Rumores que matan

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Aunque diciembre estaba cerca de llegar, el clima no era tan frío como se creía. Agradezco eso al calentamiento global.

Y como toda semana, tenía que dar mi reporte al director sobre el avance de las genios a las que estoy enseñando.

[Despacho del director]

Director: Últimamente todo va viento en popa --- dijo mientras él revisaba las pruebas de las chicas --- Las tres aumentaron su puntuación en las últimas pruebas. Es un progreso notable. Sigue así.

Yuuya: Eso haré, señor director. Cuente conmigo.

Aunque estaba sumamente tranquilo por fuera, por dentro estaba saltando y gritando de felicidad. Todo el sudor, sangre y lágrima está dando sus resultados.

Puede que consiga obtener mi beca justo antes de graduarme.

La felicidad que tenía no desapareció incluso mientras almorzaba con mis amigos Oomori y Kobayashi en el salón de clases.

Y parece que ellos lo notaron.

Oomori: ¿Por qué estás tan sonriente, Arima? ¿Te pasó algo bueno?

Yuuya: Algo así --- dije mientras comía mi almuerzo --- "Las cosas finalmente están saliendo bien para mí. Solo falta que las quintillizas también mejoren en sus calificaciones y tendré lo que quería para Navidad" --- pensé mientras seguía comiendo.

Los resultados de mañana será otro paso para saber que tanto necesitan mejorar.

Kobayashi: Ah, Yuu-chan, no me digas que... ¿estás saliendo con alguna de esas tres?

Yuuya: ¡¡PFFT!! ¡Cough, cough! --- me atoré con mi comida y me obligué a tragarlo entero --- ¡Agh! ¿Qué estás diciendo, Kobayashi? Por supuesto que no.

Kobayashi: Entonces, ¿es con una de las Nakano? --- volvió a preguntar --- Los nueve pasan mucho tiempo juntos, pensé que ya habían avanzado a ese tipo de relación.

Oomori: ¡Jajaja! Eres patético, Arima. Si yo estuviera en tu lugar, ya habría besado alguna de ellas.

Yuuya: Sí, como no. No pasó nada y nunca pasará nada con ellas.

A pesar de que dije eso, sus palabras me hizo recordar lo que sucedió en el campamento con Ogata. Bueno, fue accidental, así que eso no debería contar, ¿verdad?

Bueno, nadie lo sabe después de todo.

Kobayashi: Pasó algo.

Yuuya: ¿Eh?

Kobayashi: Cuando mientes, tiendes a tocar la superficie de algo con la punta de los dedos. Como si estuvieras tocando un piano imaginario.

Yuuya: No jodas.

Miré mi mano izquierda sobre la mesa y me di cuenta que Kobayashi tenía razón. ¡Mis dedos se movían a la melodía de Für Elise de Bethoven!

¿Desde cuando volví a ese viejo hábito de niño? ¡Creí que lo había borrado cuando entré a esta escuela!

¡Que hábito más extraño tengo!

*PUM*

Salté de mi asiento cuando Oomori golpeó su mesa, sacándome de mis pensamientos.

Oomori: ¡Arima! ¡T-tú... no...!

Yuuya: ¡Por supuesto que no!

Me tomó unos segundos cuando me di cuenta que mis dedos volvieron a moverse al ritmo del piano.

El hombre ideal para todas (OC X MEGA HAREM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora