NADA ES LO QUE APARENTA

2. Los cambios del señor tenebroso

Eran aproximadamente las 6 de la mañana cuando un golpe seco en la habitación continua me despertó. Corrí mientras tanteaba mi entorno en la aún oscura mañana, y al llegar, pude ver la silueta de un hombre no muy robusto tirado en el frío suelo. Era bastante delgado, casi esquelético, y al levantarlo, pude sentir sus costillas.

- ¿Disculpa... Necesitas ayuda?

- La varita... -corrí hacia donde estaba, mientras le ayudaba a recostarse nuevamente en la cama, me agache junto a la mesita de noche, donde estaba la particular varita tirada. Realmente no sabía quién era el, pero sus ojos, tan grises como la nieve, me llamaron la atención, como si le conociera de algún lugar.

- ¿Trataba de hacer algo?

- Quería atraer la jarra de agua, Cissy olvidó dejarla en la mesita de noche. Y me he caído intentando alcanzar la varita en el armario. Cissy la puso en un lugar lejano a mi, dice que no debo utilizar magia porque es muy peligroso. Y tú, quién eres?

- Soy Harry. -prendi la luz-

- Potter -ahogo un quejido, le ayude a recostarse mejor mientras el a toda costa luchaba con mantenerse sentado- reconocería ese rostro en cualquier lado.

- Supongo que debió conocer algún Potter, señor.

- Black, puedes llamarme Regulus Black -abri los ojos de par en par- y es cierto, estudie un año menor a James Potter, es algún pariente tuyo?

- Es mi padre.

- Oh.

- ¿Usted es algún pariente de Sirius Black? si no me hubiera dicho que es Regulus habría pensado que era Sirius, pero más joven.

- Su hermano menor -comento sin mucho orgullo al ser asociado a ese nombre.

- Supongo que si eres hijo de Potter, debes ser el ahijado de Sirius -una carcajada escapo de sus labios, no era esa típica que desbordaba gracia, era una tos ronca, seca; lo que me hizo recordar que necesitaba tomar agua. Me levanté de un salto y atraje la jarra al estilo muggle, olvidando que podría haberla atraído con la varita, además acerque un vaso y serví agua. Al pasársela note un pequeño temblor, lo normal, supuse, para alguien que recientemente se está recuperando. Tomo un par de sorbos y dejo el vaso sobre la mesa.- gracias.

La puerta de abrió y, bajo nuestra atenta mirada, la figura risueña de la señora Malfoy apareció, brillando por los primeros rayos de sol del amanecer que salían de la gran ventana sin cortinas.

- Veo que ya se conocen.

- ¿Has dormido bien?

- Más de lo que podría haber esperado, aunque, tras muchos años de estar durmiendo, lo único que quiero hacer, es levantarme.

- El doctor dijo...

- Lo se primita, 3 meses en cama como mínimo si no quería que me llevarán a San mungo. Y una ardua recuperación semanal. Por lo que si todo sale bien, el Octubre debería empezar a levantarme con total seguridad, y de aquí al próximo Septiembre podría ocupar la varita a mi antojo. No soy un crío.

- A veces  pareciera que si, bien, entonces te traeré el desayuno. -nos dio una última mirada y se marchó, al paso de algunos minutos, un desaliñado joven Malfoy (lo cual me causó gran sorpresa) entro en la habitación con una gran bandeja para tres personas.

- ¿Tres?

- No creas que lo he hecho a posta, los adultos se han encerrado en la cocina y me han mandado a comer con ustedes.

Los minutos pasaron y todos comimos con una lentitud que podía haber exaltado a cualquiera. En realidad estábamos jugando con la comida, y el joven Black ya había hecho un mini castillo con su puré.

- Por Salazar, puré... ¿No podría haber sido estofado? -murmuraba el para si.

- Al menos tiene puré -gruño Draco, mientras masticaba una manzana- cuando estaba enfermo mi madre solo me daba arroz o sopitas, eso se ve bastante apetitoso -me burle de su desgracia con una pequeña risita y seguí dando la hora con el tenedor, no paso mucho hasta que la ganchuda nariz de Snape se asomo por la puerta.

- El señor oscuro desea verte -su voz, a menudo tan imperturba le como su rostro, vaciló por unos segundos mientras examinaba la habitación, mayor fue la sorpresa cuando, al hacerse a un lado, apareció un atractivo hombre con algunas facciones aún marcada por lo que se convirtió. Era una mezcla de joven atractivo, con la piel pálida y lo que parecía ser una nariz. Allí, donde debía haber calvicie, castaños cabellos comenzaban a salir.

- ¡Santo Merlin!

- Joven Black, me complace que esté en tan buenas condiciones -recibio un gruñido- también me parece conveniente que justo este el señor Potter, así podemos hablarlo todo de una vez, sin tener que contárselo a cada uno. He comenzado parte del trato, he acabado con el diario, el anillo y el collar. He de creer, que con esto de comprobación, podrás mover tus hilos y hacer tu parte.

- ¿Acabarás con todos tus horrocruxes?

- Nagini no está en el trato.

- Tendremos que reacomodar algunas partes, ¿Le parece si lo hablamos antes del medio día?, estoy intentando desayunar

- Se le dan mal las mentiras, joven Potter, no necesito usar legeremancia para saber que está dando excusas, sin embargo lo tomare -sus penetrantes ojos rojos dejaron de mirarme acusatoria mente y se desviaron hacia Regulus- en cuanto a ti, apreciaría que te comportaras, no te saque de ese lugar por nada.

Y se marchó, azotando la puerta.

- Bien, habrá que empezar con el plan: "Reformación de asesino-convertir Hogwarts en un hogareño destino"

- Suena mejor "plan suicida" -Justo donde estaba su mejilla, un pequeño hoyuelo apareció. Es que... ¿Regulus Black estaba sonriendo?

- ¡Nos vemos, deséenme suerte! -me levanté, y salí de la habitación, rezándole a todos los magos para que esto acabará bien. No fuera a ser que terminara arruinando todo por lo que había trabajado.

¡Hola a todos! Espero que hayan tenido una buena semana y un buen día.

¿Qué les pareció el capítulo?

Muy pronto Harry regresará a Hogwarts (están a inicios de agosto) además habrá cambios significativos en Hogwarts y una movida importante de la orden. ¿Será que el doppleganger de Harry lo ha estado haciendo bien? ¿Los Dursley y la orden habrán sospechado del nuevo Harry? ¡Eso lo veremos en el próximo capítulo!