Desiree
Al final Matheo tenía razón sobre el imbécil del club. Apenas volví al bar con Eleonor, y ya lo tenía intentando que saliéramos así se la chupaba afuera. Bastardo enfermo. Pasé el resto del show junto al escenario, pero no porque Matheo me lo pidiera. Lo hice porque no podía alejar el trasero borracho de Eleonor de estar junto a Sergio por cinco minutos.
Una vez terminó el show, los chicos juntaron todo y nos dirigimos a los autos. Como Matheo dijo que ocurriría, Eleonor literalmente saltó al auto de Sergio así que me despedí y fui a esperar junto al de Matheo. No me ponía feliz que Eleonor se hubiera emborrachado demasiado para poder conducir. Planeaba quedarme en su casa dado que mi hermano pasaría la noche en lo de su amigo.
Cuando Matheo vino a su auto, no me dijo nada mientras abría la puerta del conductor y subía. Una vez que encendió el motor, yo abrí mi puerta y me subí. Habló con Hugo por un minuto sobre algo que no entendí. Era como si lo estuvieran diciendo en código. Hablaban de vender lo grande y conseguir el verde. Asumí que se referían a la música y hacer dinero tocando. Nunca entendía toda la jerga que mencionaban.
Una vez que estábamos saliendo de Agridulce, se inclinó y encendió la radio. Vi los carteles que marcaban las millas en la interestatal mientras pasábamos y conté el tiempo que tenía antes de volver al infierno en casa. No quería ir a casa. Iría a cualquier otro lado. No me importaba lo que fuera si significaba estar lejos de mi casa hoy. Mi papá olería el alcohol de mi aliento, vería el maquillaje en mi rostro, y no me daba miedo admitir que él me asustaba. Estaba cambiando.
—Te ves perdida en tus pensamientos. ¿Qué tienes en la cabeza? —preguntó Matheo.
No podía decirle lo que pensaba, aunque quería. Sabía que podía confiar en Matheo. Sabía que podía contarle mis secretos. Él creía que yo era una chica rica privilegiada y aunque sí era de una familia rica, mi vida había sido tan difícil como la de todos en su mundo. Quería decirle eso. Por algún motivo significaba mucho para mí que supiera que yo no era tanto yo misma como cuando estaba con él. Necesitaba que supiera que Desiree, la hija del alcalde que jugaba al fútbol y nadaba, era sólo una actuación, pero la chica que soy era cuando pasaba el tiempo con él... esa era la yo verdadera.
Pero por mucho que quisiera decirle todo y liberarme, sabía que no podía. No sólo por lo que podría pensar Matheo, pero porque tenía a mi madre y hermano para preocuparme. Si Matheo se lo decía a alguien, no pasaría mucho antes de que los rumores del gobernador comenzaran a circular y llegaran a mi casa, a mi mamá, y ella retrocedería.
—No mucho. Sólo algunas cosas —me volví en mi asiento hacia él—. Vamos a algún lado, a donde sea. No me importa dónde me lleves. Es que no quiero ir a casa aún.
Me miró. Se estaba riendo con la mirada.
—Es pasada la medianoche. Estoy seguro de que tu papá ya planea matarte —dijo mientras acomodaba sus manos en el volante.
—Entonces será mejor que aproveche mis últimas horas de vida, ¿no te parece?
Quizás fuera el alcohol o quizás fuera lo cómoda que estaba con Matheo, pero realmente le estaba coqueteando. Incluso las palabras sonaban coquetas cuando las decía. Me miró con una expresión seria y sacudió la cabeza.
—No hagas eso, caramelo.
—¿Hacer qué? —pregunté.
—Estás coqueteando conmigo. Estoy seguro de que es el alcohol el que habla, pero no soy distinto de los chicos en el bar. A lo sumo, soy peor.
—¿Y qué sí creo que eres diferente?
—Entonces eres más inocente de lo que yo ya creía.
Estábamos acercándonos rápidamente a mi casa y me iba quedando sin tiempo para convencerlo de que me llevara a otra parte, pero no se me ocurría un lugar para que me llevara o un motivo por el que no quisiera llegar que sonara legítimo.
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A VECES TODO LO QUE NECESITAS ES PEDIR UN DESEO
Novela JuvenilLa vida ha sido difícil para Matheo. Ser abandonado por sus padres a los 2 años le ha convertido en piedra. Luchar es su liberación y las mujeres, las drogas y su guitarra, le traen paz, pero en el fondo Matheo no es tan duro como él se hace pasar...