Teach me ❁ HyunIn

♡ : CAPÍTULO XV

Hyunjin no podía dormir. Dándole la espalda a su amigo quien dormía plácidamente a su lado, suspiró tragándose el nudo de su garganta.

Ahora que ya no tenía dudas, algo tenía que pasar.

Era un tonto.

Tenía que decirle todo desde el momento en que sus sentimientos se volvieron confusos. Confiaba en Jeongin, él sabía que su mejor amigo no lo juzgaría, ni se alejaría, pero el simple hecho de confesarle que amaba besarlo y tocarlo, lo hacía sentir extraño y avergonzado.

Estaba enamorado de Seungmin, o bueno, lo estaba. No supo el momento en el que ese amor se esfumó y los sentimientos que tenía por su mejor amigo se convirtieron en algo más.

Le gustaba Jeongin. Le gustaba su mejor amigo.

No importaba cuan diferentes eran, Hyunjin lo amaba tal y como era, aunque a veces discutieran, Hyunjin nunca dejaría de quererlo.

—¿Estás bien?

La voz de Jeongin hizo que su cuerpo se tensara. Limpió sus lágrimas y giró quedando frente a él.

—Creí que estabas dormido.

—No puedo dormir. —confesó.

Hyunjin no veía muy bien su rostro debido a la poca luz de la habitación, pero podía sentir que estaba sonriendo. Lo conocía muy bien.

—Tampoco yo.

Un silencio incómodo inundó la habitación. Hyunjin no sabía que decir, estaba nervioso, ansioso, no podía pensar con claridad.

—¿Quieres salir?

Hyunjin asintió y ambos se levantaron de la cama. Tomaron sus abrigos y salieron hacia el jardín de la casa del menor, eran las once de la noche y el cielo estaba adornado con estrellas brillantes que hicieron sonreír a Hyunjin.

Jeongin tomó su mano sorprendiéndolo un poco, le sonrió y se sentaron en el pasto. Ninguno dijo nada, sus ojos fijos en el cielo estrellado, el menor dibujó una sonrisa en su rostro antes de recostar su cabeza en el hombro del mayor.

—¿Estás saliendo con Minho?

Hyunjin se vio preguntando, sorprendiéndose por lo dura que había salido su voz.

La idea de que el chico del que estaba enamorado hubiera encontrado a alguien más le rompía el corazón.

—No. —contestó sin borrar su sonrisa— Solo somos amigos.

Hyunjin sintió un gran alivio. Quizás aún tenía una oportunidad con el rubio.

—Hyunjinnie ¿Cómo vas con Seungmin? Creí que estabas con él.

El mayor suspiró antes de recargar su cabeza ligeramente sobre la del menor.

—Terminamos.

Jeongin jadeó sorprendido y se separó mirando a Hyunjin con sus ojos cómicamente abiertos. Hyunjin rio por lo tierno que se veía.

—U-ustedes ¿Q-qué?

El rubio no podía creerlo.

—Terminamos. —repitió con una sonrisa desconcertando más al menor.

—Creí que estabas enamorado de él. —susurró cabizbajo.

Hyunjin negó y tomó su mentón alzándolo para que pudiera mirarlo.

—Lo estaba. —contestó simplemente encogiéndose de hombros.

—No puedo creerlo.

Jeongin lo miró con ojos acuosos alertando al mayor quien rápidamente lo rodeó con sus brazos para atraerlo a su cuerpo.

—Está bien Innie. —decía Hyunjin dulcemente dejando pequeñas caricias en su espalda.

—Lo siento Hyunjinnie, no estuve para ti. Soy un mal amigo, debiste sentirte muy mal, sé lo mucho que ese tonto significaba para ti. —dijo entre sollozos.

—¿Qué? No, no, Innie, no eres un mal amigo. —calmó Hyunjin tomando delicadamente su rostro en sus manos— Admito que, si estaba enamorado de Seungmin, pero ese amor que sentía se esfumó, ya no siento nada por él ¿Sabes por qué?

Jeongin negó mirando los ojos brillosos del castaño.

—Porque resulta que alguien más logró entrar en mi corazoncito.

—¿E-enserio? ¿Q-quién?

Hyunjin rodó sus ojos divertido y unió sus frentes, Jeongin no resistió más y comenzó a llorar.

—No llores bebé. —soltó Hyunjin sintiendo como las lágrimas bajaban por sus mejillas.

—Hyunjinnie no entiendo.

—Innie te quiero. Joder, en serio te quiero. Quise decírtelo cuando fuiste a buscarme, pero no me dejaste hablar, además Seungmin no fue de mucha ayuda. —Hyunjin sonreía tristemente acariciando las mejillas ruborizadas del menor— Ese día me di cuenta de que las cosas con Seungmin habían cambiado, sus besos, su toque, no era lo mismo.

Calló y su mirada fue directo a los labios del menor.

—Se suponía que sería solo sexo, sin ningún compromiso, pero ahora es difícil mirarte y no querer besarte. Todo se salió de control Jeongin, pero ¿Sabes qué? No me arrepiento, no me arrepiento de haberte pedido ser mi amante, no me arrepiento de los besos que te di, ni tampoco de todas las noches que pasamos juntos.

—Hyunjinnie...—

—Te amo. Te amo y esta vez no hay nada fraternal en esas palabras, porque ya hace mucho que no te veo como un amigo.

Hyunjin cortó la poca distancia que los separaba y juntó sus labios.

—Me comporté como un idiota. —habló al separarse.

Jeongin lo miró con una gran sonrisa.

—Ambos lo fuimos en realidad.

—Entonces... Eso significa qué... ¿Estamos bien?

El rubio relamió sus labios antes de mirarlo.

—Solo hasta que digas las palabras mágicas.

Hyunjin se arrodilló frente al menor y tomó sus manos dejando pequeños besos en su dorso antes de alzar su rostro y mirarlo con dulzura.

—Yang Jeongin. —comenzó a decir sintiendo su corazón acelerarse con cada palabra que salía de sus labios— Me enamoré de ti.

Jeongin estuvo a punto de gritar, pero se contuvo escuchando atentamente al mayor.

—Me enamoré de tu forma de ser, de tus hermosos ojos café, de tu sonrisa, de tus pensamientos, de tus caras graciosas. —Jeongin rodó sus ojos aun sonriendo— Simplemente amo todo de ti. Gracias por llegar a mi vida, por ser mi amigo, por apoyarme y escucharme y por estar conmigo siempre. Por favor nunca te vayas de mi lado.

—No lo haré Hyunjinnie, no podrás deshacerte de mí tan fácil. —bromeó con las lágrimas acumulándose en sus ojos.

—Jeongin, ¿Aceptarías ser mi novio?

Jeongin no lo pensó dos veces y saltó a los brazos de Hyunjin y lo besó como si no lo hubiera hecho en años. Hyunjin rio entre el beso por la forma en la que Jeongin devoraba sus labios.

—Si quiero Hyunjinnie. Te amo, te amo, te amo. —repetía el rubio dejando piquitos en los labios de Hyunjin.

—Yo también mi amor. —dijo besando la nariz del contrario— Eres todo lo quiero, hoy, mañana y siempre.

Jeongin arrugó su nariz y soltó una risita.

—Eres tan cursi, pero aun así te amo bebé.

Hyunjin rio y volvió a besar los labios de Jeongin.

Al final esa vidente si tenía razón, estaban destinados a estar juntos. Porque a pesar de sus diferencias no podían vivir el uno sin el otro.