MALAS DECISIONES || NAMJIN || +18

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La mañana nos cubrió con el rocio matinal. El frío erizo mi piel, lo único cubriéndome era el cuerpo de un hombre abrazado a mi.

Nuestros cuerpos estaban unidos en un abrazo que podría resultar reconfortante. Pero no para mi. No cuando sabía que solo había sido un acoston en toda regla. Su pierna estaba encima, el peso de su cuerpo era suficiente para que fuera imposible moverme.

Así que tuve que quejarme.

Poco a poco sus ojos se fueron abriendo. La luz del sol claramente le molestó despertándolo.

Un sonido gutural abandonó su garganta y comenzó a moverse.

Logré liberarme un poco, aunque una de mis piernas seguía atrapada entre las suyas.

—Hey. Oye...Despierta.—intente de nuevo.

Volvió a moverse y finalmente mi cuerpo quedó en libertad.

Con prisa, abandone mi lugar y me dispuse a buscar por mi ropa, con una velocidad increíble, conseguí encontrarlo todo y me vestí en tiempo récord.

Cuando terminaba de colocarme los zapatos la voz de Kim Namjoon dijo mi nombre:

—¿Seokjin? —el tono grave me tomó por sorpresa.

—Buenos días. —conteste apresurado.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó girando sobre el sofá.

Su desnudez fue tentadora en la luz de la mañana. Se apreciaba mucho mejor su tono de piel. Sus músculos. Y esas muslos...fuertes...grandes. Y sin ánimos para mentir su pene estaba bastante animado.

¿Cómo había tenido todo eso dentro?

No podía explicármelo.

—Tengo que irme.

—Podemos desayunar primero. Te puedo llevar a donde necesites luego. —me dijo ahora mirándome.

—No te preocupes. Se cómo llegar yo solo. —conteste acomodando mi ropa un poco más.

Tampoco quería dar la imagen de "me acoste con alguien" tan temprano.

—Seokjin. Será solo media hora. Lo prometo. —se alzó y sentándose en el sofá insistió.

Sabía que no debía aceptar. Ya había hecho lo que quería hacer. Lo que ambos queríamos. No había porque alargarlo más o hacerlo incómodo.

Era una regla básica.

No desayunas con tu amante de una noche. No creas lazos. No das pie a una amistad. Solo te vas. O dejas que se vaya.

No era tan difícil.

Pero como era frecuente en mi. Tome la mala decisión de aceptar.

Namjoon lucho un poco en dejar el sofá. Sentándose y estirándose un poco antes de levantarse y buscar su ropa. No se colocó sus zapatos en su lugar, los tomó en sus manos y nos encaminó de nuevo al interior del restaurante.

La calidez abrazó mi cuerpo de inmediato.

Nos mantuvimos en silencio. Casi incómodo.

¿Qué podíamos decir de todos modos? ¿Gracias por dejarme montarte? ¿Qué te pareció correrte dentro mi? ¿Te gustó la mamada que te hice? ¿Sabes, podrías dar los azotes con un poquito más de fuerza?

Ridículo.

Iba a mencionar de nuevo que quería irme. Pero Namjoon ya tenía en su mano una sartén.

—¿Te apetece algo más salado o prefieres un pan francés?