UNO.

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Llege a los departamentos que me habían indicado para entregar la pizza, miré el nombre de los edificios, hasta que encontré el que buscaba y después me puse a buscar el número del apartamento, subí un par de pisos y al encontrar el lugar, toque la puerta. Al minuto una linda chica de cabello entre castaño y rubio y unos penetrantes ojos de un tono marrón, tan oscuro que no se distinguía el iris de la pupila, abrió la puerta, el cabello ondulado, desordenado por todas partes, las manchas de rimel en sus ojos y ése desgastado camisón azul llamaron mi atención.

-Le entregó su orden señorita.-

Le dije sonriendole. Ella sólo me devolvió la sonrisa y asintió.
Tomó la caja y la sostuvo con una mano.
Sacó algo de dinero de uno de los pocos bolsillos que tenía. Le dije la cantidad y ella me dio el dinero exacto y además una propina.

-Gracias.-

Le di una sonrisa de lado.
Y ella otra vez sólo me sonrió y asintió.
Su sonrisa hizo que mi corazón latiera muy rápido y que en mí estómago sintiera un revoltijo. Ella cerró la puerta y yo volví a la moto para volver a la pizzería, con una cara de idiota enamorado. Sí, definitivamente me gusta la chica del camisón azul.

La chica del camison azul. (Editando.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora