Catorce.

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Cassie y yo ibamos en el taxi, regresando a su casa en completo silencio, no teníamos mucho que decir y también sería incómodo con el taxista ahí. Solo esperaba llegar a su departamente para hablar con ella. Tenía demasiadas cosas en mi cabeza. Todo el trayecto a su casa Cassie estuvo jugando con sus dedos nerviosa. Creo que sabía que quería hablar con ella. Pasaron un par de minutos mas y llegamos a su edificio, ella bajó rápidamente del auto y yo tras de ella.
Después de haber pagado y agradecido al taxista, empeze a correr por las escaleras para poder alcanzar a Cassie. Llege a su piso y logré poner mí pie, justo segundos antes de que ella cerrará la puerta.

-Cassie, necesitamos hablar.-

Ella suspiró y me abrió la puerta completamente.

-Vamos. Pasa.-

Dijo Dandome espacio para que pasará, yo asenti y caminé hacia su sala, escuche como ella cerraba la puerta a mis espaldas. Yo voltee a verle y ella aun estaba dandome la espalda, viendo a la puerta.

-Cassie, yo...- empecé a decir pero fui interrumpido.

-Callate. Se lo que diras.- abri los ojos de golpe, y ella se volteo con la mirada gacha.- "Cassie no te hagas esto a ti misma", "Cassie, tienes que cuidarte", "Cassie, Esto no es bueno para ti".- Levanto la mirada y note que tenia una sonrisa triste, sus ojos estaban apagados, no tenían ése brilló que amaba y éso me destruyó.- Estoy bien. Yo me cuidó demasiado. Hago ejercicio y tengo una buena dieta. Sólo fue una mala semana. Así que te pido que no me des sermones, en éste momento no estoy de ánimos para oirlos.

No dije nada, y caminé hacía ella y cuando menos lo esperaba, la abraze, sentí como se tenso entre mis brazos, pero después de unos segundos se relajó y después sentí como su cuerpo empezó a temblar y empecé a escuchar sus sollozos, mi corazón se rompió en trozos y la estreche más fuerte contra mi.

-Cassie.- dije casi en un susurro.- Nose que es lo que pasó después de nuestra cita, nose sí hice algo mal, pero quiero que sepas que siempre estaré contigo, como un amigo y si puedo, como algo mas, hace poco te conocí, pero tengo que decir que desde el primer día hubo algo que siempre me hacía desear regresar. Y venía al menos tres veces a la semana a entregarte unas cajas de pizza. Que ahora dudó que las hayas comido tu.- Sentí como río un poco y yo igual solte una risilla.- Eres una gran chica, de eso estoy seguro completamente. Con grandes sueños y esperanzas. Tus ojos dicen mucho. Perdóname si te asusté. Perdóname si adelanté mucho las cosas, y si ahora sólo deseas que sea tu amigo lo seré, pero por favor, no me expulses de tu vida y vuelveme a regalar ésa hermosa sonrisa que tienes.

Sentí como se separó de mí, incline mi cabeza un poco hacía abajo para verle, pero en menos de lo que esperaba sus labios chocaron con los míos, por un segundo me quedé en shock pero después continúe el beso, empezó con un besó dulce y llenó de sentimiento. Pero las cosas fueron subiendo de tono, pronto ella estaba con sus piernas rodeando mi cintura y yo tenía mis manos en sus muslos sosteniendola, tendré que decir que pesaba muy poco, camine un poco y la apoyé contra la pared, ella pasaba sus manos por mi pelo, baje mis besos a su cuello, ella soltó un leve gemido que hizo que yo sonriera, volví mis besos a su boca y volví a caminar, en un segundo estábamos en el sofá, ella debajo de mí, mientras nos besabamos, sentí como sus manos bajaron por mi pecho, haciendo que yo sonriera y soltara un pequeño gruñido, sus pequeñas manos llegaron al borde de mi camiseta y empezó a subirla, intentando quitarmela, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo al sentir el tacto de sus manos contra mi piel, estaban heladas, eso me preocupó, mas ella siguio luchando por deshacerse de mi camiseta, la ayudé y pronto mi torso estaba desnudo, continuamos con el besó y ahora yo fui quien intentó quitar su camiseta, fue cuando senti sus manos frenarme, y yo frene de immediato. Ella me miro apenada.

-Perdona, yo solo...-

Le sonrei y nege.

-No te preocupes.-

Me quite de sobre ella y ella se sento, sus ojos estaban brillantes, si cabello despeinado, tenia una pequeña marca mia en el cuello y al mirarme se mordio el labio, se veia jodidamente sexy.

-Mmmm... Nathan...-

Cierto. Había olvidado completamente que estaba sin camiseta y que tenía un pequeño problemilla ahora.

-Perdona.- dije apenado intentando cubrirme con lo que pude, en éste caso una almohada, Cassie río. Su risa era hermosa.- ¿Podria darme una ducha?

Pregunté sonrojado, ella paso una mano por su pelo y despues me miro.

-Claro, al fondo a la derecha está el bañó.-

Asenti, tomé mi camiseta y básicamente corri al baño.
Ahora tendría que darme una ducha de agua fría casi a las 11 de la noche. Pero no importa. Mientras Cassie esté bien y feliz, no me importa que tenga que sufrir esto.

La chica del camison azul. (Editando.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora