𝐋𝐘𝐀𝐍𝐍𝐀Lyanna salió de la tina, sus pasos sobre la suave piel de la alfombra dorada parecían tan ligeros como las plumas. El vapor del baño aún danzaba en el aire, acariciando su piel mientras se envolvía con la suave y delicada prenda de color crema. Sus cabellos goteaban gotas de agua, dejando un rastro brillante a su paso.
Mientras se cubría con la prenda, sus ojos se encontraron con los de Rhaegar, quien parecía estar atrapado en un momento eterno. La sorpresa en su mirada se reflejaba en su expresión, como si las palabras de Lyanna hubieran arrojado un giro inesperado a la situación. El príncipe, por un instante, parecía perdido en sus pensamientos, como si estuviera luchando con sus propias emociones y deseos.
La habitación estaba impregnada de un aura de tensión, con la mirada de ambos chocando en un silencio que parecía hablar más que las palabras.
—No me mires así, príncipe. No soy tan ingenua como para creer que eres un hombre de una sola mujer —pronunció la muchacha, sus ojos reflejando la rabia.
Rhaegar dio un paso hacia adelante, intentando acercarse a ella, pero ella retrocedió dos pasos con determinación. Lyanna lo miró con una mezcla de emociones en sus ojos, su mirada reflejando desafío, dolor y un atisbo de decepción.
― No creerías que yo sería la única en los Siete Reinos que no se enteraría tarde o temprano de tu compromiso con Lady Hightower.
― Lyanna, este no es un tema que debamos discutir. Mi compromiso no fue mi elección, sino la de mi padre. No puedo desafiar sus palabras. Él es el rey y yo...
― Y tú te convertirás en uno ― pronunció Lyanna con una leve sonrisa, tan sutil que Rhaegar apenas se dio cuenta.
― Así será, y tú serías parte de mi vida ― pronunció mientras daba un paso hacia ella, pero Lyanna retrocedió nuevamente.
― Estaría contigo, pero como una amante, y no quiero eso para mí. No es justo para nadie, ni siquiera para tu futura esposa ― dijo con una mueca de dolor en su rostro.
― Entonces, ¿qué quieres de mí? ― preguntó con firmeza.
― Solo quiero que sigas adelante con tu vida y me olvides.
Lyanna sentía un gran pesar al pronunciar esas palabras. Sus ojos se humedecieron, y el nudo en la garganta se hizo aún más difícil de ocultar.
Rhaegar la observó como si esperara que cambiara de opinión, pero Lyanna se mantuvo firme en sus palabras.
Lyanna observó de reojo a Rhaegar alejarse y desaparecer por el corredor. Cerró los ojos al escuchar el sonido de la puerta principal cerrándose y luego se dejó caer al suelo, permitiendo que sus lágrimas brotaran.
Ella lo amaba, lo había amado desde el momento en que lo vio aquella noche, lo amó cuando ambos eran solo niños tratando de descubrir qué era el placer. Lyanna lo siguió amando cuando él hizo que abandonara sus sueños de dejar los Siete Reinos y marcharse a las Ciudades Libres en busca de un futuro. Lo amaba más que a sí misma.
Los días se deslizaron velozmente, mientras las noches se hacían eternas al ser atormentadas por la imagen resplandeciente de Rhaegar. Lyanna no podía soportar la angustia que la invadía por su ausencia. Era consciente de que le importaba más de lo que jamás le importaría su propio futuro.
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The other woman | 𝐇𝐨𝐮𝐬𝐞 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧
FanfictionEn las sombrías y opresivas profundidades del reino, Lyanna arrastra una vida de dolorosa servidumbre en el tenebroso velo de las sombras. Sin embargo, como si los hilos del destino hubieran tejido una trama inaudita, su existencia toma un giro desl...