun tratando de controlo sus pares de ojos inferiores—. sin embargo diría que para nosotros es dos mil años después de su retirada.

"retirada" pensó Sukuna, "así es como lo llamas" gruño tratando de que sus cuerdas bocales dejaran de sentirse tan tensas, "a mi jodida derrota".

—¿acaso los humanos se extinguieron a si mismos?— se burlo, notando que su segundo par de brazos faltaban en su nuevo cuerpo.

—exactamente, Sukuna. ¿no es gracioso?, aun cuando la mayoría de los humanos murieron e sus propias guerra, todavía hallaron el camino a su nueva evolución— Kenjaku movió sus manos mientras hablaba—. sin embargo ahora no son tan bonitos como lo eran antes.

—¿que tan feos son ahora?— pregunto, levantándose por completo: de pie, podía sentir sus huesos crujiendo ante su peso.

Kenjaku ladeo un poco la cabeza, como si pensara por unos segundos antes de responder.

—¿con la endogamia y todo ese incesto que hubo y hay...?, no son lo suficientemente feos. por lo menos aun hablan de forma correcta...— Sukuna no reprimió la sonrisa creciente su rostro ante las noticas de la fealdad de los humanos.

—Kenjaku— sin embargo la sonrisa de Sukuna si se disolvió en cuanto reconoció la voz detrás de él, llamando al usuario del cuerpo del hechicero con una voz carente de todo tipo de emoción—, ¿debo recordarte que los humanos son hermosos sin importar su apariencia?

kenjaku sonrió ante las palabras, notablemente irónico.

—por supuesto,  Yuji. ¿como podría olvidarlo?— ante la respuesta de Kanjaku, la suave risa de respuesta de Itadori sorprendió a Sukuna y al parecer irrito a Uarume.

—mocoso...— girándose y actuando como si no estuvieran segundos de perder el equilibrio, miro a Itadori Yuji solo para esconder la sorpresa detrás  de sus ojos fríos y rojos.

hasta que la inexistencia nos separe [Sukuna X Itadori]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora