Isaac
Si hay algo que me desagrada bastante es la gente falsa, pareciera que alguien los obliga a ser amables con todo el mundo, se fuerzan a sí mismos a conseguir una amistad más porque creen que les dará un beneficio propio o simplemente buscan avaricia. Y esta chica es una de esas personas.
—¡Isaac! Acepta ir con nosotros al centro —su voz aguda y caprichosa molesta a todo mi ser.
—Ya te dije que no quiero —esta chica se aferra a mi brazo, siento que en cualquier momento me lo va a arrancar.
—Siempre me dices eso y siempre me rechazas —la chica me suelta y se para enfrente de mí deteniendo mi caminata—. Te puedo cumplir cualquier favor si vienes conmigo —suelta con cierto tono coqueto.
—No, gracias —la rodeo y continúo mi camino.
—¡Oye, espera! siento cómo sostiene mi hombro y rápidamente la quita.
Volteo mi cuerpo para rechazarla de nuevo, pero para mi sorpresa me encuentro con mi salvadora de toda la vida.
—Si él te dijo que no quiere ir es por alguna razón, deja de forzar a la primera persona que se te cruce a ir contigo, Sarah —veo como Eve tiene agarrada con fuerza la muñeca de la chica.
La mirada de aquella Sarah demuestra miedo ante Eve, pareciera que vio algo horrible. Enseguida se mueve y obliga a Eve a soltarla.
—Esto no te incumbe Eve.
—Me importa una mierda si lo es o no, estás molestando a mi amigo —solo basta con mirar a Eve un momento para saber que está enojada—, ahora si nos disculpas, tenemos prisa —Sarah la mira con desprecio, dando media vuelta de manera dramática regresando con su grupo de amigos.
—Vamos a casa Isaac —enseguida la obedezco.
En esta vida muchas cosas me dan miedo, pero si hay algo que me aterra bastante es ver a Eve molesta, ya que es muy raro verla así, y cuando lo está pareciera que puede acabar con alguien en cuestión de segundos.
Eve siempre ha sido tranquila, no le gusta llamar la atención de la gente a pesar del talento y la inteligencia que desborda, fácilmente puede ser una prodigio en cualquier área que ella quisiera, puede ser una deportista excelente, lograr trasmitir todos los sentimientos que quieren dar a mostrar las bellas artes, poder estar creando nuevas ecuaciones y nuevas leyes de la física moderna, incluso sería la modelo perfecta a seguir de todo el mundo pero, siempre trata la vida cómo si solo ella existiera, la única persona que sabe quién es en realidad y como es en verdad es ella misma, nunca se sabe que piensa exactamente o que tanto sabe, es una caja llena de sorpresas que nunca acaba.
Sumemos a todo eso que también es hermosa, tiene rasgos asiáticos por su familia materna y un gran aspecto por su familia paterna, su altura es de casi uno sesenta, su belleza es natural, usa pocos productos de cuidado, tampoco le gusta usar el maquillaje más que solo en algunas ocasiones especiales, hasta podría decir que tiene un club de fans tanto de chicas como de chicos.
—Isaac —Eve me llama sacándome de mis pensamientos.
Nos detenemos en una parada de camiones y ella solo mira hacia la carretera.
—¿Qué pasa? —miro su perfil y sus gestos denotan algo de enojo.
—Si ella o cualquier otra persona te molesta, llámame enseguida, aunque esté ocupada estaré ahí en donde quieras que estés —gira su mirada hacia mí y me da una pequeña sonrisa.
—Gracias Eve, lo tomaré muy en cuenta —por inercia le sonrío, provocando que mis ojos se cierren.
—Bien, es hora de ir a casa a descansar un rato —estira sus brazos hacia arriba para luego peinarse su cabello con sus dedos—. Siento que ha sido un día largo, a pesar de que solo ha pasado medio día, han ocurrido muchas cosas en tan pocas horas.
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Wings game!
General Fiction"En algún momento el alma de cada uno descansará para siempre, pero la mía lamentablemente no descansará hasta desatar un caos total en el cielo y en el infierno." . . . Isaac Snow, producto de un ser angelical y una humana, siendo oculto de los án...