𝐬𝐡𝐞𝐞𝐩𝐬 ‹ › sasharcy

sheep two

Era el comienzo del día de un sábado, Marcy fue la primera en despertar y lo primero que hizo fue ir a la sala para leer un libro de fantasía pues, no tenía nada que hacer y no sentía ganas de comer algo.

El ambiente era tranquilo, no había ningún tipo de ruido en excepción de las páginas cuando iban a ser pasadas. Esa era una rutina de Marcy, despertar y leer, después viene lo demás.

En medio de su cómoda lectura, se despierta Sasha.

- Buenos días... -Dijo la azabache sin despegar la vista de las páginas con palabras escritas.

Sasha no respondió a eso.

Ella no le daba importancia el hecho de ignorar a Marcy, es más, se había vuelto un tipo de costumbre hacerlo.

Se dirigió al baño sin mirar atrás, solo se preocupaba de ella misma, solo ella. Ya no importaba si Marcy estaba ahí o si se sentía mal por ignorarla. Para ella, Marcy no existía... En ciertas ocasiones.

Después de un rato, Sasha salió del baño con ropa diferente y ahora se dirigía hacia la cocina para preparar su desayuno, todo en absoluto silencio pues aún no le daba importancia a la presencia de la menor.

Terminó de hacer su comida y fue hasta uno de los sofás desocupados de la sala, encendió la televisión y comenzó a comer.

- ¿Qué haces? -Preguntó Sasha sin mirar a Marcy.

- Leer. -Dijo únicamente sin dar algún tipo de detalle al respecto. Sasha volteó su mirada hacia la menor y dejó su desayuno a un lado.

- ¿No tienes algo mejor que hacer? No sé, limpiar, estudiar o hacer tus tareas. -Dijo la mayor quien hacía movimientos con sus manos mientras enumeraba.

Marcy negó con su cabeza sin quitar la vista de su libro.

- Ya adelanté todo, además, leer también es mejor que no hacer nada. -Dijo Marcy después de pasar una página.

Sasha no dijo nada, volvió su vista a la televisión y a continuar con lo que estaba haciendo anteriormente, o sea, comer.

La habitación que solía estar calmada hace un rato ahora era la habitación más ruidosa. Se podía escuchar el sollozo de la menor que estaba recostada en la pared con la mirada baja dejando que sus lágrimas empaparan sus mejillas mientras que Sasha le gritaba cosas que podían herir a Marcy quien es muy sensible.

¿Razón de eso? Sasha queriendo desquitarse con alguien y Marcy es la única que esta y estará a su alcance.

- ¡Eres una maldita dramática! ¡Estoy harta de tus lloriqueos!, ¿no te da pena estar llorando en frente de alguien? Patética. -Dijo antes de darle una fuerte abofeteada a Marcy que sonó en toda la habitación.

Marcy dejo escapar un quejido y comenzó a sobar su mejilla para después mirar a Sasha con sus ojos enrojecidos. La mayor suspiró y le dio una mirada de molestia a la azabache e intentaba aguantar las ganas de darle otro golpe pero el resentimiento que por alguna razón sentía, tenía que dejarlo ir de alguna manera.

Fue por eso que le propinó una patada en la rodilla de la contraria haciendo que dejara escapar un leve grito de dolor y perdiera el equilibrio antes de que cayera al suelo.

- Estúpida. -Dijo antes de salir de la habitación dejando a Marcy sola.

Una vez que se fue, Marcy tocó su rodilla adolorida mientras seguía llorando. Se hizo bolita y escondió su rostro lloroso en sus brazos. Se limitó a pensar en que hizo mal y si no hizo nada malo, ¿por qué el comportamiento de Sasha hacia ella?

"Tal vez ya no me ama." Ese era un pensamiento inevitable en la mente de Marcy, siempre esta ahí, haciéndose la misma duda.

"Tal vez me odia." Otro pensamiento que invadía su mente pero, ¿por qué la odiaría? En todo el tiempo de relación con Sasha, Marcy le ha dado afecto, le decía "te amo", celebraba sus logros, se apoyaban mutuamente...

Pero... ¿Qué paso? O ¿Qué hizo mal Marcy para ser tratada así? No lo sabe.

Al menos agradece a quien sabe quien de que Sasha no llegara más lejos como otras veces que la dejaba en el suelo casi sin capacidad de moverse.

Después de una serie de pensamientos en un intento de buscar respuestas a sus preguntas, miró hacia un costado en donde pudo ver el objeto filoso que estaba a unos pocos metros de ella. Se miró sus brazos con algunas heridas cicatrizadas de viejas cortadas. Se dirigió hasta el cutter y lo tomó antes de comenzar a verlo con atención. Tenía un poco de sangre seca... Su sangre.

No lo pensó dos veces, simplemente lo posicionó en su brazo e hizo un corte. Le dolía pero a pesar de eso, le generaba una sensación de tranquilidad o un tipo de satisfacción. Vio la sangre salir poco a poco de la cortada que se había hecho.

Luego comenzó a hacer otra cortada y otras más. Le gustaba cuando el filo del objeto dejaba una herida en su piel y el líquido rojo salía no solo manchado sus brazos, algunas gotas caían en la ropa de Marcy.

Era como un método de desahogo el hacerse daño a si misma.

Se recostó en la pared y cerró sus ojos para recuperar la paz que tenía hace un rato y comenzó a contar ovejas pero esta vez, de atrás hacia delante por donde quedó la última vez.

- Trecientas dos ovejas, trecientas un ovejas, trecientas ovejas...

Contó hasta no tener ganas de seguir contando.

Contó hasta que se quedó dormida en el suelo.