Desiree
-¡Qué idiota! - dijo Eleonor una vez que regresé al auto-. Él no tenía derecho a hablar de esa manera. Todo lo que estabas haciendo era decir gracias. Caray, ¿qué difícil hubiera sido decir de nada y cortésmente marcharse? Sergio dijo que era un imbécil, pero esto es demasiado.
Ella tenía razón, por supuesto. Tomó toda mi valentía y fuerza de voluntad el salir del automóvil y escupir las palabras "gracias". Yo ya soy naturalmente una persona tímida, pero el hecho que él me había visto en el peor estado que nunca había estado, me puso incluso más incómoda. No importa qué tan tembloroso mi cuerpo estaba o lo nerviosa que estaba, sabía que agradecerle era lo correcto a hacer. Él había salvado mi vida, después de todo.
Ahora, después de tan grosera respuesta, estaba pensando que sólo debería haber dejado las cosas como están.
-Otra vez, ¿cómo dijo Sergio que se llamaba?
-Matheo Diaz -dijo ella mientras se salía de la carretera pedregosa llena de baches hacia la autopista-. Incluso su nombre grita imbécil. Las chicas lo aman, sin embargo. ¿Qué pasa con las chicas y los imbéciles arrogantes? Nunca lo entenderé.
-Dice la chica que persigue a cada polla arrogante en un radio de diez kilómetros. -Me reí.
-¡Oye! Tengo necesidades. Estoy segura de que un día encontraré un buen chico que pueda llevar a casa para conocer a mi mamá, pero hasta entonces, voy a disfrutar con los malos. -Ella ronroneó bromeando
-Estoy convencida de que hay algo mal contigo. De todos modos, hice lo que vine a hacer. Me hubiera muerto si él no me hubiera llevado al hospital. Le agradecí y ahora puedo olvidarlo.
-Sí, eso probablemente es lo mejor. Escucha, Dess, realmente siento mucho lo de anoche. Te juro que pensé que te fuiste, yo también empecé a sentir los efectos de aquella droga y al no verte supuse que estabas a salvo. Estallé tu teléfono llamándote y fui en tu busca en el momento en que me di cuenta que podrías estar también drogada y en peligro. -Ella me miró y frunció el ceño mientras hizo un giro a la derecha.
Ella se había apresurado a mi casa en cuanto me dieron de alta del hospital y paso la siguiente hora llorando en mi regazo y pidiendo disculpas. No es como si ella me drogó. Sucedió y nunca volvería a suceder. Vives, aprendes, y lo superas. Había pasado por cosas peores y pasaría por cosas peores de nuevo, de seguro.
-Tú no has hecho nada malo. -Traté de hacerla sentir mejor-. Pero no sé si ese es mi tipo de lugar.
-Entiendo. Sé que no es tu ambiente. Iré sola. -Ella metió su automóvil dentro de mi camino de entrada.
-¿Por qué en el mundo te gustaría volver ahí? -le pregunté, horrorizada.
-Bueno, no he dicho nada debido a toda la locura que estaba pasando, pero Sergio estuvo conmigo mientras sufría los malestares, logre llegar a él antes de empezar a marearme, y aunque no tuvimos la desenfrenada noche de placer que esperaba, me pidió que fuera a verlo tocar el próximo fin de semana. Oh, Dios mío, es tan caliente. Él me envió un mensaje esta mañana y me llamó hermosa. Creo que estoy enamorada. -Suspiró.
-Tú siempre estás enamorada. -Negué con la cabeza-. Prométeme que no irás sola. Voy a volver contigo y meteré una botella de agua para beber. No creo que quiera festejar tan duro como lo hice la última vez. -Bromeé.
-No es gracioso Desiree. Podrías haber muerto, podría haber muerto, podríamos haber muerto. Tenemos que tener más cuidado de ahora en adelante.
-De acuerdo. -Devolví la sonrisa.
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A VECES TODO LO QUE NECESITAS ES PEDIR UN DESEO
Novela JuvenilLa vida ha sido difícil para Matheo. Ser abandonado por sus padres a los 2 años le ha convertido en piedra. Luchar es su liberación y las mujeres, las drogas y su guitarra, le traen paz, pero en el fondo Matheo no es tan duro como él se hace pasar...