𝑱𝒖𝒋𝒖𝒄𝒐𝒓𝒕𝒐𝒔/𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔 | Jujutsu Kaisen

8. SatoSugu y el acuario

—Oye Suguru, ¿Vamos al acuario?

Dos tontos que juntos suman uno quedaron para ir al acuario de Tokio, además invitaron a Haibara y a Shoko, mientras que Nanami estaba ocupado con una misión.

Fueron todos juntos en autobús.

—¿Habrá tiburones en el acuario? Los tiburones molan — Dijo Haibara.

— Si, si, por supuesto que los habrá — Dijo Shoko suspirando.

Mientras tanto, en los asientos de atrás, Suguru y Satoru estaban peleándose porque Geto tenía un nuevo record en un juego que Gojo no había podido pasarse.

—¡Seguro que haces trampa don flequillo! — Gritó Gojo

—¡No es mi culpa que seas malo don viejo ciego!

—¿Estos dos nunca se van a callar...? — Preguntó irónicamente Shoko.

Al llegar, Haibara se cayó al suelo ya que no tenía los cordones atados. Apenas habían entrado y ya había pasado algo malo...

Un poco más tarde, en la sección de los moluscos, Gojo se acercó mucho al cristal, y un calamar roció tinta ya que se sintió amenazado por la mirada del albino, haciendo que Satoru se asustase.

—En verdad se puede hacer una buena parrilla con todos estos bichejos — Dijo Gojo sonriendo como un tonto.

—Más respeto Satoru — Respondió Geto.

—¿Ah? Tú me debes de tener respeto a mi

Entonces, Shoko y Haibara detuvieron a los dos tontos.

¿Qué mosca les había picado como para pelearse tanto hoy?

Por fin vieron a un tiburón.

—¡Es un tiburón! — Gritó Haibara.

—Oye Suguru, ¿Alguna de tus maldiciones se comerían a este pescado de un bocado? — Pregunto Satoru.

—Seguramente

Shoko debía de ir al baño, y Haibara quería comprarle algún recuerdo a Nanami, así que Gojo y Geto se quedaron solos, observando peces exóticos.

Gojo observaba un pez negro, que le recordaba a Suguru.

Geto observaba un pez blanco que no dejaba de moverse, que le recordó a su amigo Satoru.

Ambos lo observaban atentamente.

—Suguru, nunca cambies tu pelo negro, te queda muy bien — Declaró Gojo.

—Como si fuese a hacerlo, canoso

Los dos se miraron y empezaron a reírse, siempre que vieran algo del color del otro siempre recordarían a su mejor amigo.

Durante el resto del día, estos dos estaban de muy buen humor, dejaron de pelearse y Suguru le dio consejos a Gojo en el jueguito.

Haibara tenía las manos llenas de recuerdos para Nanami y para él mismo, fuera donde fuera siempre compraría recuerdos.

El autobús se paró en un semáforo en rojo, por el paso de peatones había un señor mayor paseando sus dos perros:

Un Golden retriever negro y un chihuahua blanco.

La calma no duraría mucho.

—¡Ahhh, ese perro es igual a Suguru! — Gritó Satoru.

—¡Pero si el chihuahua eres tú!

Entonces, el chihuahua le mordió la cola al Golden retriever, igual que estos dos, quienes aman pelearse más que nada en el mundo...