¡capitulo #8!

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 El día siguiente paso tranquilo, los chicos estuvieron entrenando casi todo el día y gracias a eso los dejaron salir temprano, el motivo es que el viernes tienen partido a las 3 de la tarde, es por eso que entrenan más.

Hoy es jueves estamos a un día para acabar la semana, para el partido y para la carrera de mi hermano, esa última me pone los nervios de punta, no me gusta que Sebas participe en esas cosas, son peligrosas y le podría costar la vida, pero él no hace caso y es su manera de recordar a su ex novia y desquitar su dolor por su perdida. El amor que siento por mi hermano es infinito, es lo mejor que me pudo pasar en esta vida sin él no soy nada, no soy yo, no existo.

Estamos saliendo del salón de clases, los chicos ya se encuentran afuera de él, mi hermano no me recogerá hoy, puesto que sigue con los arreglos de la moto. Hoy Christian me llevará a casa, que por cierto no lo veo por ningún lado. Todavía no utilizo mi hermosísimo coche, no he sacado la licencia de conducir y mi padre no me deja traerlo hasta que la tenga.

Llegamos con los chicos y los saludamos, al acercarme con Valentin me abraza fuertemente, casi no lo había visto solo hablábamos por texto, pero solo así, en la escuela se la pasa entrenando y juntas con el equipo.

— Hola pequeña — me saluda y sonríe. Yo estoy roja como tomatito.

— Hola — le respondo el saludo y sonreí como tomatito baboso

— Amiga, nos retiramos — dice Sara seguida de Blanca, Iris y Selene. Karen quedó embobada con Rogelio, ese par no tardan en ser algo más que amigos.

— Okey chicas, yo voy a espera que llegue... — Vale me interrumpe.

— ¿Christian? — termina de decir por mí con una sonrisa.

— Si.

— Se marcho hace 5 min.

— ¿Qué? ¿Me dejo? Qué clase de amigo es para dejarme sola, esta si no se la perdono, lo mandare de regreso a Londres sin ... — otra vez me interrumpe. Se le está haciendo costumbre interrumpirme tanto.

— Yo le dije que se fuera, tranquila — dice de lo más tranquilo.

— ¿Porque hiciste eso? — digo algo molesta. Él se ríe arrogante. Se acerca a mi seductoramente o al menos es lo que yo noto.

— Porque hoy te llevo yo a casa — me guiña un ojo y comienza a despedirse de nuestros amigos, o los que quedaban, regresa y yo solo me despido con la mano de ellos — Vamos — dice colocándose a mi lado. Caminamos hacia el estacionamiento. Al llegar al lugar donde está su camioneta se adelanta para abrirme la puerta, entro y en unos segundos entra él.

— Bueno en marcha pequeña.

— Si.

En el camino a casa comenzamos a hablar de cómo le fue hoy y cosas así me platico todo lo que hicieron todo el ejercicio y cosas sobre su entrenamiento. Cuando llegamos estaciona el carro delante de mi casa y con solo saber que ya se tenía que marchar me dieron unas grandes ganas de no dejarlo ir y me die cuenta que no quería que se fuera.

— Llegamos — me saca de mis pensamientos.

— Si gracias por traerme a casa — le agradezco amablemente.

— Por nada Em — responde tan gentil como el día que lo conocí. Ósea hace tres días.

— ¿Quieres pasar? — nunca había invitado a casa a alguien que no sea Christian y ahora estoy invitando a Valentin el chico más guapo, sexy y popular de mi preparatoria. Algo anda mal en mí. ¿Amor? Espero y no.

¿Por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora