Prólogo

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La vida ha sido difícil para Matheo. Ser abandonado por sus padres a los 2 años le ha convertido en piedra. Luchar es su liberación y las mujeres, las drogas y su guitarra, le traen paz, pero en el fondo Matheo no es tan duro como él se hace pasar. Cuando se encuentra con Desiree, ella encuentra todas sus piezas rotas y las une de nuevo, es un rayo de luz en su vida sombría y la última cosa que quiere hacer es traerla a su mundo oscuro. Jugar negligentemente es fácil, jugar al malo de la película puede ser divertido, pero jugar con Desiree es imposible, sobre todo cuando ella puede ver a través de él.

Matheo no es el único que está roto, y por primera vez, en mucho tiempo, Desiree se siente viva, y cree poder volver a amar. Su mundo en blanco y negro tiene una oportunidad de volverse de color cuando se encuentra con Matheo. Él es diferente a cualquier persona que ha conocido, con sus tatuajes, y honestidad contundente. Ella no quiere nada más que dejarse llevar y montar el lado salvaje con él, pero algunas heridas nunca sanan y las piezas rotas de Desiree no son tan fáciles de encontrar.

Hay un lugar al que desciendes justo antes de tocar fondo, una especie de colchón ante el golpe. Está lleno de aire fresco que llena tus desprovistos pulmones con tanta luz que hasta en los rincones más oscuros calienta tu piel. Este lugar te prepara para el salto, te abraza en su sosegada presencia y te mece suavemente. Matheo era ese lugar para mí. Él era como un arco iris en mi película en blanco y negro, un toque de suavidad sobre cicatrices irregulares.

Y luego toqué fondo.

Mientras estaba ante el cuerpo sin vida de un hombre que merecía el peor de los destinos, sabía que ya no era la niña que solía ser. Mis piezas rotas estaban en vías de recuperación y su alma era el pegamento que las mantendría a todas juntas.

A VECES TODO LO QUE NECESITAS ES PEDIR UN DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora