𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐑𝐀𝐈𝐍 | 𝐀𝐑𝐌𝐈𝐍 𝐀𝐑𝐋𝐄𝐑𝐓

𝐎𝐎

OO. PRÓLOGO

I broke his heart
'cause he was nice

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OLIVIA

ASÍ NO DEBÍAN SER LAS COSAS. Definitivamente no estaba planeando para que terminara así.

No quería que Armin me mirase de esa manera, en verdad dolía. Dolía más de lo que me gustaría admitir.

Porque jamás fue mi intención hacerle daño a Armin, pero en el fondo lo sabía. Sabía que si continuaba con aquello alguno de los dos terminaría dañado, también sabía perfectamente quien sería.

Y no me importó.

No me importó lastimar a Armin.

Pero ahora estaba aquí, con las lágrimas acumulandose en mis ojos apunto de ser derramadas y asi, de una vez por todas, demostrar lo obvio, lo que estaba sintiendo.

Me estaba doliendo.

Y eso Armin lo sabía, pero tampoco parecía importarle.

Así como a mi no me importó dañarlo.

—¿Por qué...? —La voz del rubio salia con dificultad, con dolor—.

Podía percibir perfectamente el dolor que traían consigo las palabras de Armin. Su mirada estaba llena de incredulidad y decepción, casi como si quisiera negarlo.

Agacho la cabeza ante su mirada de suplica, por saber que todo era falso.

Tal vez debería hacerlo, negarlo. Olvidarme de todo y quedarme aquí, a su lado.

No. Ya es tarde.

Debía tener cuidado con mis palabras, no quería volver a dañarlo, no más. Debía ser cuidadosa y decirle de manera sutil lo que él quería saber.

No, Olivia.

—¿Para qué quieres saberlo? —Seca y fria. Así había salido mi voz—.

Finalmente me atrevo a volver a alzar la mirada. Nada, ni un solo rastro de sentimiento alguno más que la frialdad.

No era su mirada, sino la mia.

Lo sabia porque la manera en la que su cuerpo temblaba no era común, no conmigo.

Pero ni siquiera yo se que soy. No sé en que me he convertido.

Y Armin tampoco parece saberlo.

Pero aún así él hace lo que siempre quise, aún cuando ahora no lo quiero. Su mirada refleja nerviosismo, pero a la vez demuestra determinación. Lo hara.

No porfavor.

No lo hagas.

Armin, no lo digas...

—Porque te amo y quiero entenderte...—Su voz dulce resuena con delicadeza en mis oídos—.

No digas que me amas...

Armin me ama...

Doy unos pasos hacia adelante, acercándome a él.

Y yo lo amo a él.

Me detengo justo delante de él, apunto de hacer lo que no debía hacer, lo que no quería hacer.

Tomo con delicadeza su menton, alzandolo para que su mirada se encontrase con la mia. Él me da una sonrisa, sabiendo que sucedera ahora.