"Los verdaderos problemas de la vida vienen después, hijo". Esa es la frase que le repetía Romeo a su hijo. "Vos vivís gratis, así que deja de mariconear y viví plenamente como lo que sos, un gurí". Tal vez esas palabras eran ciertas, porque el que se divorció, perdió el trabajo y no se supo más de él fue Romeo. Pero el remate de todo esto venía cuando le decía que se deje de hacer la víctima. Gian sabe que no es su culpa que su padre siempre lo encuentre de mal estado, tanto llorando como simplemente de mal humor. Como es un chico que siempre esboza una sonrisa en la cara y que parece caminar a saltitos por la emoción y la alegría, es fácil reconocer cuando este está mal. Pero el problema es que su familia espera que siempre esté así. Nunca puede estar con la mirada gacha ni una décima de segundo, ni dejar de parlotear o saltar de la alegría. Porque si lo hace ya lo tachan de un "víctima" mal agradecido. Por esto mismo Gian sabe que es mejor no hablar con nadie sobre sus incomodidades, y es mejor encerrarse y pasar el mal trago solo.
Pero realmente lo mejor (lo peor) de todo esto, es que los que lo tachan de víctima cuando está mal son los mismos que no le prestan atención y lo tratan como un payaso idiota cuando está contando chistes y sonriendo... «¿Pueden decirme entonces que mierda quieren?». Nadie lo sabe, en realidad. No les viene bien ni cuando es el único que sonríe en la mesa, intentando calmar un poco el aire pesado y tensionado, ni cuando está con cara de pocos amigos, como saben estar siempre ellos. Lo único que podemos más o menos deducir, es que a su padre solamente le viene bien retarlo con chistes de sobra para quedar como el inteligente o el único tipo coherente. Algo así como la estúpida de su profesora de matemática.
Por suerte en medio de todo esto Gian supo conseguir un respiro por medio de su madre. La única integrante de la familia que el chico considera que merece su amor. Laura es una mujer que a veces suele definirse en broma como una flor, por ser de un alma muy bella y hacer el bien por encima de todo. Y Gian sabe que no se equivoca. Su hijo siempre va a preferir jurar por Dios en vano antes que por ella.
Laura fue una mujer que lo daba todo por el trabajo para darles lujos a sus dos hijos. Libros por parte de Gian y juguetes por los de su hermanito. Rara vez podía estarse quejando de algo. Ni siquiera cuando se divorció por fin y el trabajo y cuidar a sus dos hijos estaba consumiendo su salud. Ni siquiera estando sola en esta ciudad como su hijo. A quien comprende tan bien sus sentimientos de no deberle nada a Romeo, porque ella también fue víctima del típico: "si yo tuve un mal día, todos ustedes lo van a tener. Si yo estoy estresado, todos ustedes lo van a estar" de su esposo.
Nunca hubo nada en la vida que le haga más añicos el corazón a su hijo que ver la sonrisa forzada y la mirada perdida y de pena de su madre después de que su esposo la rete con un chiste de sobra en frente del resto de la familia o de sus amigos. Momentos en los que Gian se abstenía de tirarle la mesa encima.
...
Los dos se registraron en el trabajo hace unas semanas con la autorización de los tutores. Al principio iba a ser un trabajo extremadamente liviano de un par de horas. Hasta que los dos pidieron ser cajeros a esas horas de la mañana y el mediodía. Costó pero finalmente se pudo conseguir.
Más allá de lo que pudo esperar Gian ese día, Marla se iba a mostrar muy simpática e interesada en él y dejaría su celular solamente para fijarse la hora de vez en cuando. Lo que tomaría por sorpresa al chico, que esperaba que ese turno de las seis y media de la mañana hasta las dos fuera la misma mierda de siempre.
El turno finalizó bien y los dos podían volver felices a sus casas. Habían jugado al truco y charlando sobre cualquier cosa. A Gian le volvió a parecer simpática la chica después de mucho tiempo.
— ¿Adónde vas? —Preguntó Marla afuera del supermercado—. Podemos ir a algún lugar ahora.
—Tengo que ir a ver a mamá —respondió Gian—, está enferma.
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You're Not Here
Mystery / ThrillerGian le lleva todas las mañanas el desayuno a su mamá, reprimiendo en lo más profundo de su consciencia que lo único que queda de ella es su cuerpo. Cada noche que pasa se hace más rara con los sonidos provenientes de la habitación de Laura, y ese...